sábado, 16 de abril de 2011

SALMO 48 (47) (46)

2 ¡Grande es el Señor! y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios.
3 Su monte santo, colina hermosa,
gozo de toda la tierra.
El Monte Sión, vértice del cielo,
capital del Emperador.
4 Dios entre sus palacios
descuella como alcázar.

5 Mirad, los reyes se aliaron,
marcharon juntos:
6 sólo verlo, quedaron aterrados,
huyeron despavoridos.
7 Allí los atenazó un temblor,
espasmos como de parturienta:
8 como viento solano que hace naufragar
navíos de Tarsis.

9 Lo que oímos lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los Ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios,
que el Señor la ha afianzado para siempre.

10 Meditamos, oh Dios, tu lealtad
en medio de tu templo:
11 Como tu renombre, Dios, tu alabanza
llega al confín del mundo.
Tu diestra está llena de justicia:
12 lo festeja el Monte de Sión,
los poblados de Judá se alegran
de tus sentencias.

13 Dad vueltas en torno a Sión,
contad sus torreones,
14 fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder contarle a la próxima generación:
15 ¡Éste es Dios!
nuestro Dios eterno,
nuestro guía perpetuo.



48 El salmo se sitúa entre el himno y la acción de gracias a Dios por haber librado la ciudad de un ataque enemigo. Como ilustración se puede escoger el cerco frustrado de Senaquerib según Is 37. El comienzo tiene varias relaciones verbales con el final del precedente. El salmo entero está lleno de enlaces temáticos y verbales con el 46: se podrían leer unidos. Si tomamos el v.9 como centro, a cada lado se colocan dos estrofas de cuatro versos.

El poema está dominado por la presencia correlativa de la ciudad y de Dios. Acumula las referencias espaciales y reitera el nombre de Dios. Si con su presencia Dios engrandece la ciudad, ésta con su contorno ¿no empequeñece a su Dios? El salmo tiene que romper límites y abrir espacios de trascendencia.

En él conviven tres mundos: belleza, poder militar, justicia. La belleza puede infundir terror (6s) -como dice Cant 6,4s comparando a la amada con una ciudad-; la justicia es fuente de alegría (11s).

En un punto de la tierra se vislumbra la altura sublime del monte de la divinidad; en un punto de la historia se adivina una perpetuidad sin límites.

48,2-4 La primera estrofa desgrana una serie de piropos en oraciones nominales; pero más que el lugar interesa el inquilino. "Monte Santo" equivale a consagrado a la divinidad. "Bello" es adjetivo de localidades en Israel, como Tirsa o Jafa o Naín, y en otras culturas, como Schönstadt o Vallehermoso o Bellavista. "Gozo de toda la tierra": Lam 2,15; envidia de otras montañas: Sal 68,17. "Vértice celeste" equivale a la montaña mítica de los dioses, Monte Casio, Olimpo etc.: cfr. Is 14,15.

48,4 Sorprende la personalización: Dios se "manifiesta como alcázar" o ciudadela. Él con su presencia, es la última defensa de la ciudad.

48,5-8 La segunda estrofa explica lo anterior con un caso.

48,5-6 A los sustantivos acumulados siguen los verbos acumulados. Alianza, marcha, llegada y fuga se suceden con rapídez y sin pausa. El tema de la alianza de enemigos se hace tópico, penetra en la escatología y la ficción: Ez 38-39; Zac 14,2s; Jdt.

48,7-8 Sorprende la imagen del naufragio: porque el asalto era terrestre y porque Israel no era pueblo marinero. El viento solano, nacido en el desierto y abalanzado sobre el mar, adquiere prestigio de teofanía, como viento que Dios desencadena. El naufragio representa metafóricamente el inútil poderío de los ejércitos. Navíos de alto porte figuran como representantes del orgullo humano en la lista de Is 2,12-17, y Tiro aparece en figura de navío en Ez 27.

48,9 Verso central. Lo que conocían por tradicción, lo conocen ahora por experiencia; como testigos, un día tendrán que trasmitirlo a los sucesores. "Afianzada": Is 62,7, pues también la fundó: Hab 2,12; Sal 87,5.

48,10-12 El tema gira en dirección inesperada, aunque lógica. Para los que sólo veían, la ciudad era manifestación de belleza y poder militar. Los que además meditan descubren obras virtudes divinas: lealtad y justicia. No hay belleza si la contamina la injusticia; el poder militar se justifica por la justa causa (Sal 45,5).

48,11b-12 "Justicia" y "decisiones (justas)", en posición quiástica abarcan todo un sistema de gobierno y son fuente de gozo.

48,13-15 Nuevo cambio en la cuarta estrofa. Los que hablaban en primera persona se dirigen a un grupo no definido. Los complementos de los imperativos producen cierta tensión: examinad la ciudad para hablar... de Dios. Como quien dice, estudiad arquitectura para explicar teología.

El final nos sorprende con un salto a otra esfera imaginativa: "él nos guía siempre"; algo semejante al final del Sal 23.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La clave es la ecuación Sión = Iglesia. El tema de la belleza suena en Ef 5,27; el de la victoria contra los agresores en Mt 16,18. El Apocalipsis recoge temas del salmo en su presentación de la Iglesia: la ciudad 3,12; 21,2; los agresores 17,1; 18,20; 19,11; pero no hay templo 21,22. Los antiguos intepretan: oír las profecías - ver el cumplimiento.

domingo, 27 de febrero de 2011

SALMO 47 (46)

2 Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo
3 porque el Señor es altísimo y terrible,
emperador de toda la tierra.
4 El nos somete pueblos,
nos sojuzga naciones.
5 Nos escoge nuestra heredad,
el orgullo de Jacob, su amado.
6 Ascendió Dios entre aclamaciones,
el Señor a toque de trompeta.


