lunes, 25 de octubre de 2010

SALMO 37 (36)

1 No te exasperes por los malvados
no envidies a los inicuos
2 pues como hierba se secarán enseguida
y como césped verde se agostarán.

3 Confía en el Señor y haz el bien,
habita una tierra y cultiva la fidelidad;
4 sea el Señor tu delicia
y te dará lo que pide tu corazón.

5 Encomienda al Señor tu camino,
confía en él, que él actuará;
6 hará salir tu justicia como la aurora,
tu derecho como el mediodía.

7 Descansa en el Señor y espera en él;
no te exasperes por el que triunfa
empleando la intriga.
8 Cohíbe la ira, reprime el coraje,
no te exasperes hasta obrar mal;
9 pues los malvados serán excluidos,
pero los que esperan en el Señor
poseerán una tierra.

10 Aguarda un momento; ya no está el malvado,
fíjate en su puesto: ya no está.
11 Pero los marginados poseerán una tierra
y disfrutarán de gran prosperidad.

12 Intriga el malvado contra el honrado
y rechina los dientes contra él;
13 pero el Señor se ríe de él
porque ve que le llega su hora.
14 Los malvados desenvainan la espada
y asestan el arco:
(para abatir a pobres y humildes,
para asesinar a los hombres rectos)
15 su espada les atraveserá el corazón,
sus arcos se quebrarán.

16 Más vale la escasez de un honrado
que la opulencia de muchos malvados;
17 pues a los malvados se les romperán los brazos,
mientras que el Señor sostiene a los honrados.

18 El Señor se ocupa de los días de los buenos:
su heredad durará siempre.
19 No se agostarán en la mala estación,
en plena carestía se saciarán.

20 Pero los malvados perecerán,
los enemigos del Señor
se marchitarán como el verdor de un prado*,
en humo se disiparán.

21 El malvado pide prestado y no devuelve,
el honrado se compadece y reparte.
22 Los que el Señor bendice poseerán una tierra,
los que él maldice seráne excluidos.
23 El Señor asegura los pasos del hombre
y se ocupa de sus caminos.
24 Aunque tropiece, no caerá,
porque el Señor lo tiene de la mano.

25 Fui joven, ya soy viejo:
nunca he visto a un justo abandonado
ni a su linaje mendigando el pan.
26 A diario se compadece y presta:
su semilla será bendita.
27 Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa.
28 Porque el Señor ama el derecho
y no abandona a sus devotos.

Los criminales son aniquilados,
La estirpe de los malvados se extinguirá.
29 Los honrados poseerán una tierra

y habitarán siempre en ella.

30 La boca del honrado medita la sensatez,
su lengua pronucia el derecho,
31 lleva en el corazón la ley de su Dios:
sus pasos no vacilarán.

32 Espía el malvado al honrado
intentando darle muerte:
33 el Señor no lo entrega en sus manos,
no permite que lo condenen en un juicio.
34 Espera en el Señor, sigue su camino;
te levantará a poseer una tierra
y verás la expulsión de los malvados.

35 Vi a un malvado que se jactaba,
que prosperaba como cedro frondoso:
36 volví a pasar y ya no estaba,
lo busqué y no se encontraba.

37 Observa al íntegro, fíjate en el recto:
el hombre pacífico tiene un porvenir;
38 pero los impíos serán aniquilados en masa,
el porvenir de los malvados quedará truncado.

39 La salvación de los honrados viene del Señor,
es su alcázar durante el peligro;
40 el Señor los auxilia y los libra,
los libra de los malvados y los salva,
porque se acogen a él.


EXPLICACIÓN.

Por tema, tono y estilo es un salmo sapiencial. Por desarrollo es alfabético, con dos versos hebreos por letra (salvo el dudoso h que lleva tres). Alternan enunciados y consejos, apela a la experiencia. La oposición dominante es honrado / malvado o justo / injusto; pero ésta no basta para definir simplemente el salmo en términos de retribución.

Si bien el artificio alfabético no se presta a la composición coherente, podemos descubrir en este largo salmo una estrucutra portante de singular fuerza e interés. El primer indicio nos lo da la quíntuple repetición del sintagma "poseer tierra" (9.11.22.29.34y otras tantas su opuesto "ser excluido" (9.22.28b.34.38). El sintagma positivo recurre en varias metamórfosis sinonímicas, como "habitar una tierra / siempre" (3.27.29) "durará su heredad" (18), "se saciarán, no mendiga" (19.25) y otras. También el sintagma negativo adopta sus transformaciones, incluso radicales, como "secarse" (2) "perecerán, se consumirán" (20), "no está" (10.36), "son aniquilados" (38) y otros. Todo esto equivale a dos ejes paralelos, contrapuestos, con el contraste culminante "serán benditos / serán malditos" (22).

