miércoles, 30 de diciembre de 2009

SALMO 10. (9)

SALMO 10 (9)

L 1 ¿Por qué, Señor, te quedas lejos
y te escondes en los momentos de peligro?
2 La soberbia del malvado
se enardece contra el desgraciado:
¡que se enreden en las intrigas que han tramado!

M 3 ¿Por qué se gloría el malvado de su ambición
y el codicioso se felicita con insolencia?
N 4 Desprecia al Señor el malvado:
¡No hay Dios que me pida cuentas!
5 Sus maquinaciones…
Retuercen siempre su camino.

S Ha apartado de su conciencia tus juicios
y desafía a todos sus rivales.
6 Piensa: No vacilaré jamás,
caminaré sin contratiempos.
P 7 Su boca está llena de engaños y fraudes,
esconde su lengua maldad y opresión;
8 en el corral se agazapa
para matar a escondidas al inocente;
c sus ojos espían al desgraciado,
9 acecha en su escondrijo como león en su guarida,
acecha al desgraciado para secuestrarlo,
secuestra al desgraciado arrastrándolo en su red.
S 10 El inocente se encorva triturado
y cae por la violencia de los perversos.
11 Piensa: Dios se ha olvidado,
se tapa la cara y ya no ve.

Q 12 Levántate, Señor, extiende la mano,
no te olvides de los desgraciados.
13 ¿Por qué ha de despreciar a Dios el malvado
pensando que no le pedirá cuentas?

R 14 Pero tú ves las penas y desgracias,
los miras para retribuir:
de la maldad te encargas tú,
tú eres el socorro del huérfano.

S 15 Rómpele el brazo al malvado.
Si buscas al malvado, ya no lo encuentras.
16 El Señor reina eternamente
y los paganos se han marchado de su país.

T 17 Tú escuchaste, Señor,
los deseos de los humildes,
los animaste prestándoles oído,
18 para hacer justicia al huérfano y al oprimido.
¡Que no vuelva a sembrar su terror
el hombre hecho de tierra!


10,1 A los imperativos de la súplica sigue la pregunta retórica urgiendo a la acción.

10,2-3b. La descripción del malvado comienza por la soberbia: Is 16; Jr 48; Eclo 10,16-18; de la que brota la furia contra el indefenso. Se adelanta la letra M, truncada; sospecho que se ha perdido un verso.

10,3c-5a. Tengo que manipular el texto para sacar los versos paralelos de la letra N. Sobre la ambición: IS 26,8; Eclo 5,2; sobre la codicia; Jr 22,17; Eclo 11,30; sobre la altivez: Prov 16,18. Tomo los verbos alabar y felicitar como reflexivos: cfr. Sal 49,18; 52,3.

10,5b-6. Con leve cambio reconstruyo el texto de la letra S, iluminado por Job 27,2; 34,5. Desprecia a Dios, insulta al prójimo, confía en sí.

10,7. La letra P va antes de la c. El efecto es de acumulación. La boca es muy importante en las relaciones sociales.

10,8-9. Insiste en el verbo acechar. Su lengua es mentirosa, su acción es solapada: se esconde, vigila, aguarda su momento. Es la actitud de la fiera al acecho de una presa, Lam 3,10; Job 38,40; o del cazador emboscado en su “red”. “Inocente” encaja en el contexto forense; “desgraciado” es traducción puramente conjetural.

10,9. “Secuestrar” es el verbo de Jue 21,21.

10,10. Añado la palabra “justo, inocente” para recuperar la letra S. De él se predican los verbos siguientes. “Perversos” es traducción conjetural, pedida por el sentido.

10,11. Los que “se olvidan” de Dios (9,18) afirman que “Dios se olvida” (10,11), contra 9,13 y 10,12. “Tapar el rostro” para no ver: Sal 13,2; 27,9; 30,8 etc.

10,12-13. El orante se pone a rebatir las pretensiones del malvado. Dios ve, no olvida, exige cuentas.

10,14. Verso muy dudoso. “Retribuir”: alternativa “grabar en la mano” las penas del pobre: “tomarlo en la mano” al malvado para castigarlo. “Maldad”: conjetural, según 8; “te encargas” para castigar. Alternativa: “el pobre se abandona a ti”.

10,15. “Romper el brazo”: Sal 37,17; Ez 30,21.24.

10,16. De nuevo pide un contexto internacional. El Señor establece o restablece su reinado en la capital y expulsa de su territorio a los paganos.

10,17 “Animaste”: véanse Sal 57,8; 78,37; 112,7.

10,18. Suprimiendo la cláusula “que no vuelva” queda un paralelismo sencillo, de ritmo regular, con sujeto único, Dios: “para hacer justicia/ para sembrar terror”. Prefiero mantener el texto, con ensanchamiento rítmico conclusivo. Véase la raíz en “aterrorizar” de Ez 32,23.25.26.30; Is 14,16; en el sustantivo “tirano” de Sal 37,35; 54,4; 86,14.

Transposición cristiana. Rom 3,14 cita 10,7 describiendo al pecador; 1 Pe 5,8 aplica al diablo la consabida imagen del león; Hch 17,31 menciona el juicio definitivo y universal. Puesto el salmo en boca de Cristo, unos versos se refieren al juicio del Padre que anula e invierte la condena de los poderes humanos; otros versos suenan como canto de resurrección; otros como anuncio de su reino universal.

domingo, 6 de diciembre de 2009

SALMO 9

SALMO 9

A 2 Te doy gracias, Señor, de todo corazón
Contando todas tus maravillas;
3 Quiero festejarte y agasajarte
tañendo en tu honor, Altísimo.

