lunes, 6 de diciembre de 2010

SALMO 41 (40).

2 Dichoso el que cuida del desvalido:
el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
3 El Señor lo guardará y conservará en vida,
y será dichoso en la tierra
no lo entregará a la saña de sus enemigos.
4 El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
volcará la camilla de su enfermedad.

5 Yo dije: "Señor, ten piedad,
sana mi vida, que he pecado contra ti.

6 Mis enemigos dicen maldades de mí:
"¿Cuándo morirá y se acabará su apellido?"
7 El que entra a visitarme
dice mentiras, se guarda la maldad,
sale a la calle y lo comenta.
8 Mis adversarios se reúnen a murmurar de mí,
hacen cálculos siniestros:
9 "Ha contraído un mal sin remedio;
el que se ha acostado no se levantará".
10 Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
y compartía mi pan
sobresale en traicionarme.

11 Tú, Señor, ten piedad y ponme en pie
para que les dé su merecido.
12 En esto conozco que me quieres:
que mi enemigo no cantará victoria.
13 Tú me has conservado mi integridad,
me establecerás en tu presencia para siempre.

**********************************************

Bendito sea el Señor Dios de Israel
desde siempre y por siempre.
Amén, amén.






El último salmo de la primera colección empieza por una bienaventuranza, que es proyección de una experiencia personal al plano de la categoría. El caso particular se generaliza y el género acoge el caso. Es ejemplo típico de súplica de un enfermo. Lo peculiar de este caso es que el enfermo es un hombre caritativo que solía ocuparse de los pobres; en atención a ello, espera que Dios se ocupe ahora de él. El cuerpo de la súplica (5-14) está contenido en la inclusión de la primera persona.

Enfermedad y hostilidad. Es llamativo que en el salterio el enfermo grave no provoca sentimientos de compasión. Los rivales del orante parecen estar esperando la enfermedad para desatarse, y aun los amigos flaquean en la coyuntura. ¿Es convención del género o está condicionado por creencias y costumbres de la época? La medicina de entonces no disponía de medios. Más fácilmente se curaban las heridas que las enfermedades. El levítico diagnostica, no trata la dolencia. El enfermo puede ser una carga para la familia, una amenaza de contagio. El enfermo ha sido "tocado" por Dios o castigado por una culpa.

Pues bien, las rivalidades y enemistades latentes o patentes en aquella sociedad parecen excitarse cuando el rival o enemigo ha caído enfermo: lo que deseaban y estaban esperando; sin que ellos se manchen las manos, Dios se encarga de él. Se hace una visita de cortesía disimulando, otros son los comentarios en la calle. Si el paciente no los escucha, los imagina. Y no puede defenderse: también él se siente tocado por Dios. Por si fuera poco, incluso los amigos se acordaban, se dejan llevar de comentarios malignos.

En tal situación de desolada soledad, al enfermo no le queda más que dirigirse a Dios, recordándole sus obras de beneficencia. Sano y restablecido, podrá darles su merecido a los rivales, que no han logrado cantar triunfo.

41,2 El día "aciago" o malo se especifica en 6a y 8b. Dios se encarga de pagar un favor que el menesteroso no puede pagar.

41,4 Dado que el término hebreo puede significar lecho o yacija y también el hecho de guardar la cama, la frase puede significar "volcar" la yacija, que ya no hace falta, o cambiar la postura del enfermo.

41,5 La enfermedad queda teológicamente explicada o justificada y la curación es acto de piedad divina.

41,6-10 Dimensión social de la enfermedad. Si el pecado la explica y justifica, no justifica la conducta de rivales y amigos. A un Dios airado se le puede suplicar humildemente, a un enemigo despiadado, no. Sólo cabe descubrir y denunciar su actitud injusta para mover a Dios e intervenir. El poeta introduce un pequeño cuadro de costumbres.

41,6 "Acabarse el apellido" es morir sin descendencia.

41,7 El texto es dudoso, de tres hemistiquios: procuro salvarlo atendiendo al paralelismo y al contexto.

41,8 El primer verbo se deriva del sustantivo ihsh, que significa hechicería, conjuro. En el contenido, palabras de eficacia mágica y funesta contra alguien; en la forma un susurrar o musitar fórmulas apenas audibles e ininteligibles. Algunos comentaristas toman el contenido a la letra y suponen un grupo de adversarios que recurren a artes mágicas para causar la enfermedad o para agravarla o para impedir la curación. Véase Dt 18,10-12. Otros comentaristas toman del verbo la forma: el tono, sigilo.

41,9 "Ha contrajido": a la letra, se la ha infundido. En la teoría del encantamiento, el conjuro ha penetrado y desarrollará dentro su eficacia.

41,10 "Come mi pan": como protegido a quien sustento o como invitado a mi mesa: es un comensal de confianza.

41,11 "Tú" enfático: tú en cambio. Convoca a Dios contra la coalición de rivales y amigos. Y reparte las tareas: tú ponme en pie; de darles su merecido me encargo yo.

41,12 El amor de Dios se manifestará en la salud del orante y en sus relaciones sociales; no puede quedar en pura relación espiritual, al margen de la situación compleja del hombre. En lo corporal y social se realiza la experiencia profunda y cierta.

41,13 Verso fianl en que están solos el orante y su Dios. Tomo "integridad" en sentido físico, como Job 21,23.

41,14 Verso añadido para cerrar la primera colección de salmos.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Jn 13,18 pone en boca de Jesús parte del v.10. Y los antiguos lo extienden a todo el salmo: pobre y desvalido en su encarnación (2 Cor 8,9); carga con nuestros pecados; no triunfa de él el último enemigo (1 Cor 15,25).

domingo, 28 de noviembre de 2010

SALMO 40 (39).

2 Yo esperaba con ansia al Señor:
se inclinó a mí y escuchó mi grito.
3 Me levantó de la fosa fatal,
de la charca fangosa.
Afianzó mis pies sobre una peña,
y aseguró mis pasos.
4 Me puso en la boca un canto nuevo
de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.

5 ¡Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a idolatrías
que extravían con engaños.
6 ¡Cuántas maravillas has hecho tú,
Señor Dios mío,
cuántos planes en favor nuestro!
Eres incomparable.
Intento decirlas y contarlas
pero superan toda descripción.

7 Sacrificios y ofrendas no los quieres;
me has cavado oídos;
no pides holocaustos ni víctimas expiatorias.
8 Entonces yo digo: "aquí he venido".
En el texto del rollo se escribe de mí
9 que he de cumplir tu voluntad:
y yo lo quiero, Dios mío,
llevo tu instrucción en las entrañas.
10 He proclamado el derecho
a una asamblea numerosa.
No he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
11 No me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad y tu salvación,
no he negado tu lealtad y fidelidad
a la asamblea numerosa.

12 Tú, Señor, no me cierres tus entrañas,
que tu lealtad y fidelidad me guarden siempre.
13 pues me cercan desgracias sin cuento,
mis culpas me dan alcance
y no puedo ver;
son más que los pelos de la cabeza
y me falta el valor.

14 Dígnate librarme, Señor,
date prisa, Señor, en socorrerme.
15 Sufran una derrota ignominiosa
los que me persiguen a muerte,
retrocedan confundidos
los que desean mi daño.
16 Queden mudos de vergüenza
los que se burlan: Ja, ja.
17 Que te festejen y celebren
los que te buscan;
los que desean tu salvación digan siempre:
¡Grande es el Señor!
18 Yo soy un pobre desgraciado,
pero el Señor se cuida de mí.
Tú eres mi auxilio y mi salvador,
¡Dios mío, no tardes!



Este salmo es famoso por los versos 7-11 citados y comentados en la carta a los Hebreos. Esos versos están encajados entre dos piezas difíciles de acoplar: acción de gracias y súplica: en ese orden; si fuera el orden contrario...

La primera parte (2-4 ó 2-6) es bastante tradicional en el esquema y origienal en la redacción. Los versos 5-6 podrían ser el texto del canto. La tercera parte (12-18) es bastante convencional, excepto en el orden, y tiene correspondencia con la primera parte. ¿Cómo se coordinan? a) Si se trata de la misma liberación, el orden tradicional está invertido. b) Si se trata de dos casos, la liberación pasada y experimentada (2-6) conforta la súplica en la nueva tribulación. Esto no es raro en el salterio.

La segunda parte se encuentra entre las dos. Empalma con la primera en un proceso lógico: tus proezas me desbordan -quiero contarlas y no doy abasto - tampoco puedo contentarme con sacrificios - porque tú me asignas otra tarea. La segunda parte empalma con la tercera por cinco repeticiones, de las cuales tres son sustanciales: yo canto tu fidelidad y lealtad (11b) / que tu fidelidad y lealtad me guarden (12b); yo amo tu voluntad (9a) / tú ten voluntad de librarme (14a); yo no cohíbo los labios (10b) / tú no cohíbas la compasión (12a).

En la parte segunda nos interesan dos cuestiones. Primera, la oposición de sacrificios o culto a otras actividades. Tema corriente, también en el salterio (50-51), que aquí aparece marcado por la oposición: "tú no quieres sacrificios / yo quiero cumplir tu voluntad". No enuncia un principio general, sino una misión personal. Y ¿cuál es dicha misión?

Es la segunda cuestión. a) Hay quién identifica "voluntad" divina con la tôrâ, y ésta con el cuerpo entero de la ley de la alianza. Sería un ideal de observancia: véanse Sal 1,2; 37,31; 78,1-5 etc. Esta explicación no satisface; porque tôrâ es muchas veces una instrucción particular; porque el orante habla de una cláusula personal; porque el complejo de la ley incluye culto y sacrificios, aquí relegados. b) La voluntad específica de Dios, el contenido de la instrucción será "evangelizar", proclamar las virtudes y acciones del Señor. Eso sí, no proclamará una pieza aprendida de memoria, sino que la tiene asimilada "en las entrañas". Será "un canto nuevo", de algo vivido. Esta hipótesis explica la concentración del salmo en términos de hablar y la coincidencias con Jr.

Ahora bien, la nueva tarea puede ser arriesgada, dolorosa. Por eso suplica. La tarea del Dios conocido y reconocido será librarlo de nuevo. Así cuantos aman la "salvación" corearán la alabanza.

40,2-4 El comienzo es una secuencia en cuatro escenas rápidas. Un hombre se debate en el lodo de una ciénaga, que amenaza tragárselo aprovechando sus esfuerzos; grita. Alguien lo saca y coloca sus pies en roca firme. Al sentir la solidez bajo los pies, rompe a cantar de gozo y agradecimiento. Un grupo que asistía expresa su confianza en el liberador.

40,2 La forma enfática traduce la expectación, casi la impaciencia del aguardar.

40,3 El lenguaje nos trae la figura de Jeremías en el aljibe fangoso: Jr 38,6.13.

40,4 "Poner en la boca" es fórmula de alcance profético: Dt 18,18; Jr 1,9; 5,14.

40,5 De la experiencia concreta se remonta a una reflexión general en forma de bienaventuranza. "Idolatrías": otros lo interpretan como hombres arrogantes. Prefiero la antítesis vigorosa, recordando Hab 2,18.

40,6ab Este verso sirve de enlace: prolonga el tema de la confianza, pasa de la tercera a la segunda persona, prepara el tema siguiente.
Las proezas las realiza a favor de un pueblo, no por el gusto de exhibir su poder. Es "incomparable": véase Is 40,18; 44,7; Sal 89,7.

40,6c Comienza el tema central, de la expresión verbal, en el siguiente proceso: intento precario de contar -texto escrito- texto interiorizado- proclamación pública. El fracaso es una etapa constituyente.

40,7-9 Es importante apreciar paralelismos y correlaciones. En esquema: sacrificios / holocaustos, oídos / escrito, vengo / quiero. El primero es un merismo que abarca el culto. El segundo sugiere un encargo oral y uno escrito. El tercero es correlativo del anterior y se articula en dos piezas complementarias: el acto de presentarse y la disponibilidad para ejecutarlo.

40,7 Los sacrificios se relativizan (Eclo 34,18-35,26). "Cavar los oídos" es metáfora única. La imagen parece fijarse en la hondura corporal que abre el oído hacia el interior del hombre: compárese con Is 50,4s.

40,8b-9 Lo que más interesa del texto es la asimilación del encargo y por implicación del tema. Lo que estaba en un "escrito", pasa a estar "en las entrañas"; el texto de la proclamación está amorosamente asimilado. Compárese con Ez 3,3.