Reuniendo los sujetos de dichas frases podemos componer el perfil de ambos grupos, más rico y diferenciado el de los honrados: marginados, justos o inocentes, esperan en el Señor.

Por la pista del quítuple sintagma llegamos a un tema teológico capital: la posesión y reparto de la tierra prometida y entregada entre todas las familias israelitas. El libro de Josué, aunque tardío, atestigua retrospectivamente la importancia del ideal: de una posesión compartida, equitativa, estable. El ideal no se ha cumplido. Existen algunos excluidos de la participación, no por culpa propia, sino por haber sido injustamente desposeídos. Y ahí se inserta la acción de los malvados, cuyo delito no va inmediatamente contra Dios, sino contra el prójimo; a través del prójimo, son "enemigos del Señor" (20). El texto es generoso en describir o mencionar las maquinaciones de los malvados. El salmo se enfrenta con un problema social, que es también religioso. El autor simplifica el problema y su solución.

Ante semejante hostildiad agresiva, que se ensaña con lo más débiles, ¿qué debe hacer y sentir el honrado inocente? -Evitar toda violencia de sentimiento y acción (1.7.8), no pagar mal por mal, no seguir los métodos de los malvados, mantenerse en la buena conducta (3,27), incluso generosamente (21.26), confiar en el Señor (3.5.7). Entonces el salmo ¿predica la resignación como actitud y la inacción como conducta? No exactamente: el desvalido debe desear y pedir y esperar salir de su situación, recobrar su derecho. El salmo es oración, no programa. El Señor no se desentiende, no se queda inactivo (5.18.23.39).

Por dicha intervención, los desposeídos podrán a su manera rehacer el proceso fundacional de la liberación. Salir o ser liberados (6.40); recorrer el camino del Señor (15.17.23.31). Entrar o subir a poseer una tierra (34). Así quedará restablecido el designio del Señor. A manera de ilustración léase la anécdota contada en 2 Re 8,1-6.

Parece que el tema, poseer una tierra, ha sugerido diversas imágenes vegetales, como "agostarse" (2.19), "marchitarse" (20), "simiente" (25.28), "como cedro" (35). Otras imágenes son de signo bélico: espada y arco (14), romper los brazos (17), espiar (32), alcázar (39).

37,1-8 En estos primeros versos dominan los imperativos, y no retornan hasta la letra S. El comienzo adquiere un tono de urgencia.

37,1-2 El comienzo sapiencial se reconoce comparándolo con varios proverbios: 3,31; 23,17; 14,19. La motivación apela a la común condición humana: Sal 90,5s; Is 40,7s. Parece ser enfático el "enseguida".

37,3-4 Dos imperativos enuncian la relación con Dios. Confianza es genérico; en cambio "delicia" expresa una experiencia íntima: Job 22,26; Is 58,14. Dios responde a la confianza otorgando la petición. Aunque todavía no posean un terreno, deben "habitar", permanecer, no exiliarse, como los de Jr 39,10; su "cultivo" será por ahora la fidelidad al Señor.

37,6-7 "Encomienda"; es hacer girar algo para que pase a otro. "Tu camino": la conducta ética y práctica que piensa seguir. "Actuará"; forma intransitiva de particular eficacia aquí. "Tu derecho" negado y conculcado, lo sacará puntual como el sol y creciente hasta el zénit: cfr. Os 6,5, de modo que todos lo reconozcan: cfr. Is 58,10.

37,7 Dado que este verso cojea métricamente, algunos proponen trasladar aquí la segunda parte del v.14. "Descansa": como Sal 62,2.6 o Lam 3,28.14. Los malvados "triunfan" empleando como procedimiento la "intriga". Éxito que prescinde de la ética o porque prescinde de ella: cfr. Sal 73.

37,8 Es lógico que semejante éxito provoque indignación, más fuerte en las víctimas. El maestro no la condena sin más; pero previene contra una cólera que los traslade al bando de los malvados; con lo cual perderían el derecho al auxilio del Señor.

37,9 Estamos en el eje del Salmo: antítesis perfecta. Y el sintagma que será citado como tercera bienaventuranza en Mt 5,5; cuyo objeto se define por una actitud religiosa, no simplemente ética.