B 4 Porque mis enemigos retrocedieron,
tropezaron y perecieron en tu presencia.
5 Pronunciaste sentencia en mi favor,
sentado en el tribunal, juez justo.

G 6 Reprendiste a los paganos,
destruiste al malvado
borrando su apellido para siempre.
8 El señor reina eternamente,
dispone el tribunal para juzgar.

H 7 Ellos perecieron, se acabó su recuerdo;
redujiste sus ciudades a ruinas perpetuas.
9 El juzga el orbe con justicia
y rige las naciones con rectitud.

W 10 Sea el Señor alcázar del oprimido,
alcázar en momentos de peligro;
11 y confíen en ti los que reconocen tu nombre,
porque no abandonas a los que te buscan, Señor.
Z 12 Tañed para el Señor que reina en Sión,
narrad sus hazañas a los pueblos,
13 pues el que venga la sangre se acuerda de ellos,
no olvida la querella de los desgraciados.

H 14 ¡Piedad, Señor! mira mi desgracia,
tú que levantas del portal de la Muerte,
15 para que pueda contar tus proezas
Y celebrar tu victoria en las puertas de Sión.

T 16 Se han hundido los paganos
en la fosa que hicieron,
en la red que escondieron su pie quedó prendido.
17 Apareció el Señor para hacer justicia,
y en su propia acción se enredó el malvado.

Y 18 Márchense al Abismo los malvados,
los paganos que olvidan a Dios.
20 Levántate, Señor, no se insolente el hombre,
sean juzgados los paganos en tu presencia;

K 19 pues no se olvida para siempre del pobre,
su esperanza nunca se frustrará.
21 Infúndeles, Señor, tu terror,
y aprendan los paganos
que no son más que hombres.

9-10 Hay razones fuertes para considerar este texto como un solo salmo: el artificio alfabético, repeticiones verbales, la tradición griega. Las razones en contra son débiles. Ningún otro salmo presenta un texto hebreo tan deteriorado como el presente. Hace falta reconstruir el orden y varios versos, apoyados en el alfabetismo y en los elementos seguros. Prescindo aquí de la discusión.

Sentido. El artificio alfabético –cada verso hebreo impar comienza con una letra del alfabeto- no se presta a una composición armoniosa y lógica. A lo cual se añade el carácter de esta obra tardía. El desarrollo es premioso, avanza fatigosamente de verso en verso, reiterando; está realizado en gran parte con imitaciones y reminiscencias, sin apenas aciertos originales, con pobreza imaginativa.

En la primera parte domina la alabanza, en la segunda la súplica. Puestos a buscar un tema central, podemos proponer el patrón judicial, cuyas piezas aparecen dispersas. Adelanto aquí una ordenación lógica, según los actores del triángulo, dos partes y el juez.

Dios es rey y juez, o juez porque rey (10,16); reina en Sión, capital de su reino (9,12); se sienta en su trono, que es también judicial (9,5.8.12); es juez justo (9,5), universal (9,9), administra justicia (9,17), juzga a los malvados (9,20) y a los inocentes (10,18). Está informado (9,14; 10,14), escucha y presta atención (10,17), no se desentiende (10,11) ni se olvida (9,13; 10,11s). Está sentado (9,5.8) y se levanta (9,20; 10,12). La sentencia es diversa: “romper el brazo” (10,5), morir sin descendencia masculina (10,16) destierro (10,16), pena de muerte (9,16.18).

Los culpables están nombrados, calificados, descritos (10,3-11): su codicia (10,3), insolencia (10,4), pensamientos contra Dios (10,4-6.11); ojos que acechan (10,8) boca que engaña (10,7); pueden ser paganos o naciones (9,6-9).

Los inocentes llevan varias denominaciones: pobre (9,19), huérfano (10,14-18), triturados (9,10; 10,18), marginados (9,14.19; 10,2.9.12.17): son víctimas (10,8). Se menciona también la condición humana universal (9,20s; 10,18). La victoria judicial desemboca en una celebración festiva del Señor (9,2.3.12.15).

¿Describe un juicio escatológico o uno histórico? Las razones de uno o de otro se equilibran. Escatológico: el juicio es universal, definitivo, de paso a la instauración del reinado perpetuo de Ywhv. Histórico: las descripciones concretas, el tono de súplica, el peligro recurrente.

9,2-3 Introducción convencional de himno en tono jubiloso.
9,4-5 Invierte el orden cronológico para remontarse del hecho a la causa: derrota – juicio – juez. Se establece el tema forense conductor.
9,6.8 Invierto el orden para respetar el artificio alfabético. Se llega a la sentencia, que opone la extinción de los malvados al reino perpetuo del Señor.
9,7.9 Inversión correlativa de la precedente. El ámbito se hace internacional, como si se tratase de un conflicto de paganos contra el pueblo elegido.
9,10 El fracaso y condena de los malvados está en función de la liberación de inocente.
9,11 Sintetiza la relación de los inocentes con el Señor: reconocen, buscan, o veneran, confían.
9,12 Sión es la capital del reino, desde donde se difunde la fama del Señor.
9,13 “Vengar” o pedir cuentas: Gn 9,5; Ez 3,18.20.
9,14. Las consonantes permiten leer imperativo, de súplica, o perfecto, de proclamación. Mantengo la vocalización de imperativos. Interpreto las “puertas de la Muerte” como el acceso o entrada en su reino (no el poder como en Mt 16,18), a la luz de Is 38,10; Job 38,17; cfr. Sal 30,2. El peligro ha sido extremo, mortal, Dios solo ha podido conjurarlo.
9,15 A esas puertas se contraponen las de Sión, acceso a la vida. Donde se pronuncia sentencia se canta la alabanza.
9,16-17 En imagen convencional de caza enuncia el castigo inminente de los malvados: su maldad se vuelve contra ellos. Véanse p. ej. Prov 26,27; Sal 35,7s; 57,7.
9,18 Por el “Abismo” se opone al v.14; por el “olvidar”, al buscar del v.11: Sal 50,22; Job 8,13.
9,19 Aunque dé largas, no es para siempre. En última instancia el desgraciado no fracasa.
9,20 Alzándose, en gesto judicial, anula el poderío del hombre: Is 2,9-19.
9,21 Expresión única: el terror numinoso devuelve a los hombres la conciencia de su condición. La frase pide una pausa mayor.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