7 Tañed para Dios, tañed,
tañed para nuestro rey, tañed,
8 porque Dios es rey de toda la tierra:
tañed con maestría.
9 Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su santo trono.
10 Príncipes paganos se reúnen
con el pueblo del Dios de Abrahán,
porque de Dios son los escudos de la tierra
y él es sublime.




47 La comunidad festeja a Yhwh como rey nacional y universal. "Ex-alt-ación" viene de "alto" y se apoya en el valor simbólico que para el hombre, animal vertical, tiene lo alto respecto a lo bajo. El rey sube y se sienta en el trono, súbdito y vasallos lo aclaman con acompañamiento de música. Ese rey no es extranjero: es nada menos que Dios y su nombre es Yhwh. Puede ilustrar el salmo los relatos de 1 Re 1; 2 Re 11; 2 Sm 6.

¿Se trata de un simple texto poético o es el texto de una ceremonia litúrgica? En el segundo caso habrá que imaginar la presencia de Yhwh en el arca. Un heraldo invita a la concurrencia, que responde con aplausos y aclamaciones, mientras suena la trompeta heráldica. Sube la procesión por la colina de Sión, penetra en el recinto del templo y el arca es conducida a su lugar, el camarín. Se pregunta si la ceremonia fue un hecho único, fundacional, o si se repetía periódicamente.

Sea real o no la reconstrucción imaginativa, el salmo proclama la realeza de Yhwh y su reino universal. Dar al Dios nacional el título de rey podría ser importación cultural; la relación de alianza podía favorecerlo: véase 1 Sm 8,7s. Sobre el universalismo el salmo ofrece varios datos: compete a Yhwh el dominio universal (3.8s); escoge un pueblo al que somete otras naciones (4); al pueblo escogido se agregan o incorporan príncipes extranjeros (¿con sus pueblos?).

La composición es de doble onda, con marcados paralelismos: 2=7, 3=8, 6=9b y final de 10; así se destada la asimetría de 4-5 y 10a.

47,2 En un invitatorio clásico figuran como destinatarios todos los pueblos. Si debieran aclamar solo a ´elohim= Dios, no sería extraño; pero el verso inmediato individualiza. La invitación suena como hipérbole, quizá como utopía.

47,3 Nombre y títulos. Se llama Yhwh, es el "Altísimo": cfr. Gn 14,18-22, y 21 veces en el salterio. Es "terrible", impresionante, temible por su poder, respetable por su majestad. Es "emperador" universal: para el título humano, is 36,4.13.

47,4-6 Sigue una motivación nacional, nacionalista, que se puede leer como estilización de la historia. En efecto: pueblos sometidos = victoria sobre reyes cananeos con expulsión o sujeción, entrega de una heredad = territorio entregado al pueblo, entronización de Yhwh = instalación del arca en Jerusalén.
Con desplazamiento de sentido se cantaría a la vuelta del destierro. Pero esta motivación nacional ¿puede convencer a otros pueblos?

47,4 "Bajo los pies" se humilla el cuello del vencido: Jos 10,24; Is 51,23; Bar 4,25.

47,5 La sintaxis es ambigua. Interpreto: la heredad escogida y entregada es nuestro orgullo, de Jacob, el patriarca amado o predilecto.

47,6 El verbo está en perfecto; es uno de los verbos clásicos de la salida de Egipto hacia Canaán. Sueja a paradoja que el Dios "Altísmo" ascienda.

47,9 El trono está en el cielo (Sal 93,2; 103,19; Is 66,1), en Jerusalén o SIón (Jr 17,12), en el templo (Is 6,1; Ez 43,7).

47,10a Acepto la lectura enmndada ´im ´am (haplografía). Los llama "príncipes" quizá para no llamarlos reyes (cfr. Sal 83,12). "Dios de Abrahán" abarca un horizonte universal, según Gn 17,5s.

47,10b. Los "escudos" pueden ser emblema de poder: 1 Re 10,17; 14,26s.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA

El tema de la realeza, de Dios Padre y de Jesucristo, atraviesa el NT y culmina en el Apocalipsis. El tema de la ascensión, sin perder su carácter de símbolo, adquiere un realismo nuevo aplicado a Cristo. Es el gran principio narrativo unificador de Lc 9,51 en adelante. También suena en Ef 4,9; Flp 2,5-11. La liturgia canta este salmo en la fiesta de la Ascensión.

SALMO 46 (45)

2 Dios es para nosotros refugio y fortaleza,
auxilio en los asedios, del todo disponible.
3 Por eso no tememos aunque se trastorne la tierra
y los montes vacilen en alta mar.
4 Que hiervan y bramen sus aguas,
que sacudan los montes con su oleaje.

(El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob).

5 Un río cn sus acequias alegra
la ciudad de Dios:
santuario de la morada del Altísimo.
6 Con Dios en medio de ella, no vacila:
al despuntar la aurora la auxilia Dios.
7 Pueblos retumban, reyes se agitan;
él lanza su trueno, se tambalea la tierra.

8 El Señor de los ejércitos está con nosotros ,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

9 Venid a ver las obras del Señor,
los espantos que provocan en la tierra:
10 Pone fin a las guerras
hasta el confín del orbe:
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los carros.
11 Rendíos y reconoced que soy Dios,
excelso sobre los pueblos, excelso sobre la tierra.

12 El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro auxilio es el Dios de Jacob.



46 Oración comunitaria de confianza, fundada en la presencia de Dios en la ciudad santa, en el templo. La situación conjurada en el poema es un asalto a la ciudad, frustrado por intervención divina. El poema está formalmente articulado por un estribillo (el copista se olvidó de copiarlo después del v.4) en tres estrofas o cuadros. El estribillo es síntesis conclusiva o tema generador del poema. Y el primer verso concuerda con el estribillo.

