domingo, 9 de enero de 2011

SALMO 42-43 (41-42)

2 Como ansía la cierva corrientes de agua,
así mi alma te ansía, oh Dios.
3 Mi alma está sedienta de Dios,
del Dios vivo.
¿Cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
4 Lágrimas son mi pan noche y día,
mientras me repiten todo el día:
¿Dónde esetá tu Dios?

5 Recordándolo me desahogo conmigo:
cómo pasaba al recinto
y avanzaba hasta la casa de Dios,
entre gritos de júbilo y acción de gracias,
en el bullicio festivo.


6 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué estás gimiendo?
Espera en Dios, que aún le darás gracias:
"Salvación de mi rostro, Dios mío"


7 Cuando mi alma se acongoja,
entonces me acuerdo de ti,
desde la zona del Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
8 Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus rompientes y tus olas
me han arrollado.
9 De día el Señor enviará su lealtade,
de noche estaré con su canto:
súplica al Dios de mi vida.
10 Le diré aDios: ¡Peña mía!
¿por qué me olvidas?
¿por qué voy andando sombrío,
hostigado por el enemigo?

11 Del quebranto de mis huesos
se burlan mis adversarios;
todo el día me repiten:
¿Dónde está tu Dios?


12 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué estás gimiendo?
Espera en Dios, que aún le darás gracias:
"Salvación de mi rostro, Dios mío".

43 1 Hazme justicia, Dios, defiende mi causa
contra gente desleal,
del hombre traidor y criminal
ponme a salvo.
2 Pues tú eres mi Dios y mi protector:
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por el enemigo?

3 Envía tu luz y tu verdad
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada,
4 y me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi gozo y alegría.
Te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

5 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué estás gimiendo?
Espera en Dios, que aún le darás gracias:
"Salvación de mi rostro, Dios mío"




42-43. En singular, porque se trata de un poema único, como declara el estribillo y otras repeticiones. Es una de las súplicas más bellas del salterio.

Estructura imaginativa. Aparte la personificación de "luz y verdad" como mensajeros y escolta, dos imágenes dominan el poema: agua como vida en la primera estrofa, agua como muerte en la segunda.

a) La primera imagen, en forma de comparación, abre ex abrupto el poema. Algunos comentaristas imaginan una génesis realista: el autor se encuentra desterrado en la zona montañosa al sur del Hermón, ante su vista cruza una cierva en busca desesperada de agua; en la búsqueda ansiosa del animal proyecta el poeta su estado de ánimo, su búsqueda ansiosa de Dios. La hipótesis puede retener valor didáctico. Lo importante es sentir la fuerza de la imagen: ansia de Dios animal, vital. Agua que es vida en el paisaje árido. La búsqueda de Dios se colorea de instinto elemental de conservación.

b) Segunda imagen. En términos realistas, el poeta se encuentra, en términos poéticos, finge encontrarse en un paisaje montañoso, solo, a la escucha. De pronto el resonar alterno de unas cascadas, quizá su vista, lo avasalla; bajo ellas, arrollado se contempla a sí. El paisaje es símbolo del estado de ánimo. La soronidad del v.8 es extraordinaria en el original hebreo. La relación del oleaje arrollador cone l reino de la muerte es frecuente en el AT, pero no por ello pierde fuerza su realización en este poema. Algunos comentaristas piensan que el orante sufre una enfermedad grave (11), siente la muerte vecina, la describe en la imagen de torrentes arrolladores; vénase 2 Sm 22,5; Jon 2,4; Sal 88,8.

Las dos imágenes pertenecen al campo del agua, con valor simbólico: Dios como agua. Dios, que era la vida del orante, se ha vuelto su muerte: una fuerza elemental, oceánica, irresistible.

Estructura dialógica: ausencia y presencia. El diálogo consigo mismo se rpite en la posición privilegiada del estribillo. El hecho psicológico es en el salmo expresión del drama interior, respuesta a la polaridad de Dios experimentada por el orante. La división interna es desdoblamiento y tensión desgarradora. En un nivel de la conciencia domianan la nostalgia, el desaliento; en un nivel más profundo emergen y van creciendo la confianza, la esperanza. Dios hace sentir dolorosamente su ausencia, y esa ausencia sentida es un modo de presencia. La ausencia no sentida no duele, la ausencia sentida ocupa la conciencia, la llena de ansia y dolor. La presencia nominal de Dios (22 veces) es invasora.

Estructura dinámica: drama en tres actos. No creo que el estribillo haga girar el poema sin avanzar, volviendo al punto de partida. Hay indicios claros de avance. La primera y la tercera estrofa se refieren al culto: la primera lo recuerda nostálgicamente, como pasado imposible de recobrar; la tercera lo espera como futuro cierto y próximo. La segunda estrofa, aunque dominada por el presente, está indecisa entre ambos.

¿Qué ha operado el cambio emocional? No un oráculo profético o litúrgico, sino una voz interior, en la cual se hacía sentir Dios. La "luz y la verdad" ya estaban actuando. Aunque la luz estaba ofuscada y la verdad velada, algo iluminaba y revolvía por dentro al orante. El diálogo interior lo va conduciendo a la esperanza.

42,3 "Alma": nepesh es la garganta como órgano que experimenta la sed y como sede de la respiración / vida; es también símbolo del espíritu.

42,4 "¿Dónde está tu Dios?": aunque la frase podría ser pregunta curiosa de politeístas en país extranjero, el orante la escucha como burla o desafío, como un restregar la herida de ausencia.

42,5 Se desahoga hacia dentro: la soledad ilumina la interioridad. Del culto recuerda los aspectos sonoro y festivo.

42,6 En sentido físico sería la garganta que se encorva violentamente y emite gemidos inarticulados. En el tenor simbólico del salmo es un intento de describir el replegarse sobre sí, hacia dentro. En la segunda parte apunta la esperanza. Se podría esquematizar así: "espera" que un día podrás "darle gracias" por haberte "salvado".

42,7 La geografía, suponiendo que fuera realista, no se deja identificar. Muchos piensan en las fuentes del Jordán, en las estribaciones del Antilíbano.

42,8 El término tehom no tiene necesariamente significado mítico: véase en Dt 8,7 unido a manantiales.

42,9 "Su canto": dedicado a él por mí y compañero mío nocturno.

42,10 El título "Peña mía" encaja bien en el paisaje del Salmo, aunque es tópico: Sal 18,3; 31,4; 71,3.

42,11 El "quebranto de los huesos" es expresión hiperbólica del tormento interior.

43,1 El lenguaje es judicial y la petición suena como apelación al tribunal supremo de Dios: véanse Sal 7,9; 26,1; 35,24. Los que lo toman en sentido propio definen por él el género del salmo.

43,2 El verbo "rechazar" se aplica de ordinario al destierro o a una calamidad nacional: Sal 44,10.24; 60,3.12; Lam 2,7; 3,17.31.

43,3 Dos personificaciones conducirán al desterrado al monte, al templo, al altar.

43,4 Domina el gozo festivo, como en 5c. Desborda el verso la repetición del nombre de Dios: la ausencia se resuelve en presencia.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Para el cristiano la presencia de Dios está en Jesucristo, verdadero y definitivo templo. Con todo, no puede decir que Dios esté siempre a su disposición. Hay en la vida cristiana tiempos de ausencia sentida, de noche oscura y escondimiento. Y en esta vida, nunca la presencia será total; tendremos que contar con la polaridad de ausencia y presencia. Eso enseñan los maestros espirituales y los místicos.