40,10-11 La proclamación se enuncia en cuatro verbos y seis sustantivos. El insistir en formas negativas, el apelar al testimonio de Dios, hace sospechar algún riesgo en el encargo, como si algo grave indujera al silencio. El verbo positivo, "evangelizar", significa en la vida civil anunciar una buena noticia. Es típico del profeta del destierro, que también tropezaba con resistencia y hostilidad: Is 40,9; 41,27; 52,7 y 60,6; 61,1; Sal 96,2. El "derecho" recurre también en Is 41,2-10; 42,6.21; 45,19; 51,1.5.7. Los otros sustantivos, con posesivo "tu", pertenecen a una tradición ancha, también presente en el salterio.
Ahora imaginemos que ha comenzado la predicación, que provoca resistencia, oposición, persecución; el orante invoca el auxilio de quien le encomendó la tarea. Es lo que sigue en 12-18.

40,12-13 Petición primera con motivación. No esperábamos una confesión de delitos: el orante no se presenta como víctima inocente. La expresión es hiperbólica.

40,14-18 Con ligeras variantes este texto figura independiente como salmo 70. Caben tres explicaciones. a) Es original la forma autónoma, Sal 70; b) el puesto original es el Sal 40, de donde se desgajó como súplica breve. c) Es pieza de repertorio disponible para usos diversos. El texto bíblico actual nos invita a leerlo como parte integrante del salmo.

40,14-15 Forma la segunda petición, según módulos convencionales.

40,16-17 Las reacciones están elaboradas en un juego de oposiciones que podemos esquematizar así: los que buscan mi vida / los que te buscan a Ti; los que quieren mi desgracia / los que quieren mi salvación; los que dicen ¡Ja, ja! / los que dicen: ¡Grande es el Señor! El drama se resuelve en un acto teologal.

40,18 En el último verso retorna el orante con un enfático "yo". Se cierra el cuadrilátero: Tú -los malvados- tus fieles- yo.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La carta a los Hebreos recoge y comenta la parte central del salmo, según la versión griega de los LXX. En vez de "me cavaste oídos", dice "me aparejaste un cuerpo"; traduce "rollo" por "título". De este modo opone el autor a los sacrificios antiguos la entrega del Mesías. De aquí arranca el uso de los antiguos de poner todo el salmo en boca de Cristo y después en boca de la Iglesia.

martes, 23 de noviembre de 2010

SALMO 39 (38).

2 Yo me dije: Vigilaré mi proceder
para no fallar con la lengua;
pondré una mordaza a mi boca
mientras el malvado esté frente a mí.
3 Guardaré silencio resignado,
me contuve inútilmente.
Pero mi herida empeoró,
4 el corazón me ardía por dentro;
pensándolo me requemaba,
hasta que solté la lengua.

5 Indícame, Señor, mi fin
y cuál es la medida de mis años,
que comprenda lo caduco que soy.
6 Me concediste unos palmos de vida,
mis días son como nada ante ti:
El hombre no dura más que un soplo,
7 el hombre se pasea como un fantasma;
por un soplo se afana,
atesora sin saber para quién.

8 Entonces, Señor, ¿qué aguardo?
Mi esperanza está en ti.
9 De todas mis iniqudades líbrame,
no me hagas la burla del necio.
10 Enmudezco, no abro la boca,
que eres tú quien lo ha hecho.
11 Aparta de mí tu golpe,
por el ímpetu de tu mano me consumo.
12 Castigando la culpa educas al hombre,
y roes como polilla sus tesoros.
El hombre no es más que un soplo.

13 Escucha mi súplica, Señor,
atiende a mi grito
no seas sordo a mis lágrimas.
Pues yo soy huésped tuyo,
forastero como todos mis padres.
14 No te fijes en mí; dame respiro
antes de que marche para no ser.




39. De poco vale clasificar este salmo como plegaria penitencial; a lo más sirve para destacar su individualidad. Del texto podemos extraer y recomponer un proceso: dolor - sentido como golpe o castigo - provocado por el delito que provoca la súplica de perdon y curación. En esto se parece a otros. Pero el salmo se sale del esquema y nos detiene con su intensidad, con su claridad enigmática. Ocupa gran parte del salmo un monólogo de reflexión indecisa, de introspección salta sin esfuerzo a una visión universal, de común humanidad, que no resuelve las tensiones. Por eso el salmo adopta un tono trágico, que desemboca, no en una esperanza luminosa, sino en resignación minimalista.

El salmo repite dos veces el aforismo "todo hombre es un soplo". Para un oído hebreo, acostumbrado a las paronomasías, la frase suena también como "todo Adán es Abel". Aunque uno no muera joven ni a manos de un fratricida, su destino es del de Abel. Para un ser dotado de conciencia la muerte es una violencia. El salmo 90 dice que contar los años es fuente de cordura o sensatez; en el Sal 39 contar los años, aun instruido por Dios, es privilegio funesto del hombre. El tema de la vida como soplo resuena en otros textos: Sal 62,10; 144,4; Job 7,16. Sólo que Abel era inocente, mientras que el orante se confiesa aquí pecador. A la tragedia de su condición caduca se suma la conciencia del pecado destructor.

38,2-4 Monólogo interior. El yo del poema se distancia de sí para observarse; analiza síntomas y procesos interiores, incluso su actividad de "meditar" y su inactividad controlada. Hablar o no hablar es su dilema. Si habla, a lo mejor yerra (Eclo 19,16), especialmente en presencia de un malvado malintencionado (Prov 6,2): mejor no hablar. Pero al callarse siente un fuego interior (Jr 20,9) y habla sin remedio: compárese con Eclo 22,27.

38,3 "Inútilmente": otros traducen "en atención al bueno", cfr. Prov 12,2; 13,22.

38,5-7 El tema es unitario, a saber, la caducidad personal en el horizonte de la condición humana universal. De la constatación a la certeza.

38,5 ¿Hace falta una revelación para concoerlo? Caben dos respuetas. a) El hombre lo sabe y lo olvida, no saca las consecuencias; b) lo sabe, pero quiere saber cuánto le queda de vida. Compárese con los salmos 90 y 102.

38,6a Es casi un salto metafísico: de la caducidad de la vida a la contingencia del existir: lo ilumina Eclo 41,10s.

38,6b-7a En perfecto paralelismo. "Como un fantasma"; la expresión hebrea es la misma del Génesis 1 "a imagen (de Dios)". El autor lo refuerce: no ya imagen de Dios, sino imagen de la realidad, existencia fantasmal.

38,7b La amplificación se fija en el rumor agitado y desatinado de la humanidad.

38,8-12 Nueva sección, introducida como consecuencia y desarrollada en alternancia de reflexión (8.10.12) y petición (9.11).
¿Hablar a Dios o callarse? De nuevo el dilema: "no puedo quejarme del hombre, porque lo ha hecho Dios; no puedo quejarme de Dios, porque he pecado". Pero el pecado explica el dolor como castigo, no la condición mortal. Perdonado el pecado, el hombre sigue siendo mortal. Entonces, la causa de tan triste condición ¿se encuentra en Dios? El orante universaliza su experiencia.

38,8 ¿Triunfa plenamente la esperanza? Cuanto sigue lo desmentirá: en el contexto su esperanza no es ilimitada por venir de Dios, sino limitada por residir en el hombre. Observemos sus tres peticiones negativas: "líbrame de" (9), "aparta de mí" (11), "desentiéndete de mí" (14). Así alcanzaré en paz mi destino: "no ser".

38,9 "Librar" es aquí perdonar. El "necio" es un hombre que se cierra a la compasión y agrava con la burla el dolor del prójimo.

38,11 "Tu golpe" es interpretación telógica de la enfermedad.

38,12 La acción de Dios se muestra aquí enigmática y turbadora. Primero porque el autor es Dios, es una acción desintegradora opuesta a la acción creativa o plasmadora. Segundo, por la comparación animal, que sugiere la lenta y eficaz e irresponsable acción de consumir: véanse Os 5,2; Job 13,28. Tercero, por el objeto: lo que el hombre desea o lo que hace al hombre deseable, en lo cual parece cebarse el hambre despiadada de Dios: compárese con Job 10,8s.

38,13 Que al menos Dios escuche el grito y se deje ablandar por las lágrimas: Is 38,3.5. Aunque el orante sea sólo huésped de Dios en su tierra, como los antepasados que ya entraron por la puerta de la muerte, la ley de Israel reconoce derechos al huésped y peregrino. Con todo este aparato de gritos enuncia la petición final: ¿será grande?

38,14 Es mínima. Es negativa. Deja de mirarme. Como si la mirada y atención de Dios fueran la causa última de sus males. El sintagma "fijarse / no fijarse" se lee en el relato de Caín: por la "atención" preferente de Dios, Abel encontró la muerte. Compárese con Job 7,6-21 y 14,1-6.

TRASPOSICIÓN CRISTIANA.

La esperanza cristiana en la resurrección cambia el horizonte del salmo. Pero debemos respetar la sinceridad del orante si queremos apropiarnos su espiritualidad. En un segundo momento contemplemos cómo el Hijo de Dios ha entrado en nuestra condición humana moratal, trágica: ha sido un Abel malogrado (Heb 12,24). No abría la boca (Mc 14,61). Pero no va a "no ser", sino que va al Padre (Jn 14,28). Y nosotros iremos cuando concluya nuestra etapa de ser "huéspedes y forasteros" (Heb 11,13; 1 Pe 2,11).

miércoles, 10 de noviembre de 2010

SALMO 38 (37)

2 Señor, no me reprendas con ira,
no me corrijas con cólera.
3 Que tus flechas se me han clavado
y tu mano pesa sobre mí.
4 No hay parte ilesa en mi carne,
a causa de tu furor,
no me queda un hueso sano,
a causa de mi pecado.
5 Pues mis culpas sobrepasan mi cabeza,
son un peso superior a mis fuerzas.
6 Supuran enconadas mis llagas,
a causa de mi insensatez.
7 Voy todo encorvado y encogido,
todo el día camino sombrío.
8 Porque tengo las espaldas ardiendo:
no hay parte ilesa en mi carne.
9 Esoty todo agotado y deshecho,
me ruge bramando el corazón.
10 Señor mío, en tu presencia están mis ansias,
no se te ocultan mis gemidos.
11 Se me agita el corazón, me faltan las fuerzas,
y me falta hasta la luz de los ojos.
12 Mis amigos y compañeros
ante mi dolencia se detienen;
mis prójimos se mantienen a distancia.
13 Me tienden lazos los que antentan contra mi vida,
los que buscan mi desgracia me difaman,
todo el día rumorean calumnias.
14 Pero yo me hago el sordo y no oigo,
me hago el mudo y no abro la boca,
15 soy como uno que no oye
y no tiene qué replicar.
16 En ti, Señor, espero
y tú me escucharás, Señor Dios mío.
17 Temía que se alegraran de mi caída,
que al tropezar yo cantaran victoria.
18 Pues yo estoy a punto de resbalar
y tengo siempre presente mi pena.
19 Mi culpa la confieso,
me duele mi pecado.
20 Mis enemigos mortales son poderosos,
son muchos los que me aborrecen sin razón.
21 Los que me pagan males por bienes
me atacan cuando procuro el bien.

22 No me abandones, Señor,
Dios mío, no te quedes a distancia;
23 ven aprisa a socorrerme,
Señor mío, mi salvación.


Pertenece al género de súplica en la enfermedad, más en concreto, es la oración de un enfermo arrepentido. Las fases del proceso se suceden así: enfermedad sufrida - sentida como castigo divino - efectos sociales en amigos y enemigos - confesión del pecado - petición de auxilio. Es peculiar la descripción de la enfermedad en sensaciones y sentimientos. Se compone de rasgos plásticos en un vocabulario escogido, pero que no llegan a componer un cuadro preciso, diagnosticable. Al parecer, el autor acumula para crear una figura extrema y ejemplar.

Efectos sociales de la enfermedad son el desvío de los amigos y el abuso, especialmente verbal, de enemigos orivales. El israelita no vive su enfermedad grave en una soledad alejada o encerrada en sí, sino con un sentimiento agudo de cómo es tratado, maltratado. Donde espera compasión y solicitud encuentra desvío y temor; donde podría esperar piedad, encuentra el gozo en la desgracia ajena, la suya. Y el enfermo se encierra en un mutismo, no sabemos si digno o resignado o táctico, y se vuelve todo entero al Señor.

Descubrir por la enfermedad el pecado es normal en Israel. El presente salmo lo dice con brevedad y acierto: reconocimiento, dolor, confesión; da por supeusto el perdón y no menciona la enmienda. El pecado no ha roto la relación personal con Dios, el castigo ha sido saludable. No pide la curación, la engloba en una "salvación" genérica. El lenguaje del salmo ha influido en el libro de Job.

38,2 Empieza como el salmo 6, súplica del enfermo. No rehúsa la corrección, quiere evitar la condena.

38,3 La primera imagen es de caza o guerra. Se siente como si lo hubieran acribillado a flechazos, sólo que el saetero es Dios: Job 6,4; 34,6; Lam 3,12. La segunda imagen sugiere una sensación global y de cercanía: más presión que golpe violento. Se podría traducir "descarga".

