domingo, 13 de junio de 2010

SALMO 24 (23)

Sal 15; Is 33,14-16.

1 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe con sus habitantes,
2 pues él la fundó sobre las mares,
sobre las corrientes la afianzó.
3 -¿Quién puede subir al monte del Señor?,
¿´quién podrá estar en el reino sacro?
4 -El de manos inocentes y puro corazón,
el que no acude a los ídolos
ni jura en falso.
5 Ése recibirá del Señor la bendición
y la justicia de Dios su Salvador.
6 -Ése es el grupo que lo busca;
que viene a visitarte, Dios de Jacob.

7 ¡Portones, alzad los dinteles!
que se alcen las antiguas compuertas:
que va a entrar el Rey de la Gloria.
8 -¿Quién es ese Rey de la Gloria?
-El Señor, héroe valeroso,
el Señor, héroe de la guerra.
9 -¡Portones, alzad los dinteles!
alzad las antiguas compuertas:
que va a entrar el Rey de la Gloria.
10 -¿Quién es el Rey de la Gloria?
-El Señor de los Ejércitos,
él es el Rey de la Gloria.


24. Se suele considerar este salmo como liturgia de entrada en el templo, y hace compañía al 15. Se reconstruye o conjetura una acción litúrgica en la que encajan los datos del salmo: introducción hímnica, doble diálogo, presentación del grupo, entrada del Señor.

El acto litúrgico se imagina a la luz de textos narrativos: 2 Sm 6,13-15; Éx 40,21.34; 43,4. Divergen los autores al asignarle la ocasión litúrgica: en la fundación o conmemoración del traslado del arca (2 Sm 6): canto de victoria; fiesta de la renovación de la alianza; fiesta de la entronización de Ywhw. Es decir, el salmo se presta a varias lecturas, a varios empleos.

La composición es muy regular e invita a observar correspondencias y distinciones. De un escenario univeral (1-2) se salta a la concentración extrema en el templo: cfr. 1 Re 8,27. Se corresponden: tierra / habitantes = templo / visitantes. Al templo llegan al parecer juntos, un grupo de fieles (3-6) y el Señor Glorioso (7-10). Para los fieles pregunta, para Ywhw imperativos; los fieles con condiciones, Ywhw sin condiciones; identificados los fieles en su búsqueda diligente, Ywhw en su nombre y título.

24,1-2 Toma la imagen de fundadores y constructores de ciudades (Gn 4,17; Jos 6,26; 1 Re 16,34), y la atribuye a Dios, fundador de la tierra: Sal 78,69; 89,12; 102,26; Job 38,4-7. Los hombres asientan sobre roca o terreno firme; Dios cimienta la tierra sobre el movedizo e inestable océano. Por debajo de los continentes discurren corrientes que afloran en los manantiales.

24,2 Job 38,4-7.

24,3 El "recinto" o lugar santo supone previa elección y consagración: frecuente en Deuteronomio.

24,4-6 Juntan cualidades éticas con buscar a Dios, sin definir exactamente la relación.

24,4 Manos y corazón son un merismo que incluye toda clase de acciones, pensamientos y deseos. Siguen dos preceptos del decálogo. "Acudir": la expresión hebrea parece significar una tendencia intensa hacia algo: cfr. Dt 24,25; Prov 19,18.

24,5 Aunque mencione al patriarca Jacob creo que se refiere a las bendiciones condicionadas de la alianza. La "justicia" es la que consiste en la observancia, según Dt 6,25.

24,6 No se trata de una procesión formalista, realmente vienen buscando a Dios, en el templo.

24,7-9 El segundo diálogo adopta un tono ritual y solemne. Emplea en clave dramática la imagen de unas puertas personificadas, que han de cumplir una orden. El Señor aparece como rey victorioso en la guerra.

24,7 2 Sm 6,13-15; Ez 43,4s.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

1 Cor 10,26, cita el primer verso del salmo para justificar la libertad cristiana. La tradición antigua y la liturgia aplican el salmo a la ascensión de Jesucristo; algunos autories componen con la fantasía una escena celeste, con diálogo de ángeles. El cortejo se identifica con la comunidad cristiana.

sábado, 12 de junio de 2010

SALMO 23 (22)

Ez 34; Jn 10

1 El Señor es mi pastor: nada me falta.
2 En verdes praderas me hace recostar,
me conduce hacia fuentes tranquilas
3 y repara mis fuerzas;
me guía por senderos oportunos
como pide su título.
4 Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo: Tú vas conmigo;
tu vara y tu cayado me sisoigan.

5 Me pones delante una mesa
frente a mis enemigos.
Me unges con perfume la cabeza,
mi cabeza rebosa.
6 Tu bondad y lealtad me escoltan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por días sin término.