SALMO 8

SALMO 8
(Eclo 17,1-14; Heb 2,5-8)

2 ¡Señor dueño nuestro, qué ilustre es tu nombre en toda la tierra!
Quiero servir a tu majestad celeste
3 con la boca de chiquillos y criaturas.
Has cimentado un baluarte frente a tus adversarios
para reprimir al enemigo vengativo.

4 Cuando contemplo tu cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has dispuesto,
5 ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el hijo de Adán para que te ocupes de él?

6 Lo has hecho poco menos que un dios,
de gloria y honor lo has coronado,
7 le has dado el mando sobre las obras de tus manos;
todo lo has sometido bajo sus pies:
8 ovejas y toros en masa *
también las bestias salvajes,
9 aves del aire, peces del mar
que trazan sendas por los mares.

10 Señor, dueño nuestro, ¡qué ilustre es tu nombre en toda la tierra!


8. Himno a Dios por la creación y por el hombre.

Composición. Un verso repetido produce la inclusión mayor; pero la frase resuena cargada del sentido de lo que precede.

Triple ma: en los extremos admirativo, en el centro es pregunta mezclada de estupor. Pregunta central, clave del sentido peculiar del salmo.

“¿Qué es el hombre?” Es esa gran pregunta que se yergue sobre el horizonte plano de la tierra, esa curva que se vuelve sobre sí preguntando. El hombre es el ser que se sabe y no se sabe. Es la pregunta y el que pregunta. Pero la pregunta ha sido provocada por una contemplación trascendente, religiosa de la creación. El hombre es un ser terrestre, un señor vasallo, capaz de contemplar una obra de Dios y de domeñar otras.

Personajes. Yhwh es el protagonista de casi todas las acciones. Elohim son divinidades o seres celestes sometidos a Dios supremo; cf. Sal 86,8; 9,7; 136,2. El hombre: cualquier hombre, en su condición presente, sin limitación. Está más cerca de las divinidades que de los animales; se define por sustracción “poco menos”. Curiosamente a rebeldes contrapone un niño, como ejemplo de humanidad. Algunos identifican a los rebeldes con seres mitológicos, alegando Sal 74,14; 89,11.

8,2 Combina un título restringido, “dueño nuestro” con un horizonte ilimitado, “toda la tierra”.

8,2b El texto consonántico es muy dudoso y ha originado interpretaciones diversas: de los verbos dar, repetir, cantar etc.

8,3 Si la actitud infantil, no pueril, es de descubrimiento gozoso y afirmativo, su boca es inadecuada para expresarlo: véase Sab 10,21. Haría falta un niño adulto o un adulto niño. El “baluarte” podría ser el firmamento inaccesible e impenetrable.

8,4 “Obra de los dedos” es fórmula inusitada, que parece subrayar un modelado mìnucioso. Se refiere al cielo nocturno: compárese con la visión diurna del Sal 19.

8,5 Empieza la serie de seis verbos cuyo sujeto es Dios y complemento el hombre. Los dos primeros afirman la relación personal, maravillosa.

8,6-7 Los cuatro verbos son como un ceremonial de investidura: le asignan un puesto o rango, coronación, mando, un escabel bajo los pies. Véase Sab 9,2 y compárese con el “mando” de las lumbreras en Gn 1,16.

8,8-9 Los animales se reparten en domésticos y salvajes y por zonas. Es llamativa la atención prestada a los peces: véanse Sal 104,25; Eclo 43,25.

Transposición cristiana: Mt 21,16 cita el v.3 justificando el júbilo infantil. Heb 2,5-8 aplica el salmo a Jesucristo, el solo en quien se cumple plenamente. Sölo que consigue la corona a través del sufrimiento, de modo no previsto por el salmo. Pablo en 1 Cor 15,26 aplica el v.7 a Cristo glorificado.

8,8 *O: sin excepción.

domingo, 15 de noviembre de 2009

SALMO 7

SALMO 7

2. Señor, Dios mío, a ti me acojo:
Sálvame de mis perseguidores y líbrame,
3. para que no me atrapen como un león
Y me desgarren sin remedio.

4. Señor, Dios mío, si he cometido eso,
si hay crímenes en mis manos,
5. si he perjudicado a mi amigo
o despejado al que me ataca sin razón,
6. que el enemigo me persiga y me alcance,
me pisotee vivo por tierra,
aplastando mi vientre contra el polvo.

7. Levántate, Señor, indignado,
álzate contra la furia de mis adversarios,
reacciona a mi favor
en el juicio que has convocado.
8. Que te rodee una asamblea de naciones
presídela desde la altura
9. –el Señor es juez de los pueblos-.
Júzgame, Señor, según mi justicia,
según mi honradez, a mi favor.