38,4 El paralelismo está muy cuidado. "Carne y huesos" abarcan una totalidad. Las causas son correlativas: "tu cólera / mi pecado".

38,5 "Sobrepasan": como si se hubieran ido acumulando, amontonando. La estatura física no basta para medir el mal espiritual. La "carga" es imagen clásica de la responsabilidad. El hombre es autor de un mal que ahora lo desborda, aplasta y abruma. Como a Caín: Gn 4,14; Sal 65,4.

38,6 El pecado es además o por tanto insensatez. El hombre racional se vuelve necio. Se añade como tercera motivación a las dos del v.4. Menciona las "llagas" Is 1,6 como castigo, Prov 20,30 con función terapéutica.

38,7 Postura física: por debilidad o dolor o por el peso del pecado. "Sombrío": gesto expresivo; lo contrario de un rostro luminoso y radiante.

38,8 "Ardiendo": la pasiva hebrea suele significar tostado, asado. En el sentido presente es fórmula única.

38,9 Es como una sensación general de cenestesia: desfallecido y triturado. Los otros verbos se suelen decir del león. Como si las pocas fuerzas se concnetrasen en un rudigo de dolor, gritando en el corazón.

38,10 Hasta ahora todo ha sido desahogo; pero ha sucedido en presencia de un Dios dispuesto a interesarse por un pobre enfermo.

38,11 Último verso descriptivo, retrasado tras la invocación al Señor.
Siente el pulso agitado del corazón. Los ojos "se nublan" por el llanto o la fiebre: Job 16,7; 17,7; Sal 69,4.

38,12 Comienza el bloque dedicado a los efectos sociales de la enfermedad u la consiguiente reacción del paciente. La enfermedad, tan dolorosa como llamativa, es teofanía de un Dios airado que descarga su cólera sobre el hombre. Lo cual produce espanto: nadie querría contagiarse o hacerse cómplice del hombre: véase Job 2,11-13; 19,13-19.

38,13 "Lazos" es imagen convencional. Los rivales se aprovechan de su estado para difundir calumnias, para difamarlo en la sociedad; la enfermedad parece probar sus insinuaciones, y la gente es propensa a creérselas.

38,14-15. El enfermo se siente impotente para contrarrestar rumores y calumnias; o piensa que no logrará convencer con argumentos. Compárese el silencio del Siervo (Is 53,7) con el torrente verbal de Job.

38,16 Abandonado de los hombres, el orante pone su esperanza en el Señor. Su silencio indefenso es argumento que moverá a su Dios.

38,17-18a Las consecuencias sociales parecen preocuparle de momento más que el deseo de curarse. El "tropezón" puede ser grave o definitivo, mortal: Sal 66,9; 94,17s; 121.3.7.

38,18b-19 Adopto esta división para subrayar el paralelismo de "pena" y "pecado". El pecado causa una pena que se suma al dolor físico; confesándolo, logrará librarse de él o de los dos.

38,20 Caben dos explicaciones: a) enemigos "de la vida", mortales; b) enemigos "vivos", con vitalidad frente al enfermo que se siente a la muerte.

38,21 "Mal por bien" es tema frecuente: Sal 35,12; PRov 17,13; Jr 18,20. Se sigue que el pecado del orante no ha sido de injusticia.

38,22-23 Súplica final. La salud es parte de la "salvación". "A distancia": véase Sal 22,2.12.20. "Aprisa": Sal 40,14; 70,2.6.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Aplicando el salmo a Jesucristo, los comentaristas han hecho resaltar algunos aspectos: el silencio del inocente acusado, el alejamiento de los suyos, la hostilidad de los rivales, la confianza en el Padre.

lunes, 25 de octubre de 2010

SALMO 37 (36)

1 No te exasperes por los malvados
no envidies a los inicuos
2 pues como hierba se secarán enseguida
y como césped verde se agostarán.

3 Confía en el Señor y haz el bien,
habita una tierra y cultiva la fidelidad;
4 sea el Señor tu delicia
y te dará lo que pide tu corazón.

5 Encomienda al Señor tu camino,
confía en él, que él actuará;
6 hará salir tu justicia como la aurora,
tu derecho como el mediodía.

7 Descansa en el Señor y espera en él;
no te exasperes por el que triunfa
empleando la intriga.
8 Cohíbe la ira, reprime el coraje,
no te exasperes hasta obrar mal;
9 pues los malvados serán excluidos,
pero los que esperan en el Señor
poseerán una tierra.

10 Aguarda un momento; ya no está el malvado,
fíjate en su puesto: ya no está.
11 Pero los marginados poseerán una tierra
y disfrutarán de gran prosperidad.

12 Intriga el malvado contra el honrado
y rechina los dientes contra él;
13 pero el Señor se ríe de él
porque ve que le llega su hora.
14 Los malvados desenvainan la espada
y asestan el arco:
(para abatir a pobres y humildes,
para asesinar a los hombres rectos)
15 su espada les atraveserá el corazón,
sus arcos se quebrarán.

16 Más vale la escasez de un honrado
que la opulencia de muchos malvados;
17 pues a los malvados se les romperán los brazos,
mientras que el Señor sostiene a los honrados.

18 El Señor se ocupa de los días de los buenos:
su heredad durará siempre.
19 No se agostarán en la mala estación,
en plena carestía se saciarán.

20 Pero los malvados perecerán,
los enemigos del Señor
se marchitarán como el verdor de un prado*,
en humo se disiparán.

21 El malvado pide prestado y no devuelve,
el honrado se compadece y reparte.
22 Los que el Señor bendice poseerán una tierra,
los que él maldice seráne excluidos.
23 El Señor asegura los pasos del hombre
y se ocupa de sus caminos.
24 Aunque tropiece, no caerá,
porque el Señor lo tiene de la mano.

25 Fui joven, ya soy viejo:
nunca he visto a un justo abandonado
ni a su linaje mendigando el pan.
26 A diario se compadece y presta:
su semilla será bendita.
27 Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa.
28 Porque el Señor ama el derecho
y no abandona a sus devotos.

Los criminales son aniquilados,
La estirpe de los malvados se extinguirá.
29 Los honrados poseerán una tierra

y habitarán siempre en ella.

30 La boca del honrado medita la sensatez,
su lengua pronucia el derecho,
31 lleva en el corazón la ley de su Dios:
sus pasos no vacilarán.

32 Espía el malvado al honrado
intentando darle muerte:
33 el Señor no lo entrega en sus manos,
no permite que lo condenen en un juicio.
34 Espera en el Señor, sigue su camino;
te levantará a poseer una tierra
y verás la expulsión de los malvados.

35 Vi a un malvado que se jactaba,
que prosperaba como cedro frondoso:
36 volví a pasar y ya no estaba,
lo busqué y no se encontraba.

37 Observa al íntegro, fíjate en el recto:
el hombre pacífico tiene un porvenir;
38 pero los impíos serán aniquilados en masa,
el porvenir de los malvados quedará truncado.

39 La salvación de los honrados viene del Señor,
es su alcázar durante el peligro;
40 el Señor los auxilia y los libra,
los libra de los malvados y los salva,
porque se acogen a él.


EXPLICACIÓN.

Por tema, tono y estilo es un salmo sapiencial. Por desarrollo es alfabético, con dos versos hebreos por letra (salvo el dudoso h que lleva tres). Alternan enunciados y consejos, apela a la experiencia. La oposición dominante es honrado / malvado o justo / injusto; pero ésta no basta para definir simplemente el salmo en términos de retribución.

Si bien el artificio alfabético no se presta a la composición coherente, podemos descubrir en este largo salmo una estrucutra portante de singular fuerza e interés. El primer indicio nos lo da la quíntuple repetición del sintagma "poseer tierra" (9.11.22.29.34y otras tantas su opuesto "ser excluido" (9.22.28b.34.38). El sintagma positivo recurre en varias metamórfosis sinonímicas, como "habitar una tierra / siempre" (3.27.29) "durará su heredad" (18), "se saciarán, no mendiga" (19.25) y otras. También el sintagma negativo adopta sus transformaciones, incluso radicales, como "secarse" (2) "perecerán, se consumirán" (20), "no está" (10.36), "son aniquilados" (38) y otros. Todo esto equivale a dos ejes paralelos, contrapuestos, con el contraste culminante "serán benditos / serán malditos" (22).

Reuniendo los sujetos de dichas frases podemos componer el perfil de ambos grupos, más rico y diferenciado el de los honrados: marginados, justos o inocentes, esperan en el Señor.

Por la pista del quítuple sintagma llegamos a un tema teológico capital: la posesión y reparto de la tierra prometida y entregada entre todas las familias israelitas. El libro de Josué, aunque tardío, atestigua retrospectivamente la importancia del ideal: de una posesión compartida, equitativa, estable. El ideal no se ha cumplido. Existen algunos excluidos de la participación, no por culpa propia, sino por haber sido injustamente desposeídos. Y ahí se inserta la acción de los malvados, cuyo delito no va inmediatamente contra Dios, sino contra el prójimo; a través del prójimo, son "enemigos del Señor" (20). El texto es generoso en describir o mencionar las maquinaciones de los malvados. El salmo se enfrenta con un problema social, que es también religioso. El autor simplifica el problema y su solución.

Ante semejante hostildiad agresiva, que se ensaña con lo más débiles, ¿qué debe hacer y sentir el honrado inocente? -Evitar toda violencia de sentimiento y acción (1.7.8), no pagar mal por mal, no seguir los métodos de los malvados, mantenerse en la buena conducta (3,27), incluso generosamente (21.26), confiar en el Señor (3.5.7). Entonces el salmo ¿predica la resignación como actitud y la inacción como conducta? No exactamente: el desvalido debe desear y pedir y esperar salir de su situación, recobrar su derecho. El salmo es oración, no programa. El Señor no se desentiende, no se queda inactivo (5.18.23.39).

Por dicha intervención, los desposeídos podrán a su manera rehacer el proceso fundacional de la liberación. Salir o ser liberados (6.40); recorrer el camino del Señor (15.17.23.31). Entrar o subir a poseer una tierra (34). Así quedará restablecido el designio del Señor. A manera de ilustración léase la anécdota contada en 2 Re 8,1-6.

Parece que el tema, poseer una tierra, ha sugerido diversas imágenes vegetales, como "agostarse" (2.19), "marchitarse" (20), "simiente" (25.28), "como cedro" (35). Otras imágenes son de signo bélico: espada y arco (14), romper los brazos (17), espiar (32), alcázar (39).

37,1-8 En estos primeros versos dominan los imperativos, y no retornan hasta la letra S. El comienzo adquiere un tono de urgencia.

37,1-2 El comienzo sapiencial se reconoce comparándolo con varios proverbios: 3,31; 23,17; 14,19. La motivación apela a la común condición humana: Sal 90,5s; Is 40,7s. Parece ser enfático el "enseguida".

37,3-4 Dos imperativos enuncian la relación con Dios. Confianza es genérico; en cambio "delicia" expresa una experiencia íntima: Job 22,26; Is 58,14. Dios responde a la confianza otorgando la petición. Aunque todavía no posean un terreno, deben "habitar", permanecer, no exiliarse, como los de Jr 39,10; su "cultivo" será por ahora la fidelidad al Señor.

37,6-7 "Encomienda"; es hacer girar algo para que pase a otro. "Tu camino": la conducta ética y práctica que piensa seguir. "Actuará"; forma intransitiva de particular eficacia aquí. "Tu derecho" negado y conculcado, lo sacará puntual como el sol y creciente hasta el zénit: cfr. Os 6,5, de modo que todos lo reconozcan: cfr. Is 58,10.

37,7 Dado que este verso cojea métricamente, algunos proponen trasladar aquí la segunda parte del v.14. "Descansa": como Sal 62,2.6 o Lam 3,28.14. Los malvados "triunfan" empleando como procedimiento la "intriga". Éxito que prescinde de la ética o porque prescinde de ella: cfr. Sal 73.

37,8 Es lógico que semejante éxito provoque indignación, más fuerte en las víctimas. El maestro no la condena sin más; pero previene contra una cólera que los traslade al bando de los malvados; con lo cual perderían el derecho al auxilio del Señor.

37,9 Estamos en el eje del Salmo: antítesis perfecta. Y el sintagma que será citado como tercera bienaventuranza en Mt 5,5; cuyo objeto se define por una actitud religiosa, no simplemente ética.

37,10-11 Amplifican la antítesis precedente. El malvado tenía un puesto en la sociedad, en la asamblea: "ya no está". Estábamos acostumbrados a encontrarlo; de repente comprobamos que "no está", no existe: Is 41,12; Job 24,24. A los marginados no se les prometen riquezas, sino "paz y prosperidad" en su terreno familiar.