37,10-11 Amplifican la antítesis precedente. El malvado tenía un puesto en la sociedad, en la asamblea: "ya no está". Estábamos acostumbrados a encontrarlo; de repente comprobamos que "no está", no existe: Is 41,12; Job 24,24. A los marginados no se les prometen riquezas, sino "paz y prosperidad" en su terreno familiar.

37,12-13 Acción de los malvados y reacción de Dios. Los malvados lo son respecto al honrado. No van por dos caminos paralelos al encuentro de la retribución final; van por el mismo camino y en él se relacionan. "El Señor se ríe": nosotros hablamos de la ironía de la historia. Según el orante, el Señor es la instancia trascendente, distante, capaz de abarcar un proceso hasta su desenlace: Sal 2,4. "Su día" es el día de rendir cuentas: final de una etapa o de la vida: 1 Sm 26,10.

37,14-15 Eliminando o trasladando la segunda pieza, el verso queda perfecto: acción de los malvados y sus consecuencias, en una especie de ley del talión. No se menciona la intervención divina, el castigo es inmmanente. La imagen indica que están dispuestos a cualquier violencia al perseguir sus planes. El tema de la agresión que se vuelve contra el agresor es corriente en el AT: en forma de refrán Prov 26,27; en forma narrativa, Amán y Mardoqueo en el libro de Ester.

37,16-17 En la forma es un proverbio típico de valoración: compárese con Prov 15,16; 16,8; Tob 12,8. Como indican los paralelos, "escasez" no significa miseria ni indígencia (25). "Sostiene" es tema común: Sal 3,6; 51,14; 54,6 etc.

37,18-20 Nueva antítesis con imagen vegetal: "no agostarse / marchitarse". (Los "días" marcan el decurso variable de la existencia: aun poseyendo una "heredad", pueden encontrarse con una "carestía".

37,20 "Verde"; corrigiendo el texto hebreo, según Is 15,6; 37,27. Otra corrección lee "fuego de horno", armonizado con el "humo": Sal 68,3; 102,4.
* O: como lo mejor de un carnero.

37,21 Este verso se ha de emparejar con el v.26 por los participios. Caben dos interpretaciones. a) Con valor modal: el malvado se ve obligado a pedir prestado y no tiene con qué devolver; el honrado es generoso y tiene con qué prestar: compárese con Dt 15,6.10; 28,12.44s. b)Como participios sapienciales que caracterizan tipos: el malvado (por costumbre) pide prestado y (luego) no devuelve; es una manera injusta de enriquecerse; el honrado, compasivo, (de lo que tiene) presta: vénase Dt 15,1-11; Sal 112,5; Eclo 29,1-13 a modo de comentario.

37,22 Estamos en el centro del salmo y en el eje de su tema. Los grandes desarrollos de bendiciones y maldiciones, en Lv 26 y Dt 27-28, suenan aquí concentrados y definidos por la generosidad o rapacidad de los hombres.

37,23-24 Conviene tomar aquí "caminos" en sentido amplio: conducta moral y religiosa, empresas y tareas, azares de la vida. El "varón" puede descaminarse y tropezar y caer; el honrado cuenta con el apoyo de Dios. Compárese con Prov 20,24.

37,25 Es sapiencial apelar a una larga experiencia: véase Job 32,7 y las reflexiones del Eclesiastés. Pero, o la experiencia del que habla es muy limitadea, o su optimismo es hiperbólico, o tomamos el participio como "abandono" definitivo. No vale en este contexto apelar a un supuesto "abandono espiritual".

37,26 "Semilla" es bivalente: la que se siembra en el campo, la descendencia.

37,27-28a Vuelven los imperativos con un programa tan inclusivo como genérico: evitar y hacer: véase Sal 34,15. El "derecho" en las relaciones sociales.

37,28b-29 El texto hebreo empieza "siempre son custodiados", unido al sujeto precedente, los "devotos" o leales. La versión griega restablece el perfecto alfabetismo, se justifica fácilmente y mejora el sentido. La diferencia entre custodiar y aniquilar es en la escritura cuadrada hebrea mínima. El resultado es de nuevo la antítesis central: el fracaso de los malvados se prolonga en su descendencia.

37,30-31 Se pueden leer como lema del salmo: un hombre honrado saddiq medita la sensatez hokma, su lengua expone el derecho mishpat, en el corazón lleva la instrucción tora de su Dios. Su actividad es sapiencial, su tema ético, animado de espíritu religioso. Sobre la ley en el corazón vénase: Is 51,7; Jr 31,33.