El Señor del cosmos, del mundo estelar, es el Dios nuestro, de Jacob. El Dios que domina los astros es "para nosotros" un alcázar; o sea, construcción defensiva frente a ataques o asaltos. Encumbrado e inaccesible al ataque enemigo, está "perfectamente accesible" a nosotros. El templo centra el salmo, pero no debe ofuscar el carácter personal: el alcázar es Dios mismo.

Imágenes. Podemos apreciar la función del "agua" construyendo un modelo genético. La ciudad se asienta en una colina, en medio de la cual sobresale el templo. La cercan y atacan ejércitos enemigos, que mugen y se agitan como una marea amenazadora; como el tumulto del océano caótico y primordial contra el orden de tierra y montañas. La ciudad se siente segura con su agua apacible y vital. Lo puede ilustrar Is 8,6s.

El poeta invierte el presunto orden genético para servirnos primero la visión cósmica, imprimiendo profundidad y trascendencia al acontecimiento histórico. Traba historia con creación, coloca a Jerusalén en el centro del universo y sobre ella al Señor de los astros en el cielo y de un pueblo en la tierra.

46,2-4 La tierra, firmemente fundada por Dios sobre las aguas (Sal 24,2; 136,6), "se trastorna": se contagia de la movilidad y agitación oceánica. Los montes, aplomados para siempre (Sal 65,7), tiemblan y son engullidos por el océano. Predominan los efectos sonoros sobre los visuales. Como en un diluvio desde abajo (Gn 7,11), parece que vamos a volver al caos primordial: ¿queda un arca de salvación? La ciudad no teme, porque dispone de un refugio no fabricado por hombres: Dios en persona.

46,5-8 Hay una ciudad "divina" (Sal 87,3; Is 60,14) en la cual el agua desempeña la función benéfica opuesta. Con un río o corriente que se reparte en acequias (cfr. Sal 137,2). Agua apacible y fecundadora, a la que no alcanza la agitación agresiva del océano; agua una y plural que alegra y festeja a la ciudad. Compárese con Is 33,17-24.

46,6-7 A la ciudad se acerca un asedio estrecho: está dicho con el lenguaje de la agresión cósmica. A defenderla sale su Campeón: "Al despuntar la aurora" suceden el asalto y la derrota (Jos 8,10; Jue 20,19; Is 17,14 etc). Un trueno teofánico (Jr 25,30; Jl 2,11), voz de Dios, sacude la tierra y desbarata al enemigo.

46,7 Se puede traducir "reyes" o reinos, monarquías.

46,9-11 La tercera estrofa inscribe su material etre dos binas de imperativos: "venid y presenciad", dirigido a los vecinos de la ciudad; "rendíos y reconoced", dirigido a los agresores. El Señor se reserva toda la actividad, la comunidad es invitada a "presenciar": como en Éx 14,13s.31. Y Dios no se contenta con derrotar al enemigo, porque quiere acabar también con la guerra y sus pertrechos. Compárese con Is 2,1-4.

46,11 Reconocimiento extraído con el fracaso de la acción bélica, no gozoso y espontáneo.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

En clave cristológica, los autores antiguos se fijan en la exaltación de Jesucristo resucitado y en la corriente de agua que brota de él. En clave eclesiológica, lo refieren a la Iglesia terrestre, que tiene presente al Señor, y a la celste, según Ap 22.

domingo, 6 de febrero de 2011

SALMO 45 (44)*

2 Me brota del corazón un tema bello,
dedico mi poema a un rey,
mi lengua es ágil pluma de escribano.

3 Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se difunde la gracia,
porque Dios te bendice para siempre.

4 Cíñete al flanco la espada, valiente,
es tu gala y tu orgullo;
5 cabalga victorioso por la verdad y la justicia;
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
6 Tus flechas son agudas, se te rinden ejércitos,
se acobardan los enemigos del rey.

7 Tu trono, como el de un Dios
permanece por siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real.
8 Amas la justicia y odias la iniquidad,
por eso, entre todos tus compañeros,
Dios, tu Dios te ha ungido
con perfume de fiesta.

9 A mirra, áloe y acacia
huelen tus vestidos,
y en las salas de marfiles
te festejan las arpas.
10 Hijas de reyes vienen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.

11 -Escucha, hija, mira, presta oído:
olvida tu pueblo y la casa paterna:
12 prendado está el rey de tu belleza;
ríndele homenaje, que él es tu señor.
13 La ciudad de Tiro vendrá con regalos,
los magnates buscarán tu favor.

14 Con todos los honores entra la princesa
vestida de tisú de oro y brocados.
15 La conducen hasta el rey.
Un séquito de vírgenes la sigue:
16 las llevan con alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.

17 -A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por todo el país.
18 Quiero hacer memorable tu nombre
generación tras generación;
así los pueblos te darán gracias
por los siglos de los siglos.



45 Epitalamio real, o sea, canto dedicado a un rey el día de su boda. Es excepcional el papel consciente del poeta enmarcando su poema (2 y 18). Un ambiente festivo, regio, envuelve la escena: salones lujosos, música, vestidos suntuosos, princesas, magnates... Tiene una leve semejanza con Cant 3,6-11, nada con el resto del Cantar.