37,12-13 Acción de los malvados y reacción de Dios. Los malvados lo son respecto al honrado. No van por dos caminos paralelos al encuentro de la retribución final; van por el mismo camino y en él se relacionan. "El Señor se ríe": nosotros hablamos de la ironía de la historia. Según el orante, el Señor es la instancia trascendente, distante, capaz de abarcar un proceso hasta su desenlace: Sal 2,4. "Su día" es el día de rendir cuentas: final de una etapa o de la vida: 1 Sm 26,10.

37,14-15 Eliminando o trasladando la segunda pieza, el verso queda perfecto: acción de los malvados y sus consecuencias, en una especie de ley del talión. No se menciona la intervención divina, el castigo es inmmanente. La imagen indica que están dispuestos a cualquier violencia al perseguir sus planes. El tema de la agresión que se vuelve contra el agresor es corriente en el AT: en forma de refrán Prov 26,27; en forma narrativa, Amán y Mardoqueo en el libro de Ester.

37,16-17 En la forma es un proverbio típico de valoración: compárese con Prov 15,16; 16,8; Tob 12,8. Como indican los paralelos, "escasez" no significa miseria ni indígencia (25). "Sostiene" es tema común: Sal 3,6; 51,14; 54,6 etc.

37,18-20 Nueva antítesis con imagen vegetal: "no agostarse / marchitarse". (Los "días" marcan el decurso variable de la existencia: aun poseyendo una "heredad", pueden encontrarse con una "carestía".

37,20 "Verde"; corrigiendo el texto hebreo, según Is 15,6; 37,27. Otra corrección lee "fuego de horno", armonizado con el "humo": Sal 68,3; 102,4.
* O: como lo mejor de un carnero.

37,21 Este verso se ha de emparejar con el v.26 por los participios. Caben dos interpretaciones. a) Con valor modal: el malvado se ve obligado a pedir prestado y no tiene con qué devolver; el honrado es generoso y tiene con qué prestar: compárese con Dt 15,6.10; 28,12.44s. b)Como participios sapienciales que caracterizan tipos: el malvado (por costumbre) pide prestado y (luego) no devuelve; es una manera injusta de enriquecerse; el honrado, compasivo, (de lo que tiene) presta: vénase Dt 15,1-11; Sal 112,5; Eclo 29,1-13 a modo de comentario.

37,22 Estamos en el centro del salmo y en el eje de su tema. Los grandes desarrollos de bendiciones y maldiciones, en Lv 26 y Dt 27-28, suenan aquí concentrados y definidos por la generosidad o rapacidad de los hombres.

37,23-24 Conviene tomar aquí "caminos" en sentido amplio: conducta moral y religiosa, empresas y tareas, azares de la vida. El "varón" puede descaminarse y tropezar y caer; el honrado cuenta con el apoyo de Dios. Compárese con Prov 20,24.

37,25 Es sapiencial apelar a una larga experiencia: véase Job 32,7 y las reflexiones del Eclesiastés. Pero, o la experiencia del que habla es muy limitadea, o su optimismo es hiperbólico, o tomamos el participio como "abandono" definitivo. No vale en este contexto apelar a un supuesto "abandono espiritual".

37,26 "Semilla" es bivalente: la que se siembra en el campo, la descendencia.

37,27-28a Vuelven los imperativos con un programa tan inclusivo como genérico: evitar y hacer: véase Sal 34,15. El "derecho" en las relaciones sociales.

37,28b-29 El texto hebreo empieza "siempre son custodiados", unido al sujeto precedente, los "devotos" o leales. La versión griega restablece el perfecto alfabetismo, se justifica fácilmente y mejora el sentido. La diferencia entre custodiar y aniquilar es en la escritura cuadrada hebrea mínima. El resultado es de nuevo la antítesis central: el fracaso de los malvados se prolonga en su descendencia.

37,30-31 Se pueden leer como lema del salmo: un hombre honrado saddiq medita la sensatez hokma, su lengua expone el derecho mishpat, en el corazón lleva la instrucción tora de su Dios. Su actividad es sapiencial, su tema ético, animado de espíritu religioso. Sobre la ley en el corazón vénase: Is 51,7; Jr 31,33.

37,32-33 Los malvados intentan eliminar al honrado con la apariencia legal de un proceso, como en Is 53; 1 Re 21. En su tribunal supremo Dios no condena al inocente. Pero ¿es verdad que no lo deja perecer?

37,34 Es curioso el verbo "levantar" en el sintagma. No sé si sustituye a uno de los verbos de liberación, "hacer subir", o si da a entender el sentido de exaltación del humillado. Este asistirá al castigo de sus opresores y disfrutará viendo que le hacen justicia.

37,35-36 Otro argumento de experiencia. El texto hebreo es extraño; a la letra suena así: "vi a un malvado tirano que se desnudaba como nativo lozano". Las versiones antiguas ayudan a restituir un texto que haga sentido.
La imagen vegetal se aplica al honrado en Sal 92,13s.

37,37-38 Último contraste de honrados y malvados, esta vez proyectado al porvenir. Quizá esta mirada al futuro conrrija la esperanza inmediata de los versos 2 y 10. Sobre el tema vénase Prov 23,18; 24,14.10.

37,39-40 Los dos versos de la última letra se dedican a la "salvación" y dejan bien claro que los honrados son víctimas de los malvados. Hay que notar las repeticiones verbales.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Por la cita del v.11a en el manifiesto de Mt 5,5 penetra el salmo en el NT. Esa cita nos invita a buscar otras correspondencias en las bienaventuranzas: pobres y afligidos en el v.14; Justicia recorre todo el salmo; misericordia en 21 y 26; la búsqueda de la paz en 37 sufrir por la justicia está implícito en los consejos iniciales y recorre el salmo.

martes, 12 de octubre de 2010

SALMO 36 (35)

2 Oráculo del Delito al malvado
dentro de su corazón.
-No tiene miedo a Dios
ni en su presencia-.
3 Se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
4 Las palabras de su boca son maldad y traición,
rehúsa ser sensato y a obrar bien.
5 Acostado planea el crimen,
se obstina en el mal camino
no rechaza la maldad.

6 Señor, tu lealtad llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
7 tu justicia es como las altas cordilleras,
tus juicios son un océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales
8 ¡qué inapreciable es tu lealtad, oh Dios!

Los humanos se acogen
a la sombra de tus alas,
9 se nutren de la enjundia de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias;
10 porque en ti está la fuente viva
y a tu luz vemos la luz.
11 Prolonga tu lealtad con los que te reconocen
y tu justicia con los hombres sinceros.
12 Que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me destierre la mano del malvado.
13 Sí, han fracasado los malhechores,
derribados, no se pueden levantar.



Es un salmo desconcertante: ¿cómo clasificarlo? Si es súplica, la petición llega demasiado tarde (v.11). Si es himno, el malvado ocupa un lugar demasiado importante. ¿Es proporcionado contraponer la conducta del Señor a la del malvado? Versos estupendos dan paso a un desenlace convencional. Se añaden algunas dificultades textuales.

Las divisiones temátias quedan bien definidas: visión del malvado (2-5), visión de Dios (6-10), súplica confiada (11-13). Buscamos en la lectura la dinámica del poema: a) partiendo de la súplica: sólo el Señor podrá salvar al orante de las maquinaciones del malvado; b) partiendo de la meditación: una visión trágica es desbordada por una visión gloriosa, y el orante saca las consecuencias.

36,2-5 En cinco versos nos da una visión del malvado típico: algo convencional en 4-5, excepcional en el comienzo, y también difícil.

36,2 El texto hebreo dice "en mi corazón": algunos comentaristas suponen que el poeta reflexiona internamente y comunica. Las versiones antiguas leen "en su corazón", y yo las sigo (la diferencia gráfica es en hebreo mínima).

"Oráculo de Pecado" es el comienzo; como imitando un oráculo divino o uno humano: Balaán (Nm 24,3), David (2 Sm 23,1), un hombre (30,1). Suplantando a todos entra Pecado o Delito personificado. Pecado es una fiera agazapada en Gn 4,7; es una serpiente que pronuncia un antioráculo en Gn 3. Delito se dirige al malvado porque el malvado le escucha "como un oráculo". El malvado ha abierto su mente al intruso y el poeta penetra en esos pensamientos.

No se cita el texto del oráculo, si no es implícitamente. Para el malvado Dios es una amenaza potencial, que puede anular o castigar sus proyectos. Apoyado por el oráculo de Delito, el malvado consigue apartar de su vista, de su conciencia, dicho miedo, para obrar tranquilamente. Vencer el miedo a Dios parece un acto de valentía, pero es acto temerario e "insensato".

36,3 El sentido es muy dudoso. ¿Es Delito quien halaga?, o ¿es el malvado quien se hace ilusiones? El resultado sería el mismo. Los dos gerundios transitivos, "hallar y odiar" son un enigma: la lógica pide un valor negativo.

36,4-5 Entramos en cauce sabido, del que se destaca la bina "ser sensato y obrar bien": como en muchos proverbios, lo sapiencial y lo ético marchan juntos. De noche "planea el crimen" (Miq 2,1), de día persiste en el mal camino de la ejecución.

36,6-10 Sin transición se presenta la visión de Dios. Si algunos datos son conocidos, la meditación sobre Dios es extraordinaria.

36,6-8a Las cualidades de Dios, lealtad, fidelidad y justicia, son exaltadas por sus dimensiones cósmicas. La grandeza sentida y no abarcada de lo espiritual la proyecta el poeta a dimensiones especiales, que funcionan como símbolos: véanse Sal 103,11s; Ef 3,18.

36,7a "Altas": tomando ´el como superlativo. ALternativa: "montañas de Dios / divinas" El "océano inmenso": véanse Sal 78,15; Am 7,6.

36,7b Las cualidades de Dios se ejercitan en una acción salvadora a favor de las criaturas vivas, como si el Creador cumpliera con ellas deberes de justicia. Una vez que ha dado vida, es fiel a sus exigencias: cfr. Sab 11,24s. La bina "honbres y animales" o ganado es frecuente: Gn 6,7; Lv 27,28; Ez 14,14 etc.

36,8 La exclamación puede clausurar lo que precede o introducir lo que sigue. La "lealtad" de Dios sirve de enlace.

36,8b-10 De la dilatada visión cósmica se recoge el orante a sus experiencias en el templo, trascendiendo los datos sensibles en un magnífico crescendo: el recinto es "la sombra de tus alas"; el banquete cúltico es "la enjundia de tu casa"; la copa es un torrente; el vino es delicia; y todo es "tuyo". En el templo entran sólo "los hijos de Adán". La "sombra de las alas" pueden tener carácter doméstico, acogedor.

36,9 "Delicias": la palabra hebrea nos trae a la memoria el Edén o paraíso, el parque regado por un manantial que se abre en cuatro brazos. En el templo se recobra de algún modo el paraíso perdido; compárese con Ez 47 y Jl 4,18. La frase es de feliz concisión: "torrente de delicias": sugiere el caudal que vivifica las plantas del parque delicioso. El manantial del torrente se encuentra en Dios.

36,10 Dios es también fuente de luz que ilumina a todo hombre: ver la luz equivale a vivir. La expresión hebrea es más sugestiva que lógica: como si una luz superior y total iluminase los ojos para hacerlos capaces de ver su luz. Cada uno participa de una vida = luz que lo trasciende.

¿Quién pronuncia el último verso en primera persona del plural? Contextualmente serían "los humanos"; culturalmente serían los israelitas que tienen acceso al templo. El salmo queda abierto y disponible. Un grupo de fieles, a través de su experiencia comunitaria, hablan en nombre de la humanidad; lo que ellos viven en el templo lo pueden vivir todos los humanos sin límites espaciales.

36,11-13 Casi como apéndice se añaden tres versos de súplica. El imperativo marca el cambio de dirección. "Prolongar la lealtad": véase el magnífico anuncio de Jr 31,3.

36,12 La primera persona del singular, más que restringir, personaliza la gran experiencia. La amenaza es destierro y opresión.

36,13 De repente salta a verbos en pretérito. La mente del orante salta al futuro y contempla como pasada la derrota segura del perseguidor. Lo explica el Sal 73,17-19.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Pablo cita parte del v.2 en Rom 3,18, en el cuadro del pecado universal. Los símbolos de la segunda parte permanecen o renacen en el NT. Mt 23,37 menciona las alas protectoras. En el evangelio de Juan; el agua de la samaritana (Jn 4), del Espíritu (7,37-39), de la entrega final (19,34). También la luz: 1,4; 8,12; 9,5; 12,36. Agua y luz alcanzan su plenitud en Ap 22,1-3.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

SALMO 35 (34)

1 Pleitea, Señor, con los que me pone pleito,
combate con los que me combaten;
2 empuña el escudo y la adrga,
levántate para auxiliarme;
3 desenfunda la lanza y cierra
contra los que me persiguen;
dímelo: ¡Yo soy tu victoria!