37,32-33 Los malvados intentan eliminar al honrado con la apariencia legal de un proceso, como en Is 53; 1 Re 21. En su tribunal supremo Dios no condena al inocente. Pero ¿es verdad que no lo deja perecer?

37,34 Es curioso el verbo "levantar" en el sintagma. No sé si sustituye a uno de los verbos de liberación, "hacer subir", o si da a entender el sentido de exaltación del humillado. Este asistirá al castigo de sus opresores y disfrutará viendo que le hacen justicia.

37,35-36 Otro argumento de experiencia. El texto hebreo es extraño; a la letra suena así: "vi a un malvado tirano que se desnudaba como nativo lozano". Las versiones antiguas ayudan a restituir un texto que haga sentido.
La imagen vegetal se aplica al honrado en Sal 92,13s.

37,37-38 Último contraste de honrados y malvados, esta vez proyectado al porvenir. Quizá esta mirada al futuro conrrija la esperanza inmediata de los versos 2 y 10. Sobre el tema vénase Prov 23,18; 24,14.10.

37,39-40 Los dos versos de la última letra se dedican a la "salvación" y dejan bien claro que los honrados son víctimas de los malvados. Hay que notar las repeticiones verbales.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Por la cita del v.11a en el manifiesto de Mt 5,5 penetra el salmo en el NT. Esa cita nos invita a buscar otras correspondencias en las bienaventuranzas: pobres y afligidos en el v.14; Justicia recorre todo el salmo; misericordia en 21 y 26; la búsqueda de la paz en 37 sufrir por la justicia está implícito en los consejos iniciales y recorre el salmo.

martes, 12 de octubre de 2010

SALMO 36 (35)

2 Oráculo del Delito al malvado
dentro de su corazón.
-No tiene miedo a Dios
ni en su presencia-.
3 Se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
4 Las palabras de su boca son maldad y traición,
rehúsa ser sensato y a obrar bien.
5 Acostado planea el crimen,
se obstina en el mal camino
no rechaza la maldad.

6 Señor, tu lealtad llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
7 tu justicia es como las altas cordilleras,
tus juicios son un océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales
8 ¡qué inapreciable es tu lealtad, oh Dios!

Los humanos se acogen
a la sombra de tus alas,
9 se nutren de la enjundia de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias;
10 porque en ti está la fuente viva
y a tu luz vemos la luz.
11 Prolonga tu lealtad con los que te reconocen
y tu justicia con los hombres sinceros.
12 Que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me destierre la mano del malvado.
13 Sí, han fracasado los malhechores,
derribados, no se pueden levantar.



Es un salmo desconcertante: ¿cómo clasificarlo? Si es súplica, la petición llega demasiado tarde (v.11). Si es himno, el malvado ocupa un lugar demasiado importante. ¿Es proporcionado contraponer la conducta del Señor a la del malvado? Versos estupendos dan paso a un desenlace convencional. Se añaden algunas dificultades textuales.

Las divisiones temátias quedan bien definidas: visión del malvado (2-5), visión de Dios (6-10), súplica confiada (11-13). Buscamos en la lectura la dinámica del poema: a) partiendo de la súplica: sólo el Señor podrá salvar al orante de las maquinaciones del malvado; b) partiendo de la meditación: una visión trágica es desbordada por una visión gloriosa, y el orante saca las consecuencias.

36,2-5 En cinco versos nos da una visión del malvado típico: algo convencional en 4-5, excepcional en el comienzo, y también difícil.

36,2 El texto hebreo dice "en mi corazón": algunos comentaristas suponen que el poeta reflexiona internamente y comunica. Las versiones antiguas leen "en su corazón", y yo las sigo (la diferencia gráfica es en hebreo mínima).

"Oráculo de Pecado" es el comienzo; como imitando un oráculo divino o uno humano: Balaán (Nm 24,3), David (2 Sm 23,1), un hombre (30,1). Suplantando a todos entra Pecado o Delito personificado. Pecado es una fiera agazapada en Gn 4,7; es una serpiente que pronuncia un antioráculo en Gn 3. Delito se dirige al malvado porque el malvado le escucha "como un oráculo". El malvado ha abierto su mente al intruso y el poeta penetra en esos pensamientos.