Personajes. El rey se presenta con sus dotes naturales de belleza y elocuencia, su amor a la justicia que ha justificado su elección. Tres objetos emblemáticos representan el reinado: la espada = guerra, el cetro = gobierno, el trono = dinastía. La novia es una princesa real de la que el rey está enamorado. Queda un tercer personaje, que está en pie junto al monarca: no es la novia, que todavía no ha llegado; no es la reina consorte, que no existe en Israel. Por la institución de la poligamia, el título de reina o de "señora" lo lleva la madre del reinante o del heredero designado. A este propósito hay que comparar 1 Re 1,16.28 con 2,19 y considerar los siguientes textos: 2 Re 10,13; 24,12.25; 9,22; y todos aquéllos en que se aduce el nombre de la madre de cada rey. (Neh 2,6 introduce una costumbre persa).

Así el salmo discurre sin tropiezos. Un rey guapo y elocuente, victorioso en las batallas y gobernante justo, va a celebrar una boda. Tiene varias pretendientes de sangre real, él se ha enamorado de una. Las demás se retiran y la princesa escogida es conducida al rey que, junto a su madre, la espera; mientras un séquito es introducido en palacio. El poeta promete al rey hijos, que recibirán cargos públicos (y uno, se supone, será el sucesor).

El cuerpo del salmo se reparte por temas en dos secciones. La primera (3-8) es una loa del rey por sus cualidades y funciones. La segunda (9-16) describe la fiesta de la boda, y concluye (17) haciendo votos por el rey.

45,2 El poeta hace una confesión literaria desusada en el AT y por ello más interesante. La creación literaria sucede en tres tiempos: concebir - pronunciar - escribir. En medio la "obra", en que cristaliza la "palabra". La génesis mental pone al poeta en trance, es como una "ebullición". En contraste, la declamación o dicción fluye sin trabas, como cuando un escribano de oficio escribe al dictado, sin pararse a pensar. El análisis del poema, de su composición calculada, de sus refinamientos sonoros, delatan la artesanía laboriosa y feliz, más que la genial felicidad.

45,3 De Saúl se ponderaba la corpulencia (1 Sm 10,23); de David la belleza (1 Sm 16,12; 17,42); de Salomón la prudencia (1 Re 3). La "bendición" de Dios puede referirse a las dotes naturales precedentes y puede abarcar la actividad toda del rey.Es "permanente", no se retracta ni retira.

45,4-6 La actividad militar ocupa una extensión desproporcionada. Es bastante movida en la disposición de los componentes, en parte tradicionales.

45,4 Leo "nwh" como partícula causal "por, a favor de". Otros lo leen como sustantivo, abstracto por concreto, "a favor de los oprimidos"; otros leen la virtud de la "humildad" atribudia al rey.
La "diestra amaestra" al rey; en Sal 18,35 es oficio de Dios.

45,6 "Se acobardan": a la letra "caen de corazón". Otros unen el verbo con las flechas, que "atraviesan el corazón". Por el contexto bélico traduzco "ejércitos", pero también cabe traducir "pueblos".

45,7 "Como el de un Dios": duplicando una consonante K. La perpetuidad del trono se promete en el gran oráculo dinástico: 2 Sm 7,13; y se repite en 1 Re 9,5. Si se lee vocativo, otorga título de Dios al rey. Leyendo adjetivo, resulta "trono divino", concedido o garantizado por Dios. La "vara recta" es a la vez el "cetro justo".

45,8 Entre todos los pretendientes legítimos uno solo sucede al rey y se sienta en el trono. Es consagrado con la unción, para la que se emplea un ungüento precioso, festivo. El rey es "el Ungido".

45,9-16. La fiesta tiene más movimiento. Sólo que el poeta no da direcciones escénicas, se las deja a la imaginación del lector. Creo distinguir tres escenas. En la primera vemos al rey, asistido por la reina madre, ambos ricamente ataviados; suena música en el salón de la corte; acuden princesas pretendientes. En la segunda alguien, un funcionario real pide el consentimiento a la princesa elegida (cfr. 1 Sm 25,40s). En la tercera la novia y su séquito son conducidos hacia el salón interior.

45,9 Los vestidos se conservaban en un arcón con hierbas o preparaciones aromáticas. Los salones estaban quizá chapeados de marfil: 1 Re 10,18; 22,39; Am 3,15.

45,10 !A tu encuentro": corrigiendo el texto. Otras lecturas: preciosas, con alhajas, en tus muros, bajo tu techo. La "reina" madre, según lo explicado.

45,11 Se invierten los papeles de Gn 2,24, donde se dice del varón que abandona a sus padres. Aquí le toca a ella.

45,12 En una época en que muchas bodas reales, dentro de la poligamia, eran actos de política internacional, es notable oír que el rey está enamorado. También la novia tiene que reconocer al rey como señor y rendirle homenaje.

45,13 Tiro era el gran emporio comercial del Mediterráneo. Los "magnates" son probablemente paisanos que desean beneficiarse de la influencia de que goza la conserte del rey.

45,14 Como un cronista de sociedad que describe el traje de la novia.

45,15-16 El séquito de muchachas no es conducido directamente al rey, sino al "palacio real". ¿Son damas que servirán a la nueva consorte? ¿Son jóvenes destinadas al harén real? El poeta sorprende su alegría.

45,17 "En vez de" significa también sucediendo a. El poeta piensa en la cadena de la sucesión real: el rey presente es eslabón entre antecesores y sucesores.

45,18 Los hijos y el nombre son la perpetuidad del israelita (Eclo 40,19), y esos son los auspicios del poeta. El quiere ser notario del hecho con su voz poética. La bendición de Dios era perpetua (3), perpetuo es el trono dinástico (7), perpetuo será el nombre. ¡Sólo que el poema no pronuncia el nombre del rey!

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Heb 1,8s cita los versos 7-8. Toda la tradición ha leído este salmo como mesiánico; incluso en sentido literal; la liturgia lo escoge para las fiestas del Señor. Meditado en clave cristiana adquiere valor cristológico, Jesucristo rey, y eclesiológico, la iglesia esposa.