10. Cese la maldad de los culpables
y apoya al inocente,
tú que sondeas corazón y entrañas,
Dios justo.
11. Mi escudo está en un Dios
que salva a los hombres rectos.
12. Dios es un juez justo,
Dios sentencia * cada día.
13. Si no se convierten, afilará la espada,
tensará el arco y apuntará,
14. le prepara sus armas mortíferas,
maneja sus flechas incendiarias.

15. Mirad: concibió un crimen,
está preñado de maldad y da a luz un fraude.
16. Una zanja cavó y ahondó
y cayó en la fosa que hizo;
17. recaiga sobre él su maldad,
que le caiga en la cabeza su crueldad.

18. Yo confesaré la justicia del Señor.
tañendo en honor del Señor Altísimo.


7. Súplica de un inocente injustamente acusado que apela al tribunal de Dios en el templo. El salmo o se destinó al uso formal en procesos de apelación o es una composición literaria estilizada según el patrón de un proceso judicial. El acusado acude al templo, (2) protesta de su inocencia (9), lo jura (4-6), acusa a sus acusadores (2-3.7.15-17). El juez supremo (9) investiga (10), se levanta a pronunciar sentencia (7) de absolución (8) y condenación (12) respectiva de las partes. La sentencia se ejecuta (13s). El orante proclama su justicia o inocencia y la justicia del Señor Juez. Dos datos son peculiares del salmo. Al reo se le concede la posibilidad de convertirse antes de la ejecución de la sentencia (13); se hace una descripción psicológica del malvado en imagen de generación.

7,2-3 El peligro es grave, está en juego la vida, y sólo el Señor puede librarlo. La imagen del león delata lo que de bestial y feroz se esconde en el hombre y aflora en su conducta.

7,4-6 Es normal la forma condicional del juramento: véase la amplificación de Job 31. Sobre el juramento en los juicios: Éx 22,6-8; 1 Re 8,31s.

7,4 Parece aludir a una acusación concreta, si no es expresión formularia. En las manos se muestra el corpus delicti; cfr 1 Sm 25,12.

7,5a Alternativa: “si me he vengado de quien me hizo mal”.

7,5b “Sin razón” podría ir con “he despojado”. Véase Job 31,29s.

7,6 Es una secuencia imaginativa; el perseguidor da alcance al perseguido, aún vivo; lo pisotea, lo coloca vientre a tierra y pone su pie encima. Tierra y polvo pueden aludir por connotación al reino de la muerte.

7,7 Toca al juez: se levanta, se coloca en lugar elevado, se dispone a conducir el proceso. Su indignación es contra la injusticia, sin prejuzgar quién es el inocente. Variante: “álzate con furia”.

7,8 El caso particular se abre a la visión trascendente del juez universal; el orante se imagina ante semejante asamblea. Véanse Gn 18,25; Sab 12,13.

7,9b Véase el desarrollo de Sal 26, 1-3 y compárese con Sal 35,24.

7,10a Cesa por intervención del juez, y el inocente logra la estabilidad.

7,10b Toca al juez averiguar: Dt 19,18. Dios ve más allá de los hechos porque penetra las conciencias: Prov 15,11; 17,3; 21,2. “Entrañas”: a la letra “riñones”, sede de las pasiones.

7,11 Del caso personal sube al principio general.

7,12-14. Parece afirmar dos contrarios: la puntualidad de “cada día” y el dar tiempo para la conversión. La ejecución salta a la imagen bélica, y antes se pronuncia un ultimátum: cfr. Dt 20,10-13; 32,41s.

7,12 * O: condena.

7,15 El análisis psicológico es aportación original, que se puede comparar con Job 15,35; Is 33,11; Sant 1,15.

7,16 Imagen de caza mayor: zanjas cubiertas, hoyos disimulados en los que cae la fiera y no puede salir: Sal 57,7; Prov 26,27.

7,17 La cabeza como sede de la responsabilidad: cfr. Jue 9,53.57.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.
Partimos de 1 Pe 2,23; en 5,8 compara al diablo con un león. Mt 25,32 presenta al juez universal escatológico.

domingo, 25 de octubre de 2009

SALMO 6

SALMO 6

2. Señor, no me reprendas con ira,
no me castigues con cólera.

3. Piedad de mí, Señor, que desfallezco,
Cura, Señor, mis huesos dislocados.
4. Respiro descompasadamente,
y tú, Señor, ¿hasta cuándo?

5. Vuélvete, Señor, pon a salvo mi vida,
sálvame, por tu misericordia.
6. Que en el reino de la muerte nadie te invoca,
en el Abismo ¿quién te da gracias?

7. Estoy agotado de gemir,
toda la noche anego mi lecho,
se disuelve en mis lágrimas la cama *,
8. se consumen irritados mis ojos,
Envejecen por tantas contradicciones.

9. ¡Apartaos de mí, malhechores!
que el Señor ha escuchado mi llanto,
10. el Señor ha escuchado mi súplica,
El Señor ha acogido mi petición.
11. Queden derrotados,
desconcertados mis enemigos,
retírense derrotados al momento.



6. Súplica de un enfermo grave. En la experiencia del orante entran: la enfermedad con sus sufrimientos, la angustia interior y el temor de la muerte, la conciencia de una hostilidad perversa, la conciencia del pecado; responden al ser corpóreo, a la conciencia interior y a la condición social del hombre. Las relaciones entre dichos factores iluminan el sentido.

