martes, 12 de octubre de 2010

SALMO 36 (35)

2 Oráculo del Delito al malvado
dentro de su corazón.
-No tiene miedo a Dios
ni en su presencia-.
3 Se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
4 Las palabras de su boca son maldad y traición,
rehúsa ser sensato y a obrar bien.
5 Acostado planea el crimen,
se obstina en el mal camino
no rechaza la maldad.

6 Señor, tu lealtad llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
7 tu justicia es como las altas cordilleras,
tus juicios son un océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales
8 ¡qué inapreciable es tu lealtad, oh Dios!

Los humanos se acogen
a la sombra de tus alas,
9 se nutren de la enjundia de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias;
10 porque en ti está la fuente viva
y a tu luz vemos la luz.
11 Prolonga tu lealtad con los que te reconocen
y tu justicia con los hombres sinceros.
12 Que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me destierre la mano del malvado.
13 Sí, han fracasado los malhechores,
derribados, no se pueden levantar.



Es un salmo desconcertante: ¿cómo clasificarlo? Si es súplica, la petición llega demasiado tarde (v.11). Si es himno, el malvado ocupa un lugar demasiado importante. ¿Es proporcionado contraponer la conducta del Señor a la del malvado? Versos estupendos dan paso a un desenlace convencional. Se añaden algunas dificultades textuales.

Las divisiones temátias quedan bien definidas: visión del malvado (2-5), visión de Dios (6-10), súplica confiada (11-13). Buscamos en la lectura la dinámica del poema: a) partiendo de la súplica: sólo el Señor podrá salvar al orante de las maquinaciones del malvado; b) partiendo de la meditación: una visión trágica es desbordada por una visión gloriosa, y el orante saca las consecuencias.

36,2-5 En cinco versos nos da una visión del malvado típico: algo convencional en 4-5, excepcional en el comienzo, y también difícil.

36,2 El texto hebreo dice "en mi corazón": algunos comentaristas suponen que el poeta reflexiona internamente y comunica. Las versiones antiguas leen "en su corazón", y yo las sigo (la diferencia gráfica es en hebreo mínima).

"Oráculo de Pecado" es el comienzo; como imitando un oráculo divino o uno humano: Balaán (Nm 24,3), David (2 Sm 23,1), un hombre (30,1). Suplantando a todos entra Pecado o Delito personificado. Pecado es una fiera agazapada en Gn 4,7; es una serpiente que pronuncia un antioráculo en Gn 3. Delito se dirige al malvado porque el malvado le escucha "como un oráculo". El malvado ha abierto su mente al intruso y el poeta penetra en esos pensamientos.

No se cita el texto del oráculo, si no es implícitamente. Para el malvado Dios es una amenaza potencial, que puede anular o castigar sus proyectos. Apoyado por el oráculo de Delito, el malvado consigue apartar de su vista, de su conciencia, dicho miedo, para obrar tranquilamente. Vencer el miedo a Dios parece un acto de valentía, pero es acto temerario e "insensato".

36,3 El sentido es muy dudoso. ¿Es Delito quien halaga?, o ¿es el malvado quien se hace ilusiones? El resultado sería el mismo. Los dos gerundios transitivos, "hallar y odiar" son un enigma: la lógica pide un valor negativo.

36,4-5 Entramos en cauce sabido, del que se destaca la bina "ser sensato y obrar bien": como en muchos proverbios, lo sapiencial y lo ético marchan juntos. De noche "planea el crimen" (Miq 2,1), de día persiste en el mal camino de la ejecución.

36,6-10 Sin transición se presenta la visión de Dios. Si algunos datos son conocidos, la meditación sobre Dios es extraordinaria.

36,6-8a Las cualidades de Dios, lealtad, fidelidad y justicia, son exaltadas por sus dimensiones cósmicas. La grandeza sentida y no abarcada de lo espiritual la proyecta el poeta a dimensiones especiales, que funcionan como símbolos: véanse Sal 103,11s; Ef 3,18.

36,7a "Altas": tomando ´el como superlativo. ALternativa: "montañas de Dios / divinas" El "océano inmenso": véanse Sal 78,15; Am 7,6.

36,7b Las cualidades de Dios se ejercitan en una acción salvadora a favor de las criaturas vivas, como si el Creador cumpliera con ellas deberes de justicia. Una vez que ha dado vida, es fiel a sus exigencias: cfr. Sab 11,24s. La bina "honbres y animales" o ganado es frecuente: Gn 6,7; Lv 27,28; Ez 14,14 etc.

36,8 La exclamación puede clausurar lo que precede o introducir lo que sigue. La "lealtad" de Dios sirve de enlace.

36,8b-10 De la dilatada visión cósmica se recoge el orante a sus experiencias en el templo, trascendiendo los datos sensibles en un magnífico crescendo: el recinto es "la sombra de tus alas"; el banquete cúltico es "la enjundia de tu casa"; la copa es un torrente; el vino es delicia; y todo es "tuyo". En el templo entran sólo "los hijos de Adán". La "sombra de las alas" pueden tener carácter doméstico, acogedor.

36,9 "Delicias": la palabra hebrea nos trae a la memoria el Edén o paraíso, el parque regado por un manantial que se abre en cuatro brazos. En el templo se recobra de algún modo el paraíso perdido; compárese con Ez 47 y Jl 4,18. La frase es de feliz concisión: "torrente de delicias": sugiere el caudal que vivifica las plantas del parque delicioso. El manantial del torrente se encuentra en Dios.

36,10 Dios es también fuente de luz que ilumina a todo hombre: ver la luz equivale a vivir. La expresión hebrea es más sugestiva que lógica: como si una luz superior y total iluminase los ojos para hacerlos capaces de ver su luz. Cada uno participa de una vida = luz que lo trasciende.

¿Quién pronuncia el último verso en primera persona del plural? Contextualmente serían "los humanos"; culturalmente serían los israelitas que tienen acceso al templo. El salmo queda abierto y disponible. Un grupo de fieles, a través de su experiencia comunitaria, hablan en nombre de la humanidad; lo que ellos viven en el templo lo pueden vivir todos los humanos sin límites espaciales.

36,11-13 Casi como apéndice se añaden tres versos de súplica. El imperativo marca el cambio de dirección. "Prolongar la lealtad": véase el magnífico anuncio de Jr 31,3.

36,12 La primera persona del singular, más que restringir, personaliza la gran experiencia. La amenaza es destierro y opresión.

36,13 De repente salta a verbos en pretérito. La mente del orante salta al futuro y contempla como pasada la derrota segura del perseguidor. Lo explica el Sal 73,17-19.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Pablo cita parte del v.2 en Rom 3,18, en el cuadro del pecado universal. Los símbolos de la segunda parte permanecen o renacen en el NT. Mt 23,37 menciona las alas protectoras. En el evangelio de Juan; el agua de la samaritana (Jn 4), del Espíritu (7,37-39), de la entrega final (19,34). También la luz: 1,4; 8,12; 9,5; 12,36. Agua y luz alcanzan su plenitud en Ap 22,1-3.

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