4 Sufran una derrota vergonzosa
los que me persiguen a muerte,
retrocedan con ignominia
los que traman mi daño;
5 sean paja ante el viento,
que los desbarate el ángel del Señor;
6 sea su camino oscuro y resbaladizo
cuando los persiga el ángel del Señor.
7 Porque sin motivo me escondían redes
y me cavaban zanjas mortales.
8 Que los sorprenda el desastre imprevisto,
que los enrede la red que escondieron
y caigan en la zanja que cavaron.

9 Y yo festejaré al Señor
y celebraré su victoria.
10 Todos mis huesos proclamarán:
Señor ¿quién como tú
que defiendes al débil del poderoso
al débil y pobre del explotador?

11 Comparecían testigos violentos,
me interrogaban de cosas que ni sabía,
12 me pagaban mal por bien
dejándome desamparado.

13 Yo en cambio, cuando estaban enfermos,
me vestía de sayal,
me afligía con ayunos
y mi súplica me era otorgada.
14 Como por un amigo o un hermano
andaba de luto,
cabizbajo y sombrío
como por una madre.
15 Pero cuando tropecé, se alegraron,
se juntaron, se juntaron contra mí.
Me golpeaban por sorpresa,
me desgarraban sin parar.
16 Cruelmente se burlaban de mí
rechinando los dientes.

17 Señor, ¿cuándo vas a fijarte?
Recobra mi única vida
de los leones que rugen
18 y te daré gracias en la gran asamblea,
ante un pueblo numeroso te alabaré.

19 Que no canten victoria
mis enemigos traidores,
que no hagan guiños a mi costa
los que me odian sin razón;
20 pues no viven en paz
ni con la gente pacífica,
traman engaños.
21 Se ríen de mí a carcajadas:
Ja, ja, lo estamos viendo.

22 Tú lo has visto, Señor, no te calles.
Dueño mío, no te quedes lejos.
23 Despierta, levántate, Dios mío,
Señor mío, defiende mi causa.
24 Júzgame según tu justicia,
Señor Dios mío.

25 Que no canten victoria, que no piensen:
¡Qué bien! lo que queríamos;
que no digan: Nos lo hemos tragado.

26 Sufran una derrota afrentosa
los que se alegran de mi desgracia;
queden cubiertos de vergüenza y oprobio
los que se envalentonan contra mí.
27 Aclaman festivos los que apoyan mis derechos,
los que quieren la paz de tu siervo
digan siempre: ¡Grandeza al Señor!
28 Y mi lengua repasará tu justicia
y tu alabanza todo el día.



Este salmo largo, algo reiterativo, pertenece al género súplica de un inocente perseguido. Los motivos del género están perfectamente definidos: súplica motivada por la situación del orante, perseguido sin razón, por la actividad amenazadora de los perseguidores, confianza en la justicia y bondad del Señor, promesa de acción de gracias. El autor ha sabido componer una pieza vigorosa, paradójicamente densa; convence por la intensidad. Verbos de acción acumulados, imperativos urgentes, contrastes fuertes; la descripción de la actividad del enemigo es circunstanciada. Los sentimientos se asoman por los sentidos: ojos, boca, dientes, lengua, pecho.

Tres imágenes se suceden o sobreponen en el salmo: caza, guerra, juicio. Nos invitan a relativizarlas como descripción realista, pero también a considerarlas por separado.

La caza al hombre. Un pobre hombre es acosado y perseguido como fiera peligrosa -piensan los perseguidores-, como animal indefenso e inofensivo -piensa el perseguidor-. Es una batida en regla, con ojeo, persecución, acorralamiento, gozo por la pieza cobrada. Se podría ilustrar con la figura de David perseguido por los montes: 1 Sm 26,20. Los antiguos consideraban la caza mayor entrenamiento para la guerra, actividad propia de reyes y príncipes. El carácter no realista de la imagen es patente.

Guerra. El salmo nos lanza enseguida a una escena militar: el paladín requiere las armas, sale al encuentro del enemigo, lo pone en fuga, pronuncia el grito de victoria. La guerra es a vida o muerte, no es deporte entretenido. Se podría ilustrar con la rebelión, batalla y derrota de Absalón: 2 Sm 18. El lenguaje militar penetra fácilmente en otros campos: una rivalidad encarnizada, una hostilidad agresiva en la vida ciudadana puede en el poema transformarse en guerra o batalla.

Juicio. La primera palabradel salmo es judicial, se mencionan "testigos" (11), al final actúa el juez (23-24). En sentido realista se referiría a un juicio de apelación (cfr. 1 Sm 24,13; 26,23). Pero un proceso judicial también puede ser imagen válida de súplica en una persecución grave. En la mentalidad bíblica, la guerra puede tener valor de juicio. En conclusión pienso que las tres imágenes son transformación poética de situaciones y experiencias en la vida ciudadana.

El desarrollo del salmo es de triple onda, componentes comunes y cambio de orden; cada onda termina en la alabanza. Se puede esquematizar así: tú: interpelación; ellos: fracaso -delito- fracaso; yo: alabanza (1-10). Ellos: delito, yo: beneficios; ellos: delito, Tú: acción; yo: alabanza (11-18). Ellos: delito, Tú: acción; ellos: delito, fracaso; yo: alabanza (19,28). Se destaca el bloque central por el contraste de dos conductas.

35,1-10 El movimiento de estos versos es así: Auxiliarme, Señor - y que mis enemigos fracasen - porque me persiguen sin razón - que ellos fracasen - y yo te alabaré.

35,1-3 El comienzo es agitado y apresurado, con siete imperativos en 19 palabras. A pesar de la primera frase, la imagen es bélica. El Señor es paladín único. Embraza el escudo menor y se protege con la curva del mayor; su arma es la lanza. "Cierra": se discute el valor de esta palabra; yo me dejo inspirar por la fórmula militar española. La frase final personaliza la victoria; el orante quiere escucharlo de los labios del Señor: será convincente. Comparar con salmos 20-21.

35,4-6 A consecuencia de la intervención divina, los que perseguían ahora "retroceden": 2 Sm 2,22; Is 42,17; Jr 46,5. Los sinónimos hebreos de "derrota, vergüenza, ignominia" proponen la vertiente subjetiva del hecho. El "ángel del Señor" es manifestación divina, que puede encargarse de tareas bélicas: Nm 22; 2 Re 19,35; Sal 34,8. "Tamo al viento" es conparación tópica: Sal 1,4; Is 17,13.

35,7 Recurre a una imagen de cacería: se cava una zanja y se disimula con ramaje, se esconde una red por donde la fiera suele pasar. "Sin motivo" porque no es fiera dañina, sino pobre inofensivo.

35,8 Invoca la pena del talión.

35,9 La alabanza toma carácter de celebración. Posiciones paralelas ocupan Yhwh y "su victoria", respondiendo al v.3.

35,10 El coro de acompañamiento lo encuentra dentro de sí. La estructura sólida de su cuerpo cobra el don de la palabra: compárese con Sal 51,10. "¿Quién como tú?" procede de o coincide con Éx 15,11; cfr. 1 Re 8,23; Jr 10,6. "Explotar" o despojar al pobre es paradójico: ¿qué se le roba al que no tiene? Denuncia la crueldad de los que abusan con los débiles. Y aquí podría terminar la súplica.

35,11-18 Pero queda mucho por decir. Sucede que el orante, lejos de ser una fiera dañina, es un ser benéfico y aun sentimental. El texto hebreo está mal conservado.

35,11 La acción enemiga se concreta en formas judiciales: son gente que practica la injusticia abusando de la legalidad. Personajes frecuentes en Prov y Sal; véase la historia de Nabot en 1 Re 21. "Interrogatorio" o reclamación.

35,12 Es una agravante la ingratitud. Aunque no la persiga la ley, la denuncian varios textos: Gn 44,4; 1 Sm 25,21; Jr 18,20.

35,13-14 Este pobre hombre intercedía un tiempo por sus actuales perseguidores, en una enfermedad grave, y acompañaba su plegaria con mortificaciones penitenciales. Y no como rito externo, sino participando con compasión entrañable. "Me era otorgada": la expresión hebrea es dudosa; me inspiro en Sal 79,12; Is 65,6; Jr 32,16. Alternativa: "mi súplica volvía sin ser escuchada".

35,15-16 El poeta extrema los contrastes: enfermedad / tropiezo, mortificación / gozo maligno, compasión / burla. Si el sentido del conjunto es claro, por los detalles del texto nos abrimos paso trabajosamente. "Rechinar los dientes" es de ordinario expresión de burla: Sal 37,12; Job 16,9.

35,17-18 Ocupa la cadencia de la segunda onda una petición urgente y la promesa de acción de gracias. En vez de Yhwh emplea aquí el título "Señor mío": a él toca salvar una vida que es única: cfr. de Isaac en Gn 22,2-12; de la hija de Jefté en Jue 11,34. "Rugen"; supone una leve corrección del texto hebreo, de acuerdo con el paralelo. La alabanza discurre en fórmulas convencionales.

35,19-28 La tercera parte insiste denodadamente en la denuncia del delito y el castigo invocado. La principal novedad es el desarrollo judicial. El movimiento discurre así: que no triunfen - pues son culpables - juzga tú - que no triunfen - sino que fracasen. En medio se yergue el Señor como juez, invocado reiteradamente.

35,19 "Guiñar el ojo" como expresión de burla: Prov 6,13.

35,20-21 La descripción está estilizada en dos actitudes sobresalientes: un régimen de discordias y engaños, una burla sarcástica del vencido. EN la sociedad hay ciudadanos pacíficos; los malvados son pugnaces por naturaleza o elección: cfr. Sal 120,7. Hay ciudadanos sencillos y confiados; contra ellos se emplea el engaño y el fraude. No conocen la piedad: ¿merecerán ellos piedad o compasión? Se justifica el desahogo apasionado que sigue.

35,22-24a "Lo estamos viendo" decían ellos; "Tú lo has visto" replica el orante. Ellos se creían espectadores seguros y triunfantes; desde más arriba alguien los miraba. Un juez que no puede desentenderse. Pasa a primer plano la terminología judicial, y algunos comentaristas lo toman a la letra. "Despierta": como Sal 44,24 y 59,6. "Levántate": Sal 44,24; 59,5.

35,24b-26 Sigue la última andanada. Las peticiones negativas descubren el proyecto del enemigo: era final, iba contra la "vida única". Por eso no hay salida del dilema: o la destrucciónd el inocente o el fracaso de los culpables. La oración propone un caso concreto.

35,27 El orante no está del todo desamparado. Hay ciudadanos que desean "su paz y seguridad", lo reconocen como "siervo" del Señor, celebrarán su liberación. El grito que pronuncian exalta la victoria del Señor.

35,28 Concluye el orante en un solo recogido.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Juan pone en boca de Jesús el final del v.19. Pero Jesús no pide al Padre que envíe "doce legiones de ángeles" (Mt 26,53), no desenfunda la lanza, antes manda a Pedro envainar el cuchillo (Mt 26,52); pide perdón por los perseguidores (Lc 23,34). Pero Jesús ha querido que el designio de sus enemigos no triunfase finalmente; no ha querido que triunfase el odio. Sin devolver mal por mal, ha hecho triunfar el amor sobre el odio. Ha entregado su "vida única", la mortal y ha recibido una inmortal (1 Pe 3,18). Ha vencido y es la "victoria" de los que creen en él (1 Pe 3,19; 1 Jn 5,4).

lunes, 27 de septiembre de 2010

SALMO 34 (33)

2 Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
3 Yo me glorío del Señor:
que lo escuchen los humildes y se alegren.
4 Engrandeced conmigo al Señor,
ensalcemos junto su nombre.

5 Consulté al Señor y me respondió
librándome de todas mis ansias.
6 Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se sonrojará.
7 Este pobre clamó y el Señor le escuchó,
lo salvó de todos sus peligros.
8 El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles protegiéndolos.
9 Gustad y apreciad que bueno es el Señor:
dichoso el varón que se acoge a él.
10 Respetad al Señor, sus consagrados,
que nada les falta a quienes lo respetan.
11 Los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de bienes.

12 Acercaos, hijos, escuchadme:
os enseñaré a respetar al Señor.
13 ¿Hay alguien que ame la vida,
que desee años disfrutando bienes?
14 -Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad:
15 apártate del mal, obra bien,
busca la paz, persíguela.