No se cita el texto del oráculo, si no es implícitamente. Para el malvado Dios es una amenaza potencial, que puede anular o castigar sus proyectos. Apoyado por el oráculo de Delito, el malvado consigue apartar de su vista, de su conciencia, dicho miedo, para obrar tranquilamente. Vencer el miedo a Dios parece un acto de valentía, pero es acto temerario e "insensato".

36,3 El sentido es muy dudoso. ¿Es Delito quien halaga?, o ¿es el malvado quien se hace ilusiones? El resultado sería el mismo. Los dos gerundios transitivos, "hallar y odiar" son un enigma: la lógica pide un valor negativo.

36,4-5 Entramos en cauce sabido, del que se destaca la bina "ser sensato y obrar bien": como en muchos proverbios, lo sapiencial y lo ético marchan juntos. De noche "planea el crimen" (Miq 2,1), de día persiste en el mal camino de la ejecución.

36,6-10 Sin transición se presenta la visión de Dios. Si algunos datos son conocidos, la meditación sobre Dios es extraordinaria.

36,6-8a Las cualidades de Dios, lealtad, fidelidad y justicia, son exaltadas por sus dimensiones cósmicas. La grandeza sentida y no abarcada de lo espiritual la proyecta el poeta a dimensiones especiales, que funcionan como símbolos: véanse Sal 103,11s; Ef 3,18.

36,7a "Altas": tomando ´el como superlativo. ALternativa: "montañas de Dios / divinas" El "océano inmenso": véanse Sal 78,15; Am 7,6.

36,7b Las cualidades de Dios se ejercitan en una acción salvadora a favor de las criaturas vivas, como si el Creador cumpliera con ellas deberes de justicia. Una vez que ha dado vida, es fiel a sus exigencias: cfr. Sab 11,24s. La bina "honbres y animales" o ganado es frecuente: Gn 6,7; Lv 27,28; Ez 14,14 etc.

36,8 La exclamación puede clausurar lo que precede o introducir lo que sigue. La "lealtad" de Dios sirve de enlace.

36,8b-10 De la dilatada visión cósmica se recoge el orante a sus experiencias en el templo, trascendiendo los datos sensibles en un magnífico crescendo: el recinto es "la sombra de tus alas"; el banquete cúltico es "la enjundia de tu casa"; la copa es un torrente; el vino es delicia; y todo es "tuyo". En el templo entran sólo "los hijos de Adán". La "sombra de las alas" pueden tener carácter doméstico, acogedor.

36,9 "Delicias": la palabra hebrea nos trae a la memoria el Edén o paraíso, el parque regado por un manantial que se abre en cuatro brazos. En el templo se recobra de algún modo el paraíso perdido; compárese con Ez 47 y Jl 4,18. La frase es de feliz concisión: "torrente de delicias": sugiere el caudal que vivifica las plantas del parque delicioso. El manantial del torrente se encuentra en Dios.

36,10 Dios es también fuente de luz que ilumina a todo hombre: ver la luz equivale a vivir. La expresión hebrea es más sugestiva que lógica: como si una luz superior y total iluminase los ojos para hacerlos capaces de ver su luz. Cada uno participa de una vida = luz que lo trasciende.

¿Quién pronuncia el último verso en primera persona del plural? Contextualmente serían "los humanos"; culturalmente serían los israelitas que tienen acceso al templo. El salmo queda abierto y disponible. Un grupo de fieles, a través de su experiencia comunitaria, hablan en nombre de la humanidad; lo que ellos viven en el templo lo pueden vivir todos los humanos sin límites espaciales.

36,11-13 Casi como apéndice se añaden tres versos de súplica. El imperativo marca el cambio de dirección. "Prolongar la lealtad": véase el magnífico anuncio de Jr 31,3.

36,12 La primera persona del singular, más que restringir, personaliza la gran experiencia. La amenaza es destierro y opresión.

36,13 De repente salta a verbos en pretérito. La mente del orante salta al futuro y contempla como pasada la derrota segura del perseguidor. Lo explica el Sal 73,17-19.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Pablo cita parte del v.2 en Rom 3,18, en el cuadro del pecado universal. Los símbolos de la segunda parte permanecen o renacen en el NT. Mt 23,37 menciona las alas protectoras. En el evangelio de Juan; el agua de la samaritana (Jn 4), del Espíritu (7,37-39), de la entrega final (19,34). También la luz: 1,4; 8,12; 9,5; 12,36. Agua y luz alcanzan su plenitud en Ap 22,1-3.