Los enemigos pueden ser rivales que se aprovechan de la enfermedad; o bien el paciente se vuelve más sensible a la hostilidad precedente y conocida. Dolor y enfermedad son adelantados de la muerte, instalados en el cuerpo y en la conciencia. La muerte se adelanta en la conciencia, toma posesión de ella; en la presencia invencible de la enfermedad, en el cerco triunfante de los rivales. La respiración es vida que se consume, las lágrimas desahogan y consumen los ojos.

La enfermedad es además sentida como efecto del pecado: en este caso, como castigo impuesto por Dios, escarmiento saludable. Sólo Dios, que impuso el castigo, puede dar el remedio. Para dolencia curación (3), para culpa gracia (10), contra enemigos derrota (11).

6,2 La bina reprender y corregir procede del ámbito sapiencial; propone el factor áspero y doloroso de la educación, que el discípulo no puede regir: Prov 3,11; 5,12; 10,17; 15,5 etc.; también Jr 10,254.

6,3-4 La piedad se opone a la ira. Los huesos suministran la consistencia, la respiración acompasa el ritmo de la vida. La dilación de Dios puede llegar a hacer mortal la enfermedad.

6,5 Vuelta o conversión de Dios: de ira a piedad, de corrección y castigo a liberación y salvación.

6.6 Tema clásico: Is 38,18; Sal 30,10; 88,11s; 115,17.

6,7 Descripción hiperbólica del llanto, cfr. Is 38,2s. * O: en lágrimas mi cama.

6,8 Sobre el llanto: Sal 31,10; Lam 3,22; Eclo 31,15.

6,9 Sorprende esta interpelación repentina a personajes presentes y no mencionados antes. Puede ser convención del género.

6,11 También dolor, angustia y muerte se podrían contar entre los enemigos.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA: Mt 7,23 y Lc 13,27 podrían aludir al v. 6,9. Heb 5,7 menciona los gemidos y lágrimas de Jesucristo.

lunes, 14 de septiembre de 2009

SALMO 5.

SALMO 5

2. Escucha mis palabras, Señor, percibe mi susurro,
3. haz caso de mis gritos de socorro,
¡Dios mío y Rey mío!
A ti te suplico, Señor:
4. por la mañana oye mi voz;
por la mañana te expongo mi causa
y quedo aguardando…


5. Pues tú no eres un Dios que quiera el mal
Ni el malvado es tu huésped
6. ni se mantendrán los arrogantes ante ti *-
Detestas a los malhechores,
7. destruyes a los mentirosos;
a sanguinarios y embusteros *
los aborrece el Señor.


8. Yo en cambio, por tu gran bondad,
Puedo entrar en tu casa
y postrarme hacia tu santuario
con reverencia.
9. Por tu justicia guíame, Señor,
en respuesta a mis detractores;
allana ante mí tu camino.
10. Que en su boca no hay sinceridad,
su mente es una sima,
su garganta es un sepulcro abierto
y halagan con la lengua.
11. Condénalos, oh Dios, que fracasen sus planes:
por sus muchos crímenes, expúlsalos,
que se rebelan contra ti.


12. Que se alegren los que se acogen a ti
con júbilo perpetuo,
que se regocijen contigo
los que aman tu nombre.
13. Que tú, Señor, bendices al inocente,
lo cubres y lo rodeas
con el escudo de tu bondad.


5. Un inocente, injustamente acusado o perseguido, apela al tribunal de Dios en el templo (8a), expone su causa, 4a , aguarda la sentencia (4b), el castigo de los enemigos (10-11). El salmo pudo usarse en casos concretos de apelación; también puede ser una composición poética libremente modelada según la imagen judicial sacra. En la apropiación actual se desprende del contexto forense real, si bien lo puede recitar un inocente injustamente condenado por un tribunal humano.

Personajes. El Señor figura como juez imparcial, no neutral. El orante reconoce su “justicia” y su oposición a los malvados, casi con acento hímnico (5-7): no ama, no hospeda, no recibe, detesta, aborrece, destruye. La justicia (9), de Dios está temperada por la “bondad” (8.13). Los enemigos están descritos por acumulación y reiteración; no es seguro que se trate de jueces corrompidos. El orante no se presenta con claridad; no aduce méritos propios, no describe penalidades, no protesta inocencia; se encomienda a la bondad del Señor. Y mira al futuro: se pone en manos de Dios para ser juzgado, invoca el auxilio de Dios para ser guiado, (9). Entra confiado, se postra reverente, saldrá dócil y asegurado.

5.3 El título de rey incluye la función de juez supremo.

5.4 La mañana es el tiempo clásico para administrar justicia o pronunciar sentencia: 2 Sm 15; Jr 21,12.

5,5-7 El Dios supremo es inconciliable, irreconciliable con la injusticia y los injustos en cuanto tales. *O: traidores.

5,6 * O: en tu presencia.

5,8 La bondad es uno de los títulos clásicos del Señor: Éx 36,4; Sal 86,5.15; 103,8. El orante responde con “reverencia”, que es profundo sentido religioso. El tribunal se encuentra en el templo, casa o palacio de la divinidad.

5,9 Tras la sentencia judicial el juez sigue ocupándose de su cliente, que se deja guiar: Sal 27,11.

5,10 Describe la boca calumniosa como pozo o sima resbaladiza; la mención del “sepulcro” intima el peligro mortal.