23. Este salmo es uno de los favoritos del salterio: por la tradición de David pastor y por la culminación en la imagen del Buen Pastor. También por su sencillez y riqueza: en dos imágenes o escenas de conjunto comprime un número inesperado de símbolos elementales. Las imágenes son dos: el pastor en 1-4, el anfitrión en 5-6. El verso central, 4b, se une a lo que precede por la imagen, a lo que sigue por la aparición de la segunda persona.

La imagen del pastor está desarrollada con realismo y concreción, por medio de rasgos breves que evocan la escena. Hay que dejarse conducir por la imaginación, sin espiritualizar: el césped verde con una fuente, para tumbarse, reposar y recobrar fuerzas; las roderas del camino, la cañada al oscurecer, la vara que encamina con un toque y el callado que golpea rítmica y sonoramente el suelo. La imagen suelda dos planos de significado en una arista común, desde la cual se dominan ambas vertientes en mirada simultánea. Lo dicho de las ovejas vale del hombre; lo personal se adelanta a primer plano en el "tú vas conmigo".

La imagen libera varios símbolos, arquetípicos o culturales. La imagen del pastoreo se inscribe en las relaciones del hombre con los animales, dominados y domésticos. El verde aplaca los ojos, revela a la tierra materna y acogedora. El agua quita la sed y suscita energía vital. El caminar es experiencia radical. La oscuridad evoca miedos infantiles y temores no aclarados; en ella se siente con más fuerza la presencia amiga. La potencia simbólica de estos rasgos no se agota en la primera lectura.

La imagen del huésped. En la cultura nomádica es fundamental la hospitalidad. Podemos imaginar un fugitivo de su clan que pide asilo. El jeque lo acoge en su tienda, le ofrece protección, comida y bebida, ungüentos aromáticos. Al observar la escena los enemigos perseguidores se detienen en la puerta o cortina: el jeque lo protege. Cuando ha terminado, el jeque le ofrece una escolta que lo acompañe en el camino hasta casa, que es la casa del Señor. Esta parte añade los símbolos de comer y beber.

Las tradiciones del éxodo nos dan una clave para comprender la unidad de las dos imágenes: el Señor guía a su pueblo por el desierto como a un rebaño, buscándole agua y comida y reposo. Cuando llegan a la tierra prometida, el Señor los recibe como anfitrión en su territorio: Éx 15,13; Sal 68,11; 77,21. Dos veces el poeta interrumpe el descanso con el camino, no lo contrario. ¿Toda la vida en camino o una morada final en el templo? El poema termina con una tensión no resuelta, como si una y otra vez se volviera a empezar.

23,1 Es frecuente la imagen de Dios pastor: Sal 78,52; 80,2; Is 40,10s; Jr 23,4.

23,3 El hebreo shem puede significar nombre, título, fama. Aquí encaja mejor lo segundo.

23,4 "Me sosiegan": el verbo es frecuente en Is II: 40,1; 49,13; 51,3.12.19; 52,9.

23,5 El uso de perfumes en los banquetes está atestiguado abundantemente.

23,6 "Bondad y lealtad" personificados como escolta.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Jn 10,1-18 presenta a Jesús como el bueno o auténtico pastor (Ez 34). La primera carta de Pedro sintetiza en la imagen cristología con eclesiología: 2,25; 5,2-4. A partir de esos datos se puede conducir una reflexión sobre símbolos del salmo y sacramentos.

domingo, 6 de junio de 2010

SALMO 22 (21)

Is 53

2 ¡Dios mío, Dios mío!
¿por qué me has abandonado?
Te queda lejos mi clamor,
el rugido de mis palabras,
3 Dios mío, te llamo de día y no respondes,
de noche, y no me doy tregua;
4 aunque tú habitas en el santuario,
alabanza de Israel.

5 En ti confiaban nuestros padres,
confiaban y los ponías a salvo;
6 a ti gritaban y quedaban libres,
en ti confiaban y no los defraudabas.

7 Pero yo soy un gusano, no un hombre;
afrenta de la gente,
despreciado del pueblo;
8 al verme se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
9 "Acudió al Señor, que lo pongas a salvo,
que lo libre si tanto lo quiere".

10 Fuiste tú quien me extrajo del vientre,
me tenías confiado
a los pechos de mi madre;
11 desde el seno me arrojaron a ti,
desde el vientre materno tú eres mi Dios.

12 No te quedes lejos,
que el peligro está cerca
y nadie me socorre.
13 Me acorrala un tropel de novillos,
toros de Basán me cercan;
14 abren contra mí las fauces:
un león que descuartiza y ruge.

15 Me derramo como agua,
se me descoyuntan los huesos;
mi corazón, como cera,
se derrite en mis entrañas;
16 seca como una teja mi garganta,
la lengua pegada al paladar.
Me aplastas contra el polvo de la muerte.