SALMO 44 (43).

2 Oh Dios, con nuestros oídos lo escuchamos,
nuestros padres nos lo contaron:
la obra que obraste en sus días,
3 antaño: Tú, tu mano.
Desposeíste naciones, los plantaste a ellos,
trituraste naciones, los hiciste prosperar a ellos.
4 Pues no se apoderaron de la tierra por su espada,
su brazo no les dio la victoria;
sino tu diestra y tu brazo
y la luz de tu rostro; pues los amabas.

5 ¡Tú eres mi Rey y mi Dios,
que asignas las victorias a Jacob!
6 Con tu auxilio acorneamos al enemigo,
en tu nombre pisoteamos al agresor.
7 Pues no confío en mi arco,
mi espada no me da la victoria;
8 Tú nos das la victoria sobre el enemigo
y derrotas a nuestros adversarios.
9 Nuestra gloria es Dios en todo tiempo,
siempre damos gracias a tu nombre.

10 Ahora en cambio nos rechazas, nos avergüenzas
y no sales con nuestras tropas.
11 Nos haces retroceder ante el enemigo
y nuestro adversario nos saquea.
12 Nos entregas como ovejas para el consumo
y nos dispersas entre los paganos.
13 Vendes a tu pueblo por una miseria,
no ganas mucho en la venta.
14 Nos has hecho el escarnio de nuestros vecinos,
irrisión y burla de los que nos rodean.
15 Nos has hecho el refrán de los paganos,
nos hacen muecas las naciones.
16 Tengo siempre delante mi deshonra,
la vergüenza me cubre la cara,
17 al oír insultos e injurias,
al ver al enemigo agresivo.

18 Todo esto nos sucede sin haberte olvidado,
sin haber renegado de tu alianza.
19 No se hechó atrás nuestro corazón,
no se desviaron nuestros pasos de tu senda.
20 Pero nos trituraste en la guarida del Dragón,
nos cubriste de tinieblas.
21 Si hubiéramos olvidado
el nombre de nuestro Dios
y extendido las palmas a un dios extranjero,
22 ¿no lo habría averiguado Dios,
el que penetra los secretos del corazón?
23 Por tu causa nos matan a cada momento,
nos traían como a ovejas de matanza.

24 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?
Espabílate, no nos rechaces más.
25 ¿Por qué escondes tu rostro
y olvidas nuestra desgracia y opresión?
26 Nuestro aliento se hunde en el polvo
y el vientre se pega al suelo.
27 ¡Levántate a socorrernos,
redímenos, por tu lealtad!




44 Súplica comunitaria en una desgracia nacional. La situación, histórica o típica, es una grave derrota militar con sus consecuencias. ¿Se refiere a la conquista de Samaría por los asirios?, ¿o a la de Judá por los babilonios? El presente salmo, al contrario del 74, no alude a la ciudad ni al templo. Los rasgos descriptivos son genéricos. Si el salmo ha sido compuesto en una situación histórica concreta, el poema se desprende de ella y se hace disponible para situaciones semejantes. La disposición de los materiales es lineal, en extensión descendente. Diez versos recuerdan beneficios pretéritos, ocho describen la trágica situación actual, seis forman la protesta de inocencia, cuatro pronuncian la súplica.

El reo inocente. Es normal en súplicas individuales o colectivas confesar el pecado, que justifica el castigo, y pedir perdón. En este salmo la comunidad se proclama inocente respecto a los compromisos de la alianza: reconoce a Yhwh como "mi Dios" (5 corregido), no acude a "dioses extraños" (21), no desvirtúa "tu alianza" (18). El soberano estaba ligado con el vasallo por el compromiso de "lealtad" (27): cuando la ocupación de la tierra los cumplió; ahora parece haberse desentendido. El pueblo vive en y de la memoria (2.18a.21); el Señor parece "olvidarse" (25) o "estar dormido" (24).

El soberano de la historia. En una concepción politeísta, el planteamiento tendría otra salida: la desgracia de Israel era obra de una deidad extranjera más poderosa. Eso es imposible para la fe yavista. La comunidad niega enfáticamente su protagonismo (4.7s) para afirmar el de Yhwh (3-5.7s): compárese con Is 45,7; Dt 32,36-39. Por tanto, si de la desgracia el enemigo es mero ejecutor, si el pueblo no ha dado motivo para tal castido, toda la responsabilidad es de Dios.

La presencia y acción de Dios, proclamadas en medio de la tragedia, delatan una espiritualidad robusta, inconmovible. Quizá por ello no haga falta la acción de gracias prometida o anticipada.

44,2-9 Forman el primer bloque, enmarcado por la inclusión de "Dios". Cinco versos se remontan al pasado remoto, en tecera persona, otro cinco mencionan experiencias próximas, en primera persona.

44,2 Alude al principio de la tradición, ejemplarmente propuesto por el Sal 78. Paradójicamente, la memoria se va a volver contra Dios.

44,3 Si entendemos el último verbo hebreo como "hacer salir, despedir", quedaría al final el primer acto de la liberación. Si le damos valor vegetal (Is 16,8; Cant 4,13), prolonga la imagen del "planta": véase el desarrollo del salmo 80.

44,4a La negación es dialéctica, se subordina a la afirmación siguiente. Tampoco en el campo de la confianza admite el Señor rivales. Pero léase este verso sobre el fondo de las batallas de Josué.

44,4b La fuerza de este verso reside en el contraste y en la asimetría rítmica que realza la última cláusula "los amabas". La "luz del rostro" podría entenderse como resplandor que desbarata al enemigo (Gn 19,11; 2 Re 6,18); pero normalmente significa la actitud benévola (Sal 89,16; Job 29,24).