5,11 No pide sin más el fracaso de las personas, sino de sus planes, que eran en particular la condena del inocente. La “expulsión” puede significar el destierro: Jr 8,3; 16,15.

5,12 La sentencia, que implica la absolución del inocente, tiene resonancia social, como victoria de los fieles del Señor: Prov 11,10; Sal 40,17.

Trasposición cristiana: Pablo combina Sal 5,10 con otros textos para describir la depravación universal. La figura de Dios juez, a quien se encomienda Jesús inocente, se lee en 1 Pe 2,23.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Salmo 4

SALMO 4

2. Cuando te llamo, respóndeme
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste holgura,
ten piedad de mí, oye mi oración.

3. Señores, ¿hasta cuándo será ultrajado mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis la mentira?
4. Sabedlo: el Señor ha distinguido a un fiel suyo,
el Señor me oye cuando lo llamo.
5. Temblad y dejad de pecar,
Reflexionad en el lecho y guardad silencio;
6. ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.

7. Muchos dicen: ¿Quién nos hará gozar de la dicha
si la luz de tu rostro, Señor,
se ha alejado de nosotros?
8. En el corazón me has infundido más alegría
que cuando abundan su grano y su mosto.
9. En paz me acuesto y al punto me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.



4. Domina en este salmo el tema de la confianza, marcada por la repetición en hebreo en 6 y 9. El salmo se distingue por su tensión dramática, aunque habla un solo personaje.
El orante se encuentra como entre dos frentes y desde ahí se dirige a Dios: le suplica en segunda persona, recuerda sus beneficios, habla de él a otros. A los enemigos los interpela con retórica apasionada, acumulando preguntas e imperativos. De los amigos cita en síntesis sus palabras y les ofrece su testimonio ejemplar. Al principio y al final suenan dos símbolos poderosos: el primero expreso, el último en potencia. Estrechez y holgura son experiencias primordiales del hombre en el espacio; se emplean como símbolo de experiencias espirituales. El sueño puede simbolizar el descanso sereno, incluso el descanso definitivo.

4,2 Empieza en tono de súplica, que pasa enseguida a la confianza.

4,3 Se dirige a nobles o gente influyente, que llevan tiempo desprestigiando al orante. El cual se atreve a interpelarlos.

4,4-6 En siete imperativos traza las etapas de una conversión –no pide castigo -: primero “reconocer” que el Señor está de parte del orante y sentir un “temor” saludable, que los hace “cesar” en el pecado; después “interiorizarlo” en el “silencio” de la noche; a la mañana ofrecer un “sacrificio ritual” por su pecado; el desenlace feliz es “confiar” en el Señor.

4,7 Sus amigos tienen razón al decir que sin la “luz” benévola del Señor no hay dicha verdadera; no tienen razón al considerarse abandonados.

4,8 Más que un sermón, les ofrece un testimonio: es el gozo, no justificado por bienes externos; cfr. Is 9,2 incluso venciendo la tributación.

4,9 El orante no necesita reflexionar en el lecho: confiado en el Señor, nada turba su sueño inmediato.

TRASPOSICIÓN CRISTIANA: Ef 4,26 cita a su aire el v.5. Del gozo en la tribulación dan testimonio 2 Cor 1,3-5; 7,4; 1 Tes 1,6. Para el símbolo del espacio pueden verse Hch 17,28; Ef 3,18.

lunes, 7 de septiembre de 2009

SALMO 3.

SALMO 3

2. Señor, cuántos son mis adversarios,
Cuántos se levantan contra mí,
3. cuántos dicen de mí:
no hay salvación para él en Dios.


4. Pero tú, Señor, eres mi escudo en torno (*),
mi gloria, tú me haces levantar la cabeza.
5. Si grito invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo.
6. Me acuesto y me duermo,
me despierto, porque el Señor me sostiene.
7. No temeré al ejército innumerable
que me ha puesto cerco.
8. ¡Levántate, Señor, sálvame, Dios mío!
Tú abofeteaste a mis enemigos,
rompiste los dientes de los malvados.


9. Tuya, Señor es la salvación,
para tu pueblo tu bendición.



3. Súplica con expresión de confianza, basada en experiencias pasadas. Con el triángulo clásico del género: el orante, los enemigos, el Señor, ligados en varias relaciones.
La imagen es bélica. El orante indefenso se ve asediado por una multitud que acampa a su alrededor y se levanta para el asalto. Pero entre ambos se interpone otro cerco más próximo y no menos cerrado: el Señor como escudo. Por eso el ciclo de la vida continúa su ritmo fundamental: se acuesta, duerme, se despierta. El sueño no es símbolo de muerte, sino expresión de calma. Por la mañana es Señor se alza, y la batalla se convierte imaginativamente en un combate singular, a fuerza de puños. El sentido se aclara tomando 8a como texto de la oración mencionada en 5a.
3,1-2 Insiste en la multitud: “cuantos”, que desafían al Dios del orante.

3,4 La cabeza alta puede ser gesto de victoria. (*) O: me escudas en torno.

3,6 Véanse Sal 4,9; Lv 26,6; Job 18,1; Prov 3,24.

3,9 Responde confiadamente al desafío del enemigo.

En la trasposición cristiana dormir y despertar se toman como símbolo de muerte y resurrección. Sobre el auxilio de Dios se puede escuchar una alusión en Mt 27,43.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

SALMO 2.

SALMO 2
(Sal 110; Heb 1,2.5)

1. ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos meditan un fracaso
2. se levantan los reyes del mundo
y los príncipes conspiran juntos
contra el Señor y contra su Ungido?
3. “¡Rompamos sus coyundas,
sacudámonos su yugo!”