16 El Señor dirige los ojos a los justos,
los oídos a sus clamores.
17 El Señor se enfrenta con los que obran mal
para extirpar de la tierra su memoria.
18 Si gritan, el Señor escucha
y los libra de todos los peligros.
19 El Señor está cerca de los atribulados
y salva a los abatidos.
20 Por muchos males que sufra el justo,
de todos los libra el Señor;
21 él cuida de todos sus huesos,
ni uno solo se quebrará.
22 La maldad da muerte al malvado;
los que odian al justo lo pagarán.

23 El Señor rescata la vida de sus siervos:
no serán castigados los que se acogen a él.


34 Pertenece al género himno, contagiado de elementos sapienciales. Es un salmo alfabético, al que le falta la letra W, y lo compensa con un estrambote de propina al final. Está pronunciado por un orante; en primera persona recordando, en segunda interpelando, en tercera anunciando y generalizando. El autor avanza trabajosamente, letra a letra, con pocos momentos originales o llamativos. El nombre de Yhwh se pronuncia 16 (ó 17) veces: si no logra unificar los materiales, unifica por convergencia las miradas.

Sin mucho esfuerzo se puede enoontrar en el Moisés de Éx y Dt un principio unificador del salmo: consulta y oráculo, contemplación y quedar radiante, instrucción sobre el bien y el mal, vida larga, campamento y ángel del Señor.

34,2 "En todo momento": varias veces insiste el orante en la totalidad: 5.7.18.20.21.

34,3 El hombre no debe gloriarse de méritos propios; su orgullo es el Señor su Dios: Jr 9,22s. Lo cual es otra forma de alabanza. Si los marginados pueden alegrarse de la experiencia del orante, es que él no es ajeno a la categoría.

34,4 "Engrandecer" es reconocer la grandeza, como enaltecer es reconocer la sublimidad. Dos dimensiones humanas o cósmicas se proyectan hacia Dios.

34,5 Consulta del hombre y oráculo de respuesta son práctica religiosa común: véase p.ej: el caso de Raquel en Gn 25. La respuesta divina serena, tranquiliza.

34,6 Éste es el verso más importante del salmo. Leo imperativo con versiones antiguas. "Radiante" como Is 60,5; "sonrojarse" o quedar sombrío, como Is 24,23; Jr 15,9 o Miq 3,7. Con vocabulario diverso, creo que la invitación apunta a tres momentos de la vida de Moisés: en la vocación (Éx 3,6), en los encuentros personales con el Señor (Éx 33,8 y 34,29-33), cuando volvía radiante. El privilegio de Moisés se ofrece hoy a cualquiera: quien "contemple" a Dios, en el templo o en la oración, saldrá "radiante", no estará "sombrío" por el fracaso. Se podría tomar este verso como lema de la oración contemplativa.

34,7 Simple secuencia personalizada: clamar - escuchar - salvar.

34,8 "Acampar protegiendo" puede pertenecer al lenguaje militar. Implica que el "ángel del Señor", como capitán, dispone un escuadrón que rodea. Resuenan relatos de Éx y Nm.

34,9-11 Creo encontrar cierta coherencia temática en estos tres versos: "gustar y pasar hambre", "carestía y bienes". Propongo una hipótesis de lectura: aun cuando "ricos y poderosos" (corregido) "pasen hambre", los "fieles consagrados" al Señor "no carecerán de nada"; más aún, participando en el banquete sagrado "gustarán la bondad del Señor". Los versos invierten el orden cronológico, y cabe una lectura más genérica.

34,9 Es un caso de "aplicación de sentidos". Los sentidos corporales se toman como símbolo de experiencia espiritual. Se selecciona la inmediatez no discursiva y la duración pausada. Una traducción corpórea sonaría: "saboread lo sabroso que es el Señor". El símbolo pasa al lenguaje espiritual.

34,10 "Respeto": o reverencia, sentido religioso. "Consagrados": compárese con Éx 18,6.

34,11 Véase el cántico de Ana 1 Sm 2,5.

34,12-15 Forman otra unidad definida por su labor sapiencial. El orante se mete a maestro: convoca a los discípulos con el título tradicional de "hijos", los invita a escuchar, los enseña. Su enseñanza es una religiosidad de fuerte contenido ético, genérico: el bien y el mal. Compárese con la enseñanza de Moisés, vinculada a la ley: Dt 31,12s. 19,22; 30,15.

34,12 El "respeto del Señor" llega a ser fundamental en el programa sapiencial: Prov 1,7; Eclo 1,14.

34,13 También este modo de preguntar es sapiencial, encaminado a suscitar la atención: Sal 25,12; Eclo 12,13; 13,2. El bien primario es la vida: Dt 30,15.19s.

34,14 La custodia de la lengua es tema frecuente en textos sapienciales y fuera de ellos: Eclo 5; 19; 20; 23; 27.

34,15 Fórmulas frecuentes: Sal 37,27; Prov 3,7; 13,19; 16,17; Job 1,1. La "paz" es aquí una categoría ética: paz ciudadana. No brota por sí, hay que buscarla y procurarla con tesón.

34,16-17 Forman una antítesis marcada: honrados/malvados, ojos y oídos /rostro. "Enfrentarse"; o encararse, a la luz de Lv 17,10; Jr 44,11.21. La "memoria" o el apellido: compárese con Sal 109,15.

34,18 Se sobrentiende que el sujeto son los saddiqim, sin que sea necesario explicitarlo. El grito podría ser una reclamación judicial.

34,19 La secuencia hebrea "atribulados y abatidos" nos lleva sin remedio al Sal 51,19; es decir, de lo sapiencial salta el autor a lo penitencial. El hombre alejado por el pecado, puede acercarse por la penitencia.

34,20.22 Leo la primera cláusula con valor concesivo, ilustrado por Prov 24,16. Las muchas desgracias del inocente parecen contradecir el principio de la retribución; pero concuerdan con una larga historia de liberación. Resalta así la antítesis cone l v.22 por la repetición de "honrado + malvado + desgracia" y la oposición radical "libra / da muerte". Una consecuencia de esta lectura combinada es que el inocente es víctima del "odio" (22b) y que ese odio es "reato".

34,21 Parece escucharse la ley del cordero pascual según Éx 12,46; cfr. Is 38,13 y Lam 3,4. Pero es arriesgado sacar más consecuencias de la coincidencia, a saber, que el inocente sea sagrado y haya de quedar incólume.

34,23 "No serán castigados": o no incurrirán en reato, según 2 Cr 19,10. "Rescata la vida: véase Sal 49,8s.16.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La primera carta de Pedro cita dos pasos del salmo; el gustar al Señor, vinculado al bautismo (2,2-3); y el bloque sapiencial en 3,10-12 exhortando a la concordia. Heb 6,2 recoge el símbolo del gusto espiritual. Y el tema del quedar radiantes domina el comentario de 2 Cor 3,7-18.

lunes, 20 de septiembre de 2010

SALMO 33 (32).

1 Alabad, justos, al Señor,
que la alabanza es cosa de hombres rectos.
2 Dad gracias al Señor con la cítara,
tañed para él el arpa de diez cuerdas.
3 Cantadle un cántico nuevo
acompañad los vítores con bordones.

4 Que la palabra del Señor es recta
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.

6 Por la palabra del Señor se hizo el cielo,
por el aliento de su boca sus ejércitos.
7 Encierra en un odre las aguas marinas
y mete en depósitos los océnanos.
8 Tema al señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe.
9 Porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.

10 El Señor anula el proyecto de las naciones
y frustra los planes de los pueblos;
11 pero el proyecto del Señor se cumple siempre,
sus planes generación tras generación.
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se escogió como heredad.

13 Desde el cielo se fija el Señor
mirando a todos los hombres.
14 Desde su solio observa
a todos los habitantes de la tierra:
15 él, que modeló cada corazón
y conoce todas sus acciones.

16 No vence un rey por su gran ejército,
no escapa un soldado por su mucha fuerza;
17 engañosa es la caballería para la victoria
y por su gran ejército no se salva.

18 Mira: el ojo del Señor sobre sus fieles,
que esperan en su misericordia,
19 para librar su vida de la muerte
y mantenerlos en tiempo de hambre.

20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
21 lo festeja nuestro corazón
y en su santo nombre confiamos.
22 Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.


Himno de número alfabético, es decir, consta de 22 versos. Se destaca la amplitud del marco, que ocupa tres versos al comienzo y tres al final. Alaba a Dios como creador de la naturaleza y regente de la historia; en la naturaleza distingue el cielo, agua y tierra; entre los hombres distingue las naciones paganas y el pueblo escogido. Colocando a Dios en el centro e imaginando en círculos concéntricos pueblo - naciones - naturaleza, podemos examinar relaciones de semejanza y oposición. ¿Se parecen las naciones al cielo ordenado o al mar levantisco? ¿Se contraponen al pueblo elegido? ¿Se parece éste a la naturaleza dócil? El salmo implica lucha y victoria, pero el dramatismo no conmueve el poema transido por la victoria serena y soberana.

El poema es grandioso, porque abarca grandes unidades, totalidades, multitudes. No se distingue por imágenes originales ni por aciertos descriptivos.

33,1-3 y 20-22 Forman el marco. De alguna manera el comienzo mira al pasado para cantarlo, el final queda a la expectativa del futuro. Los invitados son al principio los hombres rectos y honrados, no toda la comunidad. Al final entra la primera persona, como respondiendo a la invitación inicial, o como impresionados por el contenido del himno. Un "canto nuevo" puede sugerir la ocasión nueva o el tema o la melodía; la fórmula se vuelve convencional: Sal 40,4; 96,1; 144,9; 149,1.

33,3 Sal 149,1.

33,4-19 El cuerpo del salmo desarrolla la motivación, sin orden riguroso, sin confusión. Basta observar los personajes.

33,4-5 Del Señor quiere decir mucho en poco espacio y lo estiliza en tres aspectos: "palabra - obra - amor". Al principio insiste en la "justicia": ¿por què? El salmo va a presentar a un Dios que parece discriminar pueblos, parece elegir arbitrariamente, parece complacerse en el fracaso humano. Aunque el salmo no se ocupa de teodicea, quiere asentar como programa la justicia de su Dios en palabras, obras y sentimientos. A la justicia acompaña la misericordia, para que no sea despiadada ni inexorable; retoma en los vv. 18 y 22.

33,4 Sal 11,7.

33,6-9 El Creador. Acaba de alabar palabra y obra; ahora dice que Dios habla por la palabra, que suena y actúa en la frontera última y primera del ser y el no ser. Lo escueto del v.9 es su acierto. El poeta empareja palabra con aliento y soplo. La ecuación se apoya en una observación obvia: las palabras son emisión modulada de aliento. Se añade el valor simbólico potencial: con el aire que respiramos, hecho palabra, nuestro espíritu se comunica. Y también el de Dios.

33,6 Ejércitos del cielo son los astros, ordenados y obedientes.

33,7 En el océano se agitan olas y corrientes. Para que no se desmanden, el Señor las encierra en un gigantesco odre, las aglutina en un dique.

33,8 Habitantes son los hombres y quizá otros vivientes: cfr. Sal 24,1; 98,7.

33,10-11 De las palabras y obras sube al plan o proyecto; del orden cósmico se baja al plano humano de la historia. La antítesis tiene un ejemplo concreto en los versos 16-17. El hombre proyecta en Dios su modo de proyectar: Is 55,8s; Prov 19,21. La acción creadora es instantánea: "lo dijo y existió"; el plan humano abarca las "generaciones" humanas.

Dios, que enseña al hombre a planear razonablemente (Prov 20,18), ¿se complace en hacerlo fracasar? ¿Para mostrar su superioridad? (cfr. el desarrollo irónico de Job 12,14-25). La respuesta ya la ha dado el v.5: "ama la justicia".

33,12 La elección es única, exclusiva, iniciativa de Dios sin mención de méritos. También esta decisión es justa: cfr. Dt 33,29.

33,13-15 Prolonga dos líneas precedentes juntándolas: la línea de la "justicia" se completa con el conocimiento adecuado del juez; la línea de los proyectos humanos se prolonga en la penetración hasta el "corazón", donde fraguan los planes antes de su ejecución. Dios puede frustrar un proyecto en su fuente. Abarca a todos los hombres sin distinción.

33,15 Del conocimiento político o judicial se destaca el que tiene el artesano de su obra y materiales: "modela": Sal 74,14; 94,9; 104,26. La intimidad que piensa y decide ha sido objeto de una tarea artesana de Dios. Ha modelado a "cada uno", también en lo diferencial.

33,16-17 Entre los ejemplos concretos de planes escoge los militares, la estrategia. ¿Se refiere al poder militar agresor o al poder militar sin más? Las dos cosas se leen en el AT. Lo primero trae recuerdos ominosos: Is 10,13; Hab 1,11. Lo segundo es más radical: Prov 21,31, y no excluye al pueblo escogido. Aunque mirando a los versos 12 y 18s parece predominar lo primero.