44,5 En primera persona del singular, como pronunciado por el presidente litúrgico. Se puede escuchar como acto formal de vasallaje; el salmo no tiene sitio para reyes ni jefes ni pastores humanos. "Asignas": su soberanía también es militar.

44,6 En primera persona de plural, con las metáforas bélicas de acornear (1 Re 22,11; Dt 33,17; Sal 75) y pisotear (Sal 60,14; Is 14,24; 63,6).

44,7-8. En el salterio, con excepción de 72,4.13, la salvación o victoria siempre se atribuye a Dios.

44,9 El hombre no debe gloriarse del propio éxito; debe gloriarse siempre y sólo de Dios: véase Jr 9,22s.

44,10-17 Los ocho versos del segundo bloque afirman categóricamente: también nuestras derrotas son acción de Dios. De lo contrario, serían mérito del enemigo, que quedaría exento del principio teológico de no gloriarse y negaría a Yhwh su soberanía: como el Senaquerib de Is 10,11-13. Dios aborrece la jactancia de los enemigos no menos que la de su pueblo: Dt 32,27s. Esta segunda sección no es menos confesión que la primera, sólo que cambiando los papeles: ahora la victoria es ajena y la derrota nuestra. Pero el sujeto es el mismo: el Señor.

44,10 "No sales con nuestras tropas": como Sal 60,12; son los "escuadrones" del Señor según Éx 7,4; 12,17.41. Podría aludir a la vieja usanza de sacar a campaña el paladión, el arca de la alianza: 1 Sm 4,6-9.

44,11 Dos etapas de la guerra: retirada o huida y saqueo legítimo: 1 Sm 23,1; Is 10,13.

44,12 Otra etapa de la derrota: matanza y deportación. "Consumo" puede significar la explotación, como en Dt 7,16; Nm 13,22, o también la matanza (23). "Dispersar" o aventar es fragmentar en comunidades pequeñas y diseminadas.

44,13 Imagen comercial: Dios es el ganadero o traficante que ha puesto en venta su rebaño y lo ha tasado por lo bajo: no ha sido un negocio.

44,14-17 Última consecuencia de la derrota militar es la derrota moral, bien amplificada con sinónimos. Es el descrédito, desprestigio, el convertirse en escarnio y burla y befa de todos.

44,18-23 Tercer bloque, con una cuña (20). Son una confesión negativa. No olvidar a la otra parte y no pactar con extraños responde al primer mandamiento; no invalidar a la otra parte y no pactar con extraños responde al primer mandamiento; no invalidad la alianza incluye todas sus cláusulas; "corazón y pasos" sintetizan actitudes y conducta. El pueblo somete confíadamente el veredicto de su conciencia al veredicto de Dios, que lo conoce todo. Sufrimos "por tu causa", no por nuestra culpa.

44,18 "Renegar": sería felonía o rebelión del vasallo. Compárese con Sal 89,39s.

44,20 Verso dudoso. Los verbos significan triturar y cubrir. El lugar: el texto hebreo habla de "chacales", es decir lugar desolado, según Is 34,13; 35,7; Jr 9,10; 49,33; 51,37. Con cambio de una letra, algunos manuscritos antiguos dicen Dragón, el monstruo que representa las fuerzas del caos según Is 27,1; 51,9; Sal 74,13; Jr 51,34. Esto nos da una lectura trascendente: el lugar del Dragón y las tinieblas son el reino de la Muerte.

44,21 Equivale a apostasía e idolatría formal, con sus dos vertientes.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Pablo cita el v.23 en Rom 8,36 y en 37 resuela el v.4b. Quizá aluda a ello en 1 Cor 15,31 y 2 Cor 4,11. Autores antiguos recuerdan la "salvación" enviada (5) en Jesucristo, y recuerdan su despertar en Mt 8,25. Aplicado a la Iglesia, el salmo expresa sus persecuciones y martirios,

domingo, 9 de enero de 2011

SALMO 42-43 (41-42)

2 Como ansía la cierva corrientes de agua,
así mi alma te ansía, oh Dios.
3 Mi alma está sedienta de Dios,
del Dios vivo.
¿Cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
4 Lágrimas son mi pan noche y día,
mientras me repiten todo el día:
¿Dónde esetá tu Dios?

5 Recordándolo me desahogo conmigo:
cómo pasaba al recinto
y avanzaba hasta la casa de Dios,
entre gritos de júbilo y acción de gracias,
en el bullicio festivo.


6 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué estás gimiendo?
Espera en Dios, que aún le darás gracias:
"Salvación de mi rostro, Dios mío"


7 Cuando mi alma se acongoja,
entonces me acuerdo de ti,
desde la zona del Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
8 Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus rompientes y tus olas
me han arrollado.
9 De día el Señor enviará su lealtade,
de noche estaré con su canto:
súplica al Dios de mi vida.
10 Le diré aDios: ¡Peña mía!
¿por qué me olvidas?
¿por qué voy andando sombrío,
hostigado por el enemigo?

11 Del quebranto de mis huesos
se burlan mis adversarios;
todo el día me repiten:
¿Dónde está tu Dios?


12 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué estás gimiendo?
Espera en Dios, que aún le darás gracias:
"Salvación de mi rostro, Dios mío".

43 1 Hazme justicia, Dios, defiende mi causa
contra gente desleal,
del hombre traidor y criminal
ponme a salvo.
2 Pues tú eres mi Dios y mi protector:
¿por qué me rechazas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por el enemigo?

3 Envía tu luz y tu verdad
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada,
4 y me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi gozo y alegría.
Te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

5 ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué estás gimiendo?
Espera en Dios, que aún le darás gracias:
"Salvación de mi rostro, Dios mío"




42-43. En singular, porque se trata de un poema único, como declara el estribillo y otras repeticiones. Es una de las súplicas más bellas del salterio.