4. Sentado en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
5. Después les habla con ira
y con su cólera los espanta:
6. “Yo mismo he ungido a mi rey
en Sión, mi monte santo”.


7. Voy a recitar el decreto del Señor:
Me ha dicho: “Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy”.
8. Pídemelo y de daré las naciones en herencia
en propiedad los confines del mundo.
9. Los triturarás con cetro de hierro,
los desmenuzarás como cacharros de loza.
10. Pues ahora, reyes, sed sensatos,
escarmentad los que regís el mundo:
11. servid al Señor con temor,
12. temblando rendidle homenaje *,
no sea que perdáis el camino.




2. El patrón institucional. Un rey soberano de reyes vasallos escoge alguno y lo coloca sobre los demás como representante suyo, Compárese en el AT con la historia de José, Gn 41, los cambios de 2 Re 23,31 y 24,17, y el nombramiento de Jr 27,6-11. Rebelarse al virrey es rebelarse al soberano, el cual reacciona: véase p. ej. la defensa de la dinastía davídica en Is 7,6 y 14,24-27. La institución política se proyecta con alcance teológico.

La composición es particularmente compleja, por las voces que se escuchan, y hábilmente coherente. Un personaje de la corte comienza ex abrupto. En sus palabras nos hace escuchar el grito de la rebelión: “¡sacudamos su yugo!”. Reacciona el soberano, primero con la risa de quien conoce el fracaso, después con ira, corroborando su elección y nombramiento. Toma la palabra el rey humano, leyendo el protocolo del nombramiento, que equivale a una adopción como hijo, y a una entrega del poder. Vuelve a hablar el personaje lanzando un ultimátum a los rebeldes.

El salmo apela al principio formal de autoridad, respaldado por medidas represivas, sin mencionar el contenido de justicia y buen gobierno. Por eso, este primer salmo de la primera colección se ha de emparejar con el último de la segunda colección, el 72, que exalta las virtudes del rey ideal. Véase 2 Sm 7,12-14; Sal 89,27s.

2.1 Adelanta el resultado contrario al pretendido: un fracaso.

2.2 Ungido es el título corriente del rey; sólo Dn 9,25 lo aplica expresamente al Mesías.

2.3 La imagen del “yugo” arranca de los yugos de madera, apoyados sobre los hombros, con que llevar cargas equilibradas. Sobre la rebeldía: Jr 2,20; 5,5; 30,8; Nah 1,13.

2.4 La risa de Dios: Sal 37,13; 59,9; trasciende la ironía de la historia.

2.6 Con énfasis la primera persona.

2.8 El soberano ofrece cumplir una petición del nuevo rey: 1 Re 3,1-15; Sal 21,5; Is 7,11.

2.9 Alternativa: “los apacentarás”, cfr, Miq 5,1-5.

2.11 Texto dudoso y discutido. Según una corrección aceptada, “besadle los pies”, en gesto de homenaje. Someterse en sensatez.

2.12b Probablemente añadido para enganchar el Sal 1.

Transposición cristiana. Toda la tradición ha leído este como mesiánico. Lo citan Hch 4,25s; 13,33; Heb 2,7; 5,5; Ap 12,5; 19,15; véase también 1 Cor 15,24-28.

lunes, 31 de agosto de 2009

SALMO 1.

SALMO 1
(Jr 17,5-8; Prov 4,10-19)


1. Dichoso el hombre que no camina aconsejado por los malvados
y en el camino de pecadores no se detiene
y en la sesión de los cínicos no toma asiento;
2. sino que su tarea es la ley del Señor
y medita su ley día y noche.
3. Será como un árbol plantado junto a acequias,
que da fruto en su sazón
y su follaje no se marchita.
Cuanto hace prospera.
4. No así los malvados
serán como tamo que arrebata el viento.
5. Por eso los malvados en el juicio
no estarán en pie
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
6. Porque el Señor se ocupa
del camino de los justos,
pero el camino de los malvados se extravía.




1. Es como un pórtico colocado cuando se completan las colecciones de salmos. Comienza con la primera letra del alfabeto hebreo , y recibe al orante anunciando una “bienaventuranza”, ofrecida a quien se aparta del mal, de los malos, y… “practica el bien”; el autor contrapone otra actividad. Por medio de la “meditación” asimilar la tôrâ, o ley, o voluntad divina hecha palabra y ya codificada. Del mundo sapiencial salta el autor tardío a la Ley. Ésta es como un caudal perenne de aguas, que se comunica por la meditación y confiere al hombre una vitalidad vegetal inmarcesible (Sal 92,13s), éxito en sus empresas. Mientras que los malos son sequedad, esterilidad, presa del viento. La elección y conducta libre y responsable del hombre revelará su valor en el desenlace definitivo, en un juicio escatológico. Hay que notar las dos asimetrías: malvados / meditador, el Señor se ocupa / el camino se extravía. Paralelos en Jos; Sal 37,31;40; Jr 17, 5-8.

1,1 Hay veintiséis bienaventuranzas o felicitaciones en el salterio, ocho en Proverbios. Apunta un proceso en tres tiempos: caminar, detenerse, sentarse. Los “cínicos” se burlan de los buenos y de sus valores: Prov 3,34; 21,24; 24,9…

1,2 Sobre la meditación en el salterio: 35,28; 37,30; 49,4; 63,7; 71,24; desborda la simple recitación.