17 Me acorralan mastines,
me cerca una banda de malhechores.
Me taladran manos y pies,
18 y puedo contar mis huesos.
Ellos me miran triunfantes:
19 se reparten mis vestidos,
se sortean mi túnica.

20 Pues tú, Señor, no te quedes lejos,
fuerza mía, apresúrate a socorrerme;
21 libra mi vida de la espada,
la única, de la garra del mastín;
22 sálvame de las fauces del león,
de los cuernos de búfalos a este desgraciado.

23 Contaré tu fama a mis hermanos,
en plena asamblea te alabaré.
24 "Fieles del Señor, alabadlo,
linaje de Jacob, glorificadlo,
reverenciadlo, linaje de Israel
25 porque no ha despreciado ni le ha repugnado
la desgracia de un desgraciado,
no le ha escondido el rostro,
cuando pidió auxilio, le escuchó".

26 Tú inspiras mi alabanza en la gran asamblea:
cumpliré mis votos delante de sus fieles.
27 Comerán los desvalidos hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
¡no perdáis nunca el ánimo!
28 Lo recordarán y se volverán hacia el Señor
todos los confines de la tierra,
se postrarán en su presencia
las familias de los pueblos;
29 porque el Señor es Rey,
él gobierna a los pueblos.

30 Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,
en su presencia se encorvarán
los que bajan al polvo.
Mi vida se la conservará.
31 Mi descendencia le servirá
y contará quién es;
32 a la generación venidera le anunciará su justicia,
al pueblo que ha de nacer, que él actuó.


22. Es una súplica individual con sus dos componentes mayores: petición de auxilio en la tribulación, promesa de acción de gracias pública por la esperada liberación. La súplica se apoya en diversas motivaciones: la situación trágica del orante, lo que es y ha sido el Señor para él y para otros.

Dentro del género el poema se destaca por varios aspectos individuales. La urgencia extrema; la intensidad de la expresión, mezcla de realismo y fantasía. No confiesa pecados propios ni invoca el castigo de los enemigos. La acción de gracias futura tiene una extensión inusitada, abarca todo el orbe y el futuro. Más que ningún otro texto este salmo ha influido en los relatos evangélicos de la pasión.

COMPOSICIÓN. Dos partes: súplica (2-22), acción de gracias (23-32). La primera parte está jalonada por la repetición de "lejos" (2.12.20). La segunda parte procede en tres ondas; los fieles (23-27), los pueblos (28-29), muertos y descendientes (30-32). La primera parte emplea un lenguaje imaginativo; cerca y lejos, líquido y árido, fieras. Cercanía del asedio, del acoso, y lejanía extraña de Dios; en su estado físico lo consistente se derrite (15), lo húmedo se reseca (16); la imagen de las fieras sacan a la superficie y delatan la feroz bestialidad que se esconde en muchos hombres.

22,2 El título duplicado y la interrogación establecen el tono acuciante de la súplica. No es protesta, sino requerimiento confiado, necesidad de explicarse la incomprensible actitud de "su Dios". "Rugido" por la sonoridad, por la fuerza elemental con que brotan.

22,3 Niega la secuencia normal llamar - responder. La noche no trae descanso ni interrumpe sus gritos: 1 Re 8,59; Jr 8,23.

22,4 Es enfático el pronombre personal aquí y en 7.10.20. "Habitas": o te sientas en el trono: 1 Sm 4,4; 2 Sm 6,2; 2 Re 19,15.

22,5-6 Es enfática la triple repetición de "confianza", casi equivalente de e; cfr. Eclo 2,10. Tema frecuente: Sal 25,3.30; 31,2.18 etc.

22,7 "Gusano"; no por la condición humana (Job 25,6) o la coyuntura política (Is 41,14), sino por su situación social. "Despreciado": como el siervo de Is 49,7; 52,14; 53,3. Se resuelve en el v.25.

22,9 Esas palabras son burla del hombre y desafío de Dios. En boca de los adversarios convierte el poeta la sátira pretendida en elogio involuntario. Desarrolla el tema Sab 2,12-18.

22,10-11. Se remonta al momento crítico del nacimiento. Dios actuaba casi como una comadrona: saca con fuerza a la criatura, la coloca quietecita a mamar el pecho materno, le infunde ahí tranquilidad, la recoge como arrojada a él. Qué tremenda tensión entre el abandono actual y pertenecer a Dios de nacimiento.

22,12 Se concentra la oposición de cerca y lejos, los enemigos y Dios.

22,13-19 Se coloca en primer plano la transformación imaginativa, con rasgones que dejan asomar la apariencia real. La visión intensamente subjetiva transmuta a los hombres en fieras, el cuerpo en materiales extraños.

22,13 "Toros": compárese con la visión satírica de Is 34,7; Ez 39,18.