Estructura imaginativa. Aparte la personificación de "luz y verdad" como mensajeros y escolta, dos imágenes dominan el poema: agua como vida en la primera estrofa, agua como muerte en la segunda.

a) La primera imagen, en forma de comparación, abre ex abrupto el poema. Algunos comentaristas imaginan una génesis realista: el autor se encuentra desterrado en la zona montañosa al sur del Hermón, ante su vista cruza una cierva en busca desesperada de agua; en la búsqueda ansiosa del animal proyecta el poeta su estado de ánimo, su búsqueda ansiosa de Dios. La hipótesis puede retener valor didáctico. Lo importante es sentir la fuerza de la imagen: ansia de Dios animal, vital. Agua que es vida en el paisaje árido. La búsqueda de Dios se colorea de instinto elemental de conservación.

b) Segunda imagen. En términos realistas, el poeta se encuentra, en términos poéticos, finge encontrarse en un paisaje montañoso, solo, a la escucha. De pronto el resonar alterno de unas cascadas, quizá su vista, lo avasalla; bajo ellas, arrollado se contempla a sí. El paisaje es símbolo del estado de ánimo. La soronidad del v.8 es extraordinaria en el original hebreo. La relación del oleaje arrollador cone l reino de la muerte es frecuente en el AT, pero no por ello pierde fuerza su realización en este poema. Algunos comentaristas piensan que el orante sufre una enfermedad grave (11), siente la muerte vecina, la describe en la imagen de torrentes arrolladores; vénase 2 Sm 22,5; Jon 2,4; Sal 88,8.

Las dos imágenes pertenecen al campo del agua, con valor simbólico: Dios como agua. Dios, que era la vida del orante, se ha vuelto su muerte: una fuerza elemental, oceánica, irresistible.

Estructura dialógica: ausencia y presencia. El diálogo consigo mismo se rpite en la posición privilegiada del estribillo. El hecho psicológico es en el salmo expresión del drama interior, respuesta a la polaridad de Dios experimentada por el orante. La división interna es desdoblamiento y tensión desgarradora. En un nivel de la conciencia domianan la nostalgia, el desaliento; en un nivel más profundo emergen y van creciendo la confianza, la esperanza. Dios hace sentir dolorosamente su ausencia, y esa ausencia sentida es un modo de presencia. La ausencia no sentida no duele, la ausencia sentida ocupa la conciencia, la llena de ansia y dolor. La presencia nominal de Dios (22 veces) es invasora.

Estructura dinámica: drama en tres actos. No creo que el estribillo haga girar el poema sin avanzar, volviendo al punto de partida. Hay indicios claros de avance. La primera y la tercera estrofa se refieren al culto: la primera lo recuerda nostálgicamente, como pasado imposible de recobrar; la tercera lo espera como futuro cierto y próximo. La segunda estrofa, aunque dominada por el presente, está indecisa entre ambos.

¿Qué ha operado el cambio emocional? No un oráculo profético o litúrgico, sino una voz interior, en la cual se hacía sentir Dios. La "luz y la verdad" ya estaban actuando. Aunque la luz estaba ofuscada y la verdad velada, algo iluminaba y revolvía por dentro al orante. El diálogo interior lo va conduciendo a la esperanza.

42,3 "Alma": nepesh es la garganta como órgano que experimenta la sed y como sede de la respiración / vida; es también símbolo del espíritu.

42,4 "¿Dónde está tu Dios?": aunque la frase podría ser pregunta curiosa de politeístas en país extranjero, el orante la escucha como burla o desafío, como un restregar la herida de ausencia.

42,5 Se desahoga hacia dentro: la soledad ilumina la interioridad. Del culto recuerda los aspectos sonoro y festivo.

42,6 En sentido físico sería la garganta que se encorva violentamente y emite gemidos inarticulados. En el tenor simbólico del salmo es un intento de describir el replegarse sobre sí, hacia dentro. En la segunda parte apunta la esperanza. Se podría esquematizar así: "espera" que un día podrás "darle gracias" por haberte "salvado".

42,7 La geografía, suponiendo que fuera realista, no se deja identificar. Muchos piensan en las fuentes del Jordán, en las estribaciones del Antilíbano.

42,8 El término tehom no tiene necesariamente significado mítico: véase en Dt 8,7 unido a manantiales.

42,9 "Su canto": dedicado a él por mí y compañero mío nocturno.

42,10 El título "Peña mía" encaja bien en el paisaje del Salmo, aunque es tópico: Sal 18,3; 31,4; 71,3.

42,11 El "quebranto de los huesos" es expresión hiperbólica del tormento interior.

43,1 El lenguaje es judicial y la petición suena como apelación al tribunal supremo de Dios: véanse Sal 7,9; 26,1; 35,24. Los que lo toman en sentido propio definen por él el género del salmo.

43,2 El verbo "rechazar" se aplica de ordinario al destierro o a una calamidad nacional: Sal 44,10.24; 60,3.12; Lam 2,7; 3,17.31.

43,3 Dos personificaciones conducirán al desterrado al monte, al templo, al altar.

43,4 Domina el gozo festivo, como en 5c. Desborda el verso la repetición del nombre de Dios: la ausencia se resuelve en presencia.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Para el cristiano la presencia de Dios está en Jesucristo, verdadero y definitivo templo. Con todo, no puede decir que Dios esté siempre a su disposición. Hay en la vida cristiana tiempos de ausencia sentida, de noche oscura y escondimiento. Y en esta vida, nunca la presencia será total; tendremos que contar con la polaridad de ausencia y presencia. Eso enseñan los maestros espirituales y los místicos.

lunes, 6 de diciembre de 2010

SALMO 41 (40).