33,18-19 El destino del pueblo escogido es un sistema de contrastes. A la derrota militar no se opone la victoria militar de Israel, sino la intervención del Señor. A la mirada universal escrutadora, la mirada protectora. Todo lo domina la "misericordia", que alcanza el límite último de la vida y la muerte.

33,19 También el rey de Israel puede fracasar en sus planes, si ésos no respetan el designio del Señor. En tiempo de guerra y en tiempo de hambre lo importante es "confiar" en el Señor, cuyo "designio" es "conservar la vida": Gn 50,20. Por eso al final del salmo se impone la "esperanza" y "confianza" enla "misericordia" del Señor.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

SALMO 32 (31).

1 ¡Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han enterrado su pecado!
2 ¡Dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito
y cuya conciencia no queda turbia!

3 Se consumían mis huesos cuando callaba,
cuando rugía sin parar;
4 porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
se me secaba la savia
en un bochorno estivo.
5 Te declaré mi pecado,
no te encubrí mi delito;
propuse confesarme
de mis delitos al Señor;
y tú perdonaste
mi culpa y mi pecado.
6 Por eso, que todo fiel te suplique, [...]
y la avenida de aguas torrenciales
no la alcanzará.
7 Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
cuando grito ¡socorro!, me rodeas.
8 -Te instruiré, te señalaré
el camino que has de seguir
te aconsejaré, fijaré en ti mis ojos:
(6.9l ) cuando llegue la tribulación,
no se acercará a ti.
9 No seáis como caballos o mulos,
irracionales,
cuyo brío hay que domar
con freno y bocado. [...]
10 El malvado sufre muchas penas,
al que confía en el Señor
su lealtad lo rodea.
11 Festejad al Señor, los honrados, alegraos,
aclamadlo, los hombres sinceros.



El segundo salmo penitencial es muy original y en extremo difícil. Original porque es una oración penitencial restrospectiva: se pronuncia cuando ha terminado el proceso o la parte más importante. El orante reflexiona sobre su experiencia personal (3-5.7-8) y la generaliza para comunicarla (1-2.6.9-10). Más en detalle y adelantado el comentario, el orden cronológico sería: sufrimiento percibido como castigo (4), reacción sin resultado: silencio o rugido (4), confesión (5a), perdón (5b), amonestación de Dios para el futuro (8-9), generalización (1-2), reflexión e invitación a la asamblea (10-11).

Eso es nada más aproximado, porque los versos 6-9 representan dificultades arduas. Algunos intentan arreglarlo con emiendas parciales; yo recurro a una solución global. Ante todo, ¿quién pronuncia los versos 8-9? a) El orante quiere ofrecer su experiencia a pecadores reacios, algo animalescos, "como mulos"; rubrica su invitación con la reflexión general del v.10. b) Con el perdón no ha acabado todo. El Señor añade una breve instrucción sobre el camino sensato. El perdonado no debe adoptar actitudes reacias, de animal que sólo atiende al castigo. A la instrucción divina responde el orante con la afirmación del v.10 y la invitación festiva del v.11. Prefiero la segunda explicación.

Teniéndolo en cuenta, respetando el juego de pronombres y buscando el paralelismo habitual ante esta poesía, opero una ligera trasposición de piezas. De aquí se sigue que mi traducción y explicación es hipotética y que otros autores proponen con igual derecho otras soluciones. El poema es pintoresco en las imágenes y movido en el desarrollo, sin quebrantar una lógica interna.

Entre los personajes del salmo están los rectos y "honrados", que han de participar en la fiesta. Hay en 6a un "todo fiel" que queda flotando, entre malvados y honrados, con su actitud suplicante: ¿tiene necesidad de penitencia, aunque sea "fiel"?, ¿pertenece el orante a dicho grupo?

32,1-2 El salmo 1 exaltaba la dicha de no pecar; éste la de sentirse perdonado. para los humanos, aun los "fieles", quizá cuente más lo segundo. El pecado lleva tres nombres corrientes; también el perdón tiene tres verbos. Es común nsa´; cubrir se lee también en Sal 85,3; Neh 3,37 (nosotros decimos "correr un velo"); no apuntar pertenece al lenguaje comercial. No hay que suprimir la última frase: ruh es la conciencia, remiya es el engaño ajeno y propio.

32,3-4 Ha sentido como peso oprimente, como bochorno que le seca la savia vital, su pena, se siente árido y deprimido. Pero lo vive como síntoma y es capaz de descubrir el agente externo, "la mano de Dios". Sucede una primera reacción: silencio reconcentrado, guardárselo todo; y grito inarticulado, rugido casi animal. Pero ni el silencio serena ni el rugido desahoga.

32,5 En tres versos breves se aprieta el tiempo de confesión y perdón. Se repiten los tres términos del pecado de 1-2, el primer verbo de perdonar; y se repite "cubrir", con nuevo significado al cambiar el sujeto. El hombre des-cubre su pecado al confesarlo, Dios lo cubre al perdonarlo.

32,6 Empiezan a divergir las explicaciones: "a la hora de hallar (a Dios), cierto, la inundación...", "en la hora / cuando lo alcance la tribulación". Mi solución se apoya en la doble redundancia en 6 y 9, en el principio del paralelismo aun a distancia, en los pronombres personales.
La inundación o avenida, real o metafórica, es conocida: Is 28,3.15.17s; Ez 13,11.13; Sal 69,3.16.

32,7 También es dudoso "grito: ¡Socorro!". Alternativa: "clamor de liberación".

32,8 Supongo que habla el Señor y tomo las dos últimas palabras hebreas como oración nominal: "sobre ti mis ojos". Las piezas de 6 y 9 combinadas y colocadas aquí hacen eco a 6b, que lo dice en tercera persona.

32,9 Los animales representan la postura irracional. Ser racional es ser razonable, dejarse guiar del Señor con consejos, no a palos: cfr. Prov 26,3.

32,10 El malvado es también el irracional, que sufre desgracias y no entiende su sentido.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Pablo cita los primeros versos en Rom 4,7s como ejemplo de salvación gratuita de Dios; y como el salmo habla de "hombre", el principio vale para cualquiera. Sobre la confesión compárese con 1 Jn 1,8.

miércoles, 25 de agosto de 2010

SALMO 31 (30)

2 A ti me acojo, Señor:
no quede yo nunca defraudado;
por tu justicia ponme a salvo.
3 Préstame oído, ven aprisa a librarme,
sé mi roca de refugio, mi alcázar salvador;
4 que mi peña y alcázar eres tú:
por tu nombre dirígeme y guíame;
5 sácame de la red que me han escondido,
que tú eres mi amparo.

6 En tu mano encomendaba mi vida:
y me libraste, Señor, Dios fiel.
7 Odias a quienes veneran ídolos vanos,
yo en cambio confío en el Señor.
8 Festejaré, celebraré tu lealtad,
pues te fijaste en mi aflicción
velaste por mi vida en peligro.
9 No me entregaste en poder del enemigo,
colocaste mis pies en terreno espacioso.

10 Piedad, Señor, que estoy en aprieto:
se consumen de pena mis ojos,
mi garganta y mi vientre;
11 mi vida se gasta en la congoja,
mis años se van en gemidos,
por mi culpa decae mi vigor
y se consumen mis huesos.
12 Soy la burla de todos mis rivales,
mis vecinos me hacen gestos,
soy el espanto de mis conocidos:
me ven por la calle y escapan de mí.
13 Me han olvidado como a un muerto,
me he vuelto un cacharro inútl.
14 Oigo a muchos motejarme;
"pájaro de mal agüero",
mientras se conjuran contra mí
y traman quitarme la vida.

15 Pero yo confío en ti, Señor,
digo: Tú eres mi Dios.
16 En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen.
17 Muestra a tu siervo tu rostro radiante,
sálvame por tu lealtad.
18 Señor, que no fracase por haberte invocado;
que fracasen los malvados
y bajen mudos al Abismo;
19 queden mudos los labios mentirosos
que profieren insolencias contra el justo
con soberbia y desprecio.

20 Qué bondad tan grande
reservas a tus fieles
y despliegas, a la vista de toos,
con los que a ti se acogen.
21 En tu escondite personal los escondes
de las conjuras humanas,
los ocultas en tu tienda
de lenguas pendencieras.
22 Bendito el Señor que hizo por mí
prodigios de lealtad en la plaza fuerte;
23 y yo decía a la ligera:
"me has echado de tu presencia",
pero tú escuchaste mi súplica
cuando te pedí auxilio.
24 Amad al Señor, sus leales,
pero paga con creces
a quien obra con soberbia.
25 ¡Sed valientes y animosos
los que esperáis en el Señor!



Ls primera impresión de esta largo salmo es algo confusa. Como si el orante hubiera querido meter todo en su oración. Cuando sufre y espera, cuando sabe y ha experimentado al Señor, la actividad de los enemigos; habla de hechos individuales en términos bastante convencionales y se remonta a consideraciones genéricas, casi como máximas; recuerda y promete; se dirige al Señor y habla de él, se cita a sí e interpela a un grupo, quizá de colegas.

Una segunda lectura aclara la impresión. El contexto es la sociedad en que vive y el planteamiento tiene mucho de judicial. Apela a la justicia (2) frente a dos grupos o partes hostiles, inocentes y culpables, que exigen una sentencia de condena y absolución (18). Lo judicial atrae imágenes cinegéticas o militares y otros elementos por asociación. Quizá se imagine el poeta a David; perseguido, refugiado, desanimado, lejos de la presencia del Señor, pensando en una roca, un alcázar, una ciudad amurallada, un templo en medio de ella.

En estas circunstancias la confianza del orante es paradójica: se apoya en su experiencia personal precedente y en lo que sabe de oídas del Señor; lo muestran los verbos en pasado. Pero no falta el recuerdo de una crisis de fe personal (23). A lás máximas se remonta el orante generalizando su experiencia o haciéndose eco de una tradición.


31,2a. Se establece el tono de la súplica. "Me acojo": en vez de un espacio protegido militarmente o por la ley de asilo, está una persona como suprema garantía; una persona sentida como espacio acogedor y protector. "Defraudado"; es el fracaso de un cálculo o una esperanza. "Nunca": o por siempre; sería la vida malograda o la muerte. La "justicia" es sobre todo judicial.

31, 2b-5. Se adensa la súplica en siete imperativos de liberación y cuatro sustantivos que componen un espacio metafórico militar o cinegético. El orante se imagina como animal indefenso, acosado por cazadores que intentan matarlo; salta a una peña, busca una roca, cae en la red; alguien lo saca y conduce a lugar seguro (véase v.9). Cabe también la imagen militar recordando las aventuras de David huido por las montañas: 1 Sm 22,4s; 24,23. El paso de una imagen a otra es fluido, las imágenes pierden precisión. "Por tu nombre": puede ser también título o fama; el orante no alega méritos propios, sino peligros, y la fama o prestigio de Dios.

31,6-9. Los verbos del orante. El hifil de pqd es confiar un depósito a un guardián (Lv 5,21.23). Implica que el guardián es fiel (6b) y que uno se fía de él (7b). El orante deposita, no una propiedad preciosa, sino el "aliento" o vida o espíritu (cfr. Nm 27,16). En fuerte contraste están (a la letra) "quienes guardan soplos vanos" (Jn 2,9). Con los verbos del Señor podemos componer una secuencia: libró - se fijó - se ocupó no entregó - estableció. Verbos ricos de paralelos. P. ej. "fijarse en la aflicción": Ex 3,7; 4,31; Dt 26,7; "entregar en poder" 1 Sm 23,11 "establecer", con resonancia de nombrar: Sal 18,34; 30,8. El "espacio" se opone a la estructura (de 8b y 10a). Llamar a los ídolos "soplos" se encuentra en Dt 32,21 y es corriente en Jr.

31,7 "Odias": leo segunda persona como pide el sentido y recomiendan versiones antiguas.

31,8 Demasiado pronto en el salmo se anticipa la celebración; prepara una pausa.

31,10-14. Recomienza la súplica especificando sus desgracias en dos frentes: enfermedad y abandono, hostilidad del enemigo. Combinación frecuente en súplicas de enfermos: Sal 6.

31,10-11 Tres versos hebreos dedicados a dolencias físicas. El autor ha querido enumerar siete unidades sin caer en lo convencional. Léase la serie atendiendo al puesto central: ojos, garganta, vientre, vida, años, vigor, huesos. Vida abarca la totalidad, años conjua la temporalidad sentida. Los cuatro verbos son escogidos y expresivos: la vida es un "gastarse y consumirse". También interesan las causas de las dolencias físicas: son la pena y congoja, como causas internas, espirituales. Manteniendo el texto hebreo de 11, una causa es "mi culpa", tema corriente en estos salmos. Si bien el orante es inocente respecto a los enemigos, se reconoce culpable frente a Dios y puede apelar a su "bondad".