1,4 La comparación del tamo es tópica: p. ej. Is 17,13; 29,5; 41,15s; Job 21,18.

1,5 Véase el comparecer de Sab 4,20-5,1.
Para una trasposición cristiana hay que partir de la declaración de Jesús: “Yo soy el camino”. A la meditación de la ley sucede la de los misterios de la vida.

SALMOS. INTRODUCCIÓN.

SALMOS.

INTRODUCCIÓN.

El salterio se presenta como una colección de ciento cincuenta salmos. Pero el número no es exacto. Hay salmos divididos en dos que son uno, como 9-10 y 42-43; otros están repetidos, como 14 y 53,70 y la segunda parte del 40. En el salmo 9-10 la numeración griega se separa de la hebrea y continúa con un número menos hasta coincidir de nuevo en el 147. Yo sigo la enumeración hebrea.

La gran colección se divide en cinco colecciones desiguales, como una especie de Pentateuco de la oración: 1-41, 42-72, 73-89, 90-106, 107-150. Esta división no tiene valor particular; sólo que cada salmo final lleva un colofón añadido.

Los hebreos han dado a la entera colección el título de tehillim, privilegiando el himno o la alabanza, aunque sean más numerosas las súplicas. Globalmente se han atribuido a David, aun contra títulos particulares. En virtud de los salmos, la tradición cristiana griega confiere a David el título “el Profeta”.

Casi todos los salmos llevan, en la Biblia hebrea, un título que indica el autor, la circunstancia y una instrucción musical. Son obras de eruditos, que han intentado muchas veces historificar el salmo correspondiente. No pertenecen al salmo original y por eso no los recojo. Otras tradiciones ofrecen títulos diversos.

Hoy es corriente la clasificación de los salmos por géneros literarios. Un género está definido por el tema, el desarrollo, recursos formales y la situación en que nace o para la cual es compuesto. No todos los comentaristas coinciden en la lista completa de géneros y mucho menos en la clasificación de cada salmo. En esta tarea hay que evitar el rigor y el reduccionismo. Los poetas no hacían voto de rigor, y más importante que el género es el individuo. Propongo la siguiente lista de géneros como ejemplos.

1. Himno:65; 148. Del que son especificaciones:
a) canto de entronización o realeza de Yhwh: 93-99.
b) canto de / para Sión: 48; 122.
2. Acción de gracias: 18; 116.
3. Súplica nacional o comunitaria: 74; 79
4. Súplica individual
a) de perseguido: 22; 35
b) de enfermo: 6; 38
c) de inocente acusado en falso: 17; 26
5. Canto de confianza: 4; 23
6. Por o para el rey: 45; 72
7. Liturgia: 118
8. Penitenciales: 50-51; 130
9. Sapienciales
a) históricos: 78; 105
b) meditaciones: 49; 73

Algunas observaciones. El himno y la acción de gracias fácilmente se confunden o entremezclan. Los cantos de Sión se agrupan por el tema genérico, difieren en el desarrollo; un grupo particular lo forman los cantos de peregrinación. La súplica individual puede ser ampliada o acogida por la comunidad. La confianza es parte de la súplica, no siempre se independiza del todo. Los salmos reales coinciden en el tema genérico, nada más; varía mucho su tema específico: boda, batalla, gobierno. Las liturgias incluyen en el texto indicaciones para la ceremonia. En los penitenciales podemos distinguir la acusación, la confesión, la demanda de perdón. La situación de estos salmos es rara veces histórica, de ordinario es típica. Puede ser real o de imitación literaria; quiere decir que el salmo está estilizado a la manera de notas.

Muy importante es el estudio del lenguaje de los salmos. Se ha dicho, con razón, que el salterio es una síntesis de todo el AT. De ahí la necesidad de leer los paralelos en su contexto próximo y en su relación con el salmo. Después hay que remontarse a un punto donde abarca la validez general y aun universal de sus abundantes símbolos. Por otra parte, el individuo debe ser comprendido en su estructura de superficie o profunda; de aquí la importancia de estudiar la composición y sus relaciones internas.

El texto hebreo de los salmos es con frecuencia deficiente o dudoso. El intérprete tiene que recurrir a hipótesis o conjeturas; o presenta alternativas probables.

Más importante que lo diferencial es un factor común: los salmos son oración, fueron compuestos para ser rezados: ¿por quién?, ¿por quiénes? Con término técnico lo llamamos prosopología y apropiación.

Lo primero es definir quién pronuncia el salmo en la intención original. Más aún, dentro de algunos salmos hablan diversos personajes, y hace falta identificar sus voces; p. ej. Sal 2; 27; 55. Pasa el tiempo y otros pronuncian el salmo en circunstancias nuevas, con otro horizonte mental. Y así sucede la transformación profunda, sin cambiar el texto, cuando los pronuncia Jesús, cuando los consigna a su Iglesia. Los antiguos distinguían; puede pronunciar un salmo Jesucristo como Dios, como hombre singular, como cabeza de la Iglesia. En la Iglesia se puede distinguir: la comunidad y el individuo, la terrestre y la celestial. Esto significa un cambio de horizonte que afecta profundamente al sentido.

Para rezar sinceramente hay que apropiarse el salmo. A saber, sus sentimientos y su expresión. A veces sentimientos ajenos, por compasión, por experiencia vicaria; p. ej. el salmo de un moribundo, Sal 88. La expresión es todo un lenguaje: concreto, rico, simbólico. Unas veces el salmo da expresión a sentimientos ya existentes; otras veces la recitación nos comunica y excita los sentimientos adecuados.