2 Dichoso el que cuida del desvalido:
el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
3 El Señor lo guardará y conservará en vida,
y será dichoso en la tierra
no lo entregará a la saña de sus enemigos.
4 El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
volcará la camilla de su enfermedad.

5 Yo dije: "Señor, ten piedad,
sana mi vida, que he pecado contra ti.

6 Mis enemigos dicen maldades de mí:
"¿Cuándo morirá y se acabará su apellido?"
7 El que entra a visitarme
dice mentiras, se guarda la maldad,
sale a la calle y lo comenta.
8 Mis adversarios se reúnen a murmurar de mí,
hacen cálculos siniestros:
9 "Ha contraído un mal sin remedio;
el que se ha acostado no se levantará".
10 Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
y compartía mi pan
sobresale en traicionarme.

11 Tú, Señor, ten piedad y ponme en pie
para que les dé su merecido.
12 En esto conozco que me quieres:
que mi enemigo no cantará victoria.
13 Tú me has conservado mi integridad,
me establecerás en tu presencia para siempre.

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Bendito sea el Señor Dios de Israel
desde siempre y por siempre.
Amén, amén.






El último salmo de la primera colección empieza por una bienaventuranza, que es proyección de una experiencia personal al plano de la categoría. El caso particular se generaliza y el género acoge el caso. Es ejemplo típico de súplica de un enfermo. Lo peculiar de este caso es que el enfermo es un hombre caritativo que solía ocuparse de los pobres; en atención a ello, espera que Dios se ocupe ahora de él. El cuerpo de la súplica (5-14) está contenido en la inclusión de la primera persona.

Enfermedad y hostilidad. Es llamativo que en el salterio el enfermo grave no provoca sentimientos de compasión. Los rivales del orante parecen estar esperando la enfermedad para desatarse, y aun los amigos flaquean en la coyuntura. ¿Es convención del género o está condicionado por creencias y costumbres de la época? La medicina de entonces no disponía de medios. Más fácilmente se curaban las heridas que las enfermedades. El levítico diagnostica, no trata la dolencia. El enfermo puede ser una carga para la familia, una amenaza de contagio. El enfermo ha sido "tocado" por Dios o castigado por una culpa.

Pues bien, las rivalidades y enemistades latentes o patentes en aquella sociedad parecen excitarse cuando el rival o enemigo ha caído enfermo: lo que deseaban y estaban esperando; sin que ellos se manchen las manos, Dios se encarga de él. Se hace una visita de cortesía disimulando, otros son los comentarios en la calle. Si el paciente no los escucha, los imagina. Y no puede defenderse: también él se siente tocado por Dios. Por si fuera poco, incluso los amigos se acordaban, se dejan llevar de comentarios malignos.

En tal situación de desolada soledad, al enfermo no le queda más que dirigirse a Dios, recordándole sus obras de beneficencia. Sano y restablecido, podrá darles su merecido a los rivales, que no han logrado cantar triunfo.

41,2 El día "aciago" o malo se especifica en 6a y 8b. Dios se encarga de pagar un favor que el menesteroso no puede pagar.

41,4 Dado que el término hebreo puede significar lecho o yacija y también el hecho de guardar la cama, la frase puede significar "volcar" la yacija, que ya no hace falta, o cambiar la postura del enfermo.

41,5 La enfermedad queda teológicamente explicada o justificada y la curación es acto de piedad divina.

41,6-10 Dimensión social de la enfermedad. Si el pecado la explica y justifica, no justifica la conducta de rivales y amigos. A un Dios airado se le puede suplicar humildemente, a un enemigo despiadado, no. Sólo cabe descubrir y denunciar su actitud injusta para mover a Dios e intervenir. El poeta introduce un pequeño cuadro de costumbres.

41,6 "Acabarse el apellido" es morir sin descendencia.

41,7 El texto es dudoso, de tres hemistiquios: procuro salvarlo atendiendo al paralelismo y al contexto.

41,8 El primer verbo se deriva del sustantivo ihsh, que significa hechicería, conjuro. En el contenido, palabras de eficacia mágica y funesta contra alguien; en la forma un susurrar o musitar fórmulas apenas audibles e ininteligibles. Algunos comentaristas toman el contenido a la letra y suponen un grupo de adversarios que recurren a artes mágicas para causar la enfermedad o para agravarla o para impedir la curación. Véase Dt 18,10-12. Otros comentaristas toman del verbo la forma: el tono, sigilo.

41,9 "Ha contrajido": a la letra, se la ha infundido. En la teoría del encantamiento, el conjuro ha penetrado y desarrollará dentro su eficacia.

41,10 "Come mi pan": como protegido a quien sustento o como invitado a mi mesa: es un comensal de confianza.

41,11 "Tú" enfático: tú en cambio. Convoca a Dios contra la coalición de rivales y amigos. Y reparte las tareas: tú ponme en pie; de darles su merecido me encargo yo.

41,12 El amor de Dios se manifestará en la salud del orante y en sus relaciones sociales; no puede quedar en pura relación espiritual, al margen de la situación compleja del hombre. En lo corporal y social se realiza la experiencia profunda y cierta.

41,13 Verso fianl en que están solos el orante y su Dios. Tomo "integridad" en sentido físico, como Job 21,23.

41,14 Verso añadido para cerrar la primera colección de salmos.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Jn 13,18 pone en boca de Jesús parte del v.10. Y los antiguos lo extienden a todo el salmo: pobre y desvalido en su encarnación (2 Cor 8,9); carga con nuestros pecados; no triunfa de él el último enemigo (1 Cor 15,25).