31, 12-14 Cinco versos dedicados a las relaciones con otros. Es un círculo de vecinos, conocidos o familiares, gente. Enumera insultos, comentarios, murmuraciones, desvío, abandono, olvido, hostilidad. El orante es objeto de burla, terror, olvido, agresión. La serie no es coherente o lógica. Si lo atacan, no lo han olvidado; si aman una conjuración, no lo consideran un "cacharro inútil". El texto puede escucharse como desahogo exagerado de sentimientos acumulados, de situaciones imaginarias. O lo ponemos a cuenta del autor, que describe con observaciones certeras.

31,12 La "burla" o injuria es un término frecuente en Jr. El "espanto", porque el enfermo se considera tocado, herido por Dios y capaz de contagiar su maldición: Job 19; Is 53,3.

31,14 El mote se lee en Jr 6,25; 20,3.4.10; a la letra "terror en torno".

31,15-19. La súplica se bifurca en el v.18. Tras la enumeración de desgracias sigue lógicamente la petición de auxilio. Y como las desgracias han sido infligidas en parte por otros, pide para sí protección, para los enemigos castigo. 15a es eco de 7b, 16a de 6a. El título "mi Dios" muestra que confianza y fe son equivalentes.

31,16 "Azares". La temporalidad, que se va gastando medida en años (11), ahora se mide en horas o instantes. Toda la vida, desmenuzada y cambiante, mantenida en su cambio y continuidad por Dios.

31,17 "Iluminar el rostro" es mostrarlo benévolo, como el sol un día sereno. La expresión es propia de la bendición (Nm 6,25) y de la súplica: Sal 67,2; 80,4.8.20. Si antes (2) invocaba la justicia, ahora invoca la "lealtad" o misericordia, su correlativa.

31,18 "Mudos": el Abismo es el reino del silencio.

31,20-21 En cuatro versos se remonta el orante a una reflexión general en tono admirativo. Domina el tema de guardar, esconder, ocultar, con el correlativo refugiarse y el sustantivo tienda o choza: datos que convergen hacia el templo. Sólo que personalizados: es el asilo "de tu rostro". La "gran bondad": en términos personales evoca la revelación de Ex 33,19; en términos objetivos son los bienes del templo: Sal 65,5. La bondad de Dios se limita a algunos beneficiarios; pues es claro que uno se refugia perseguido, amenzado por otros: "conjuras y pendencias".

31,22-23 Para el orante la "bondad" del Señor se concretó en una liberación pasada, cuando todavía no había aprendido a confiar plenamente en su Dios, cuando buscaba colmar la lejanía con gritos de socorro (cfr. Sal 22,2). Tal es la fuerza del recuerdo, salto atrás respecto al tiempo del salmo. Alternativa según versiones antiguas: "ha distinguido a un fiel para sí". La "plaza fuerte" es la ciudad del templo.

31,24 De la acción de gracias salta a la parénesis, apoyando la invitación en un enunciado genérico sobre la actividad retributiva de Dios. El salmo concluye con el amor y la esperanza. "Amad al Señor": en esta forma sólo se lee aquí; en formas semejantes, Sal 18,2; 116,1 y el clásico Dt 6,5. "Animosos y valientes" es endíadis conocida de ordinario referida a una empresa: Dt 31,7.23; Jos 1,6.7.9.18. La esperanza es dinámica: influye en el talante y la acción.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

El salmo se ha hecho famoso porque el v.6 lo pone Lucas en boca de Cristo agonizante (23,46) y luego en boca de Esteban mártir (Hch 7,59). Dios recibe en depósito una vida, que no se perderá. En la misma línea se puede leer el v.16, y de ahí se extiende a la lectura cristológica y eclesiológica; sólo que corrigiendo el v.18, pues ni Jesús ni esteban piden la muerte de sus enemigos.

lunes, 23 de agosto de 2010

SALMO 30 (29)

2 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí
y no has dado la victoria a mis enemigos.
3 Señor Dios mío, te pedí auxilio
y me sanaste.
4 Señor, alzaste mi vida del Abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

5 Tañed para el Señor, sus adictos,
dad gracias a su nombre santo:
6 Un instante dura su cóloera,
toda la vida su favor;
al atardecer se hospeda el llanto,
al amanecer el júbilo.

7 Yo pensaba muy seguro:
"No vacilaré jamás";
8 Señor, con tu favor me estableciste
sobre montañas firmes;
escondiste tu rostro
y quedé desconcertado.

9 A ti, Señor, llamé;
a mi dueño supliqué:
10 ¿Qué ganas con mi muerte,
con que baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo
o va a proclamar tu lealtad?
11 Escucha, Señor, ten piedad,
Señor, socórreme.

12 Cambiaste mi luto en danza,
me desataste el sayal
y me ceñiste de fiesta.
13 Así te canta mi alma sin callarme,
Señor Dios mío, te daré gracias siempre.




Acción de gracias de un enfermo grave que ha sanado de enfermedad mortal. El caso de Ezequías, Is 38, puede servir de ilustración: es lógico que tenga puntos de contacto con el salmo. El orden cronológico de los sucesos es: enfermedad -súplica- curación - acción de gracias. El orante avanza retrasando cada vez más su comienzo; primero curación; segundo súplica y curación, tercero enfermedad, súplica y liberación; en el segundo y tercero completa con acción de gracias. Con lo cual resulta que 10-11 es el texto de la súplica anunciada. La alteración del orden normal procede de la conmoción lírica.

Lo más llamativo del salmo, lo que constituye su sustancia son las polaridades acumuladas: vida/ abismo; vida/ fosa; cólera/ favor; instante/ vida; atardecer/ amanecer; desatar/ ceñir; llanto/ júbilo; no vacilar/ desconcierto; favor/ ocultar el rostro; luto/ danza; sayal/ fiesta; cantar/ callar. La polaridad vida y muerte es la bina generatriz de las demás. El que reza ha tocado conscientemente la frontera de la vida y la muerte; de vuelta de esa frontera tremenda, con el temblor de la amenaza última, deja brotar el poema.

Las polaridades se ordenan en dos ejes semánticos: subida/bajada y silencio/canto. La muerte es caída que derriba la verticalidad del hombre, bajada a la fosa, al Abismo (she´ol). Cuando los sepultureros están descolgando el cadáver con cuerdas, el Señor desde arriba da un tirón y saca el cadáver ¡vivo! El silencio es carencia de canto litúrgico. Los muertos se quedan sin voz singular o coral, Dios se queda sin su alabanza: Is 38,18s; Sal 88,11-13; Eclo 17,27s.


30,2 El verbo significa tirar de, jalar. El enemigo triunfante podría ser la Muerte personificada, como en Jr 9,20; Sal 49,15; Job 28,22.

30,3 Dios cura, es uno de sus oficios: Sal 6,3; 41,5; 103,3; 107,20 etc.

30,4 "Bajar a la fosa" es expresión descriptiva corriente: Sal 28,1; 88,5; 143,7.

30,6 Alternativa: "su cólera inspirada ansiedad, su favor da vida". Compárese con Is 54,7.

30,8 Leo en primer hemistiquio a la luz de Sal 18,34, "me estableció en mis alturas", que pronuncia el supuesto David. La acción ha sido de Dios. El orante ha pecado de presunción, Dios le retira su favor y le hace experimentar su desvalimiento.

30,10 ¿Ganancia para Dios? Si lo dice como hombre, ¿gana Dios algo con la muerte de cualquier hombre? Si lo dice como pecador, ¿es ganancia restablecer la justicia haciendo morir a un ser humano? Si lo dice como arrepentido: su vida recobrada podrá estar al servicio de Dios.

30,12 Del luto ritual pasa a la danza festiva: Éx 15,20; Jue 11,34; 21,21.

30,13 "Por siempre": ¿qué significa esta frase en el horizonte mental del autor? Lo ha dicho en el v.7 y fue presunción. Esta vez la muerte no ha lanzado la carcajada del triunfo, pero al final cantará victoria (Sal 49,9). Si esta vez no ha sucedido, pronto bajará el orante a la fosa y ya no alabará a su Dios. Para él "por siempre" significa mientras viva: Ex 21,6; Lv 25,46.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

En el horizonte cristiano la última frase consigue la plenitud de sentido. Primero en Cristo (Jn 17), después en los cristianos. Pablo llama a la muerte "el último enemigo" (1 Cor 15,26) y anuncia su derrota final (1 Cor 15,56).

jueves, 5 de agosto de 2010

SALMO 29 (28)

1 Hijos de Dios, aclamad al Señor
aclamad la gloria y el poder del Señor,
2 aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

3 La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria ha tronado,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
4 La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
5 la voz del Señor troncha los cedros,
troncha el Señor los cerdro del Líbano;
6 hace brincar el Líbano como un novillo,
el Sarión como cría de búfalo.
7 La voz del Señor arranca llamas de fuego.
8 La voz del Señor sacude la estepa,
sacude el Señor la estepa de Cadés;
9 La voz del Señor retuerce los robles,
abre claros en las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!

10 El Señor se sienta sobre el diluvio,
está sentado el Señor como rey eterno.
11 El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.



Himno al Señor cósmico de la tormenta. Unos seres divinos son invitados a reconocer la supremacía de Yhwh. Al final el Dios cósmico se identifica con el de "su pueblo", Israel. Son indudables los influjos cananeos y al mismo tiempo el perfil yavista original. Alguno lo ha interpretado como canto de victoria, compañero de Ex 15, Jue 5 y Hab 3. Otro lo relaciona con Gn 6-9 por el "diluvio" del v.10.

Experiencia numinosa. Más importante que la dependencia cananea es la expresión de una experiencia humana elemental. Ante la revelación de algo que fascina e intimida, el hombre se siente sobrecogido; descubre en el fenómeno natural, la tormenta, algo que la trasciende y la desborda, que amenaza destruirlo y promete liberarlo. Este tipo de experiencia puede muy bien coexistir con una mentalidad técnica en otros campos.

Análisis formal. Las estrofas primera y última (1-2.10-11) forman un marco en que repiten, cuatro veces cada una, el nombre de Yhwh, en posición llamativa (que reproduce la traducción). Lo que el Señor recibe, en acto de reconocimiento, en 1b se lo da en participación a su pueblo en 11a. El cuerpo del poema repite diez veces el nombre de Yhwh, y siete veces, a intervalos irregulares, "la voz", que es el trueno. Una tormenta poderosamente estilizada, manifestación de la "gloria" del Señor en el clamor y en los efectos sobre la naturaleza: montes, bosques, estepa. El poeta reitera el recurso de la repetición con expansión. La calidad sonora es muy importante en el texto original.

29,1-2 Toda la corte celeste, en el templo del cielo, o con vestiduras litúrgicas, rendirá homenaje a Yhwh.

29,3-9 Comienza la tormenta en el océano, que puede ser el Mediterráneo (cfr. 1 Re 18,44s) o el mundo acuático celeste (Gn 1,6s). Salta al Líbano, baja al Sarión, desciende a una estepa no identificable, penetra en los bosques. El poeta lo abarca todo con la mirada. La cantidad de espacio, la variedad de escenas, confieren al poema velocidad. Los enlaces suceden con un relevo de truenos que salvan con el fragor las distancias. El trueno está sentido como sonido corpóreo y activo: troncha, retuerce, sacude. Los rasgos de movimiento superan a los visuales.

29,3 Véanse Sal 18,14; Job 37,4s.

29,4 Véase Sal 68,34.

29,6 Véase Sal 114,3.6. La comparación doméstica la dimensión cósmica de las montañas.

29,8 "Sacude": hace estremecerse, como agitación física y expresión de terror: Jr 51,29; Hab 3,10.

29,9 Corrijo el texto hebreo, para quedarme en el reino vegetal. El original dice "hace partir las ciervas", las hace abortar de terror. El templo puee ser el terrestre, donde se reúne el pueblo, o el celeste, done rinden homenaje los seres divinos. Un grito unísono responde a la "voz" séptuple del Señor.

29,10-11 Tras la tormenta sobreviene la paz. En la tremenda sacudida de la naturaleza, ancha y contagiosa, el Señor está tranquilamente sentado, por encima de las aguas. Ese Señor tiene un pueblo a quien otorgar el poder y bendice con la paz.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Mt 8,23-27 nos muestra a Jesús señor de la tempestad. Mt 27,45s.50s describe la muerte de Jesús como teofanía: tinieblas, temblor de tierra, una gran voz. Una reminiscencia de los siete truenos se lee en Ap 10,2s. Autores antiguos aplican el salmo a la venida del Espíritu Santo y lo desmenuzan ingeniosamente.