22,14 El "león" en singular, como figura emblemática.

22,15 "Como agua": según 2 Sm 14,14 es la condición humana. "Los huesos": se siente desarticulado, sin amazón consistente. "Como cera"; también en 68,4.

22,16 Lam 4,4.

22,16b Algunos corrigen el verbo en tercera persona, como acción de un enemigo que me da muerte. Prefiero mantener la lectura masorética, con toda la violencia de la sorpresa. Abandonado de Dios, cercado por fuera y por dentro, al orante, en un relámpago mental, le parece descubrir a Dios entre sus enemigos, cómplice y ejecutor, ahora cerca, inmediato. Esa cercanía final de Dios, mortífera e incomprensible, es la tragedia abisal del orante. Dios abarca su existencia entera: lo arrancó del seno materno, lo deposita en la tumba.

22,17 "Cavan": el hebreo dice "como un león". Diversas correcciones y explicaciones se han propuesto: atar, para que no pueda pelear ni huir; perforar, atravesar, a la luz del relato evangélico. La imaginación puede salvar como metáfora el significado normal "cavar": los mastines a dentelladas abren brechas en antebrazos y pantorrillas.

22,19 Se incautan hasta de la ropa del condenado. Mantos y vestidos podían formar parte del botín de guerra: Jue 5,30; Jos 7,21; 2 Re 7,15.

22,21-22. Concluye esta primera parte con una conjunción de garras, fauces y cuernos que sólo el Señor podrá desbaratar. El hombre no tiene más que una vida (cfr. Sal 35,17), la del orante es "desgraciada".

22,22 2 Tim 4,17.

22,23-32. En la segunda parte notamos primero abundantes repeticiones verbales que se entrelazan irregularmente formando un tejido unitario. Atendiendo a criterios formales, el triple "porque/que", en 25.29.32, tendría que dividirse así: yo y la asamblea, fieles del Señor, estirpe de Israel (23-25); yo y la asamblea, los humildes que lo veneran y las naciones del mundo (26-29); yo, los que mueren, mi descendencia, los sucesores (30-32). Atendiendo a los participantes, habría que contar detrás de 27: o sea, yo -Israel- todo el mundo, yo -los que fueron - los que serán. Resulta un movimiento de expansión contrapuesto al cerco de la primera parte.

22,23 "Hermanos" son los miembros del pueblo; designación corriente en Dt.

22,25 "No ha despreciado" responde al v.5. "Repugnancia, asco" es expresión fuerte: se aplica a los tabúes en Lv, a los ídolos en Dt 7,26. La desgracia puede repugnar a los hombres, no a Dios.

22,27 Otros desgraciados son invitados a participar como comensales en el sacrificio de acción de gracias. El último verso cambia violentamente de persona, como si el orante se dirigiera a los invitados. Algunos han leído sufijo de tercera persona.

22,28 "Recordar y vovler" se dicen normalmente de los israelitas, no de los paganos. Por tanto el significado será aquí tener presente y dirigirse a, con cambio de religión o reconociendo a Yhwh como Dios y rindiéndole homenaje.

22,29 Reinado universal, como en textos proféticos: Jr 10,7; Abd 21; Zac 14,9.

22,30 "Cenizas": apoyo la traducción en el paralelismo y en Jr 31,40. "Bajar al polvo" es variación del común bajar a la fosa. Designa a los muertos, no a los mortales. El homenaje a Dios de los muertos es concepción desusada: véanse p.ej. Sal 30,10; 89, 11-13. El texto de la frase final es muy dudoso; corrijo con versiones antiguas. Alternativas: "que no puede conservar la vida", "su alma vivirá para él".

22,31 Continúan las dificultades textuales. El sentido de mi versión es que una descendencia asegurada es parte de la vida del orante; sus descendientes continuarán siendo fieles servidores del Señor y transmitirán la tradicción paterna. La familia es el primer círculo concéntrico.

22,32 Más ancha es la generación venidera, la próxima las siguientes. La "justicia" engloba toda la actividad del Soberano, no sólo la judicial. La frase final es escueta (cfr. Sal 37,5). Con un simple verbo ser borra toda la lejanía e inacción de la primera parte del salmo. Dios no abandona ni se queda lejos.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Los primitivos relatos de la pasión de Jesús utilizaron el más importante salmo de un inocente perseguido y liberado para describir detalles precisos. El salmo es favorito de la liturgia de la pasión. Pero hay que tener en cuenta algunos cambios: el orante del salmo no muere, Cristo muere, su liberación alcanza más allá de la muerte. La liberación del salmo actúa sólo al ser contada; la de Cristo es eficaz en sí y por ello debe ser anunciada. El cristiano se incorpora al sufrimiento de Cristo; la pasión de la víctima inocente denuncia la injusticia humana.