lunes, 31 de mayo de 2010

SALMO 21 (20)

2 Señor, el rey festeja tu fuerza,
cómo celebra tu victoria.
3 Lo que deseaba se la has concedido,
no le has negado lo que pedían sus labios.
4 Te adelantaste a bendecirlo con bienes,
le has puesto en la cabeza una corona de oro.
5 Vida te pidió y se la concediste,
años que se prolongan sin término.
6 Grande es su prestigio por tu victoria,
le has conferido honor y majestad.
7 Le has otorgado bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia.

8 Porque el rey confía en el Señor,
por la lealtad del Soberano no fracasará.

9 Que alcance tu izquierda a tus enemigos,
que tu derecha alcance a tus adversarios.
10 Ponlos como en un horno encendido
cuando asome tu rostro, Señor.
(Su cólera los devora, los consume el fuego).
11 Destruye su fruto en la tierra,
su semilla en la humanidad.
12 Aunque descarguen maldades contra ti
y urdan intrigas, nada conseguirán;
13 pues los pondrás en fuga
asestando el arco contra ellos.

14 Levántate, Señor, con tu fuerza:
al son de instrumentos cantaremos tu valor.


21. Acción de gracias por la victoria del rey, o del Señor a favor del rey, entonada por la comunidad. Forma díptico con el anterior; como petición confiada y acción de gracias por la concesión, antes de la batalla y después de la victoria. Una serie de enlaces verbales marca la correlación. El segundo amplifica la visión del enemigo derrotado y puesto en fuga.

Una inclusión mayor enmarca el poema, que se articula en dos partes de seis versos, con un verso central de enlace (8). En los extremos se menciona la celebración, en el centro se exalta "la confianza" del rey en la "lealtad" de su Soberano.

21, 1-7 PRIMERA PARTE. El rey asiste silencioso y la comunidad se encarga de expresar sus sentimientos de gratitud. El Señor le ha concedido bendiciones, longevidad, corona, gloria y honor, alegría. Dones que no responden a las peticiones de Sal 20, centradas en la batalla, sino que abarcan todo el reinado.

21,3 Sobre deseos cumplidos: Prov 11,13; 13,12.

21,4 Se puede pensar en bendiciones dinásticas, paralelas a las patriarcales y de alianza, según 2 Sm 7,29.

21,5 La petición no responde a la de Salomón en 1 Re 3,5. Longevidad equivale a largo reinado: Sal 72,5.

21,8 "Soberano": o Altísimo, título del Dios supremo.

21,9-14 Se discute quién es el tú de esta sección: ¿sigue siendo el Señor, o es ahora el rey? a) El rey: la ruina o desgracia (12) encaja mejor con un hombre; el v. 10b cambia a tercera persona refiriéndose a Dios. b) El Señor: lo pide el movimiento del salmo, que habla primero de tus beneficios, después de tus acciones bélicas; "horno" y "rostro" que desbarata pertenecen normalmente a Dios; 2l v. 11 pide como sujeto a Dios. Prefiero esta segunda hipótesis.

21,9 Imagen de dos brazos gigantescos de Dios que alcanzan a todo el enemigo.

21,10 El fuego es elemento de teofanía: Is 31,9; Mal 3,19. El "rostro" se enfrenta para aniquilar: Lv 20,6; Sal 34,17.

El último verso parece glosa añadida para explicar el "horno".

21,11 Metáfora de descendencia. Acabar con ella es castigo de delitos pasados y prevención de agresiones futuras: Is 14,21.

21,12 La agresión contra Dios se puede atribuir a naciones paganas: p. ej. Is 10,11.

21,13 Si se toma como inversión estilística de los tiempos, se podría traducir "frente a ellos".

21,14 El verso final resume los dos temas: invocación final y participación coral en la fiesta.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Al aplicar este salmo a Jesucristo adquieren nuevo significado las palabras corona, vida, gloria, gozo. Para la corona véase Heb 2,9; para la vida Jn 5,26; para la gloria Jn 13,31; para el gozo Jn 